Desde que el presidente Hugo Chávez llegó al poder, Irán se ha posicionado con más fuerza en el continente americano. Las visitas a los amigos bolivarianos y la reciprocidad de estos han sido numerosas, al punto que el Miami Herald llegó a decir: Al presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad le debe encantar el clima tropical. Completa el círculo la puesta en marcha, por la venezolana CONVIASA, de un vuelo comercial Caracas-Damasco-Teherán, las visas concedidas por Nicaragua a iraníes sin observar los protocolos, la presencia de aquellos en otros países centroamericanos y las inversiones no muy claras en este lado del mundo. Ahora, el próximo 6 de mayo, está prevista la visita del presidente iraní a Brasil para reunirse con su homólogo Lula que hasta ahora no había conectado con el régimen terrorista iraní, lo que debe ser una llamada de atención, preocupación y prudencia.
En la pasada Cumbre sobre el Racismo, donde algunos países no participaron y todos los europeos se ausentaron mientras Ahmadinejad arremetió contra Israel, ninguno de los representantes latinoamericanos abandonó el foro, lo que deja clara la postura, por otra parte habitual, de la diplomacia hemisférica en relación con el terrorismo yihadista que predica y practica Irán.
La política del “avestruz” -esconder la cabeza ante situaciones conflictivas- ha hecho que la mayoría de gobiernos del continente no se definan en relación con temas espinosos, ejemplo las FARC, algo que quedó claro en la declaración final de la XX cumbre del Grupo de Río a raíz de la crisis entre Colombia y Ecuador por el ataque a un campamento en territorio de este último país. En la misma, no se califica a los “insurgentes” ni de terroristas, algo que sí ha hecho la Unión Europea y los EEUU, ni de libertadores como sugirió en su momento el presidente de Venezuela y alguno de sus seguidores. Esto es, se ignora el problema presuponiendo incorrectamente que al desconocerlo, no existe.
Sin embargo, los ataques a intereses israelitas en los noventas en Argentina y a principios de este año en Venezuela, apuntan hacia un embrión continental, bastante desarrollado, de terrorismo yihadista. Los innumerables coqueteos de Chávez con Ahmadinejad y de este con otros presidentes de la órbita del ALBA, han revelado bastante el panorama como explica la financiación de Irán a la implementación de ciertos proyectos y el apoyo de los países citados a la política nuclear del oriental.
Irán está construyendo una peligrosa e inteligente rama de la política exterior uno de cuyos pilares es Venezuela y busca socios para expandirse al resto del continente. Dentro de ella puede estar la visita a Brasil. El objetivo final apunta hacia la apertura de un canal terrorista capaz de desestabilizar todo el continente y acercarse a territorio de los EEUU, algo similar a la estrategia que desembocó en la crisis de los misiles de Cuba. El silencio (o la irresponsabilidad), en ocasiones interesado, de los gobiernos latinoamericanos representa el mejor acicate para los constructores del modelo.
Recordemos que las bases del terrorismo yihadista no son únicamente la destrucción del Estado de Israel, sino de todo Occidente. Olvidarlo puede traer nefastas consecuencias en el mediano plazo y tener que lamentar en el futuro la no adopción de medidas de hecho y el coqueteo con países extremistas. Brasil tiene próximamente la oportunidad de dejar las cosas claras y tomar una postura firme, salvo que se quiera interpretar como una visita por “encargo” de Obama, algo que también se especuló con el acercamiento a Cuba. Veremos que ocurre.
Este es un blog personal donde se editan las columnas de opinion (y otras) que semanalmente publico en el diario PRENSA LIBRE de Guatemala. La idea es generar un espacio de debate y opinión con los lectores, de forma que la libertad de expresión sea en doble sentido.
lunes, 27 de abril de 2009
lunes, 20 de abril de 2009
Comediantes
Rescatan ideas caducas que se demostraron fracasadas y utilizan la interpretación y el melodrama para confundir cada vez más a la audiencia. De la insufrible e inacabable verborrea de Castro, se ha pasado a la ocurrencia pueril y provocativa de Chávez. Otros, se sitúan en un punto intermedio de la línea: Morales, Ortega, Correa, la pareja Kistchner, no han desperdiciado ninguna oportunidad para imitar y querer superar a sus mentores.
La última farsa ha sido la del boliviano-bolivariano declarándose en huelga de hambre, como por años hicieron los criminales en las cárceles. Abandonar el cargo y cruzarse de brazos en señal de protesta termina por ser un delito y una pura pantomima de niño cagón y mal educado a la que no debería llegar ningún jefe de Estado, que se precie naturalmente. En el candelero también ha estado el presidente y ex obispo Lugo, “cumplidor y recto” y con voto de castidad, pero forzado a reconocer a su hijo bajo presión de la madre, con quien parece mantuvo relaciones durante diez años, aún cuando ella era menor de edad.
El populismo siempre ha sido falaz, embustero y oportunista, cómo no puede ser de otra forma. Sus dirigentes han empleado un doble discurso interesado en beneficio propio. Lo hizo Stalin, lo profundizó Hitler y lo han continuado mejorando muchos imitadores desde entonces, con el agravante de que a ninguno le tembló el pulso para aniquilar a cientos, miles o millones de personas, aunque luego hayan querido escribir la historia (y lo sigan haciendo) de forma diferente.
La nueva izquierda, ese denominado socialismo del siglo XXI, por muy renovado que se nos venda, no ha podido superar la actuación folclórica y el discurso fácil, prepotente, amañado y amparado en el colectivismo, donde es sencillo ocultarse y difícil identificar al responsable. Se creen los campeones de los derechos humanos y dicen preocuparse por las injusticias, los abusos, los pobres, las mujeres y los grupos más vulnerables y desfavorecidos, cuando en realidad son incapaces de mostrar respeto, aplicar justicia y observar la ley. ¿Qué esperar de esa clase de dirigentes?. Sus discursos están en las antípodas de sus acciones. Predican una cosa, pero para sustentar la farsa y el show mediático, aprovechan las circunstancias, el momento y la buena fe de la gente y adornan sus vacías actuaciones con gestos, palabras y colorido variopinto.
Quienes aspiran a ser como ellos, pero todavía no han incursionado en ese club de dementes, aparecen sin aviso en lugares públicos -como playas- o “regalan”, con dinero ajeno, vajillas y estufas de gas, eso sí con decenas de fotógrafos presentes que publican cientos de imágenes de la “sorpresiva y generosa” visita del mandatario. Propaganda pajera en pareja, con voluntad de imitar a aquellos otros destacados comediantes. Cuando los cachan, inventan conspiraciones y complots sobre asesinatos, con lo que justifican otro montón de barbaridades posteriores. El copy-paste no tiene límites y la payasada política, parece que tampoco.
Aspiran a ser líderes, pero no dan la talla. Les viene grande el cargo, tienen miedo a tomar decisiones y no asumen responsabilidades. Quieren, pero no pueden. Piensan que la historia los situará en un lugar de honor, sin darse cuenta que el tiempo solo pone a las personas en el sitio que realmente les corresponde. Émulos de héroes que se quedaron al principio de la lectura del cuento y en las primeras viñetas del comic, aunque creen que siguen avanzando a galope por la llanura para salvar a la humanidad. !Pobrecillos!,…., pero nosotros que los tenemos que soportar.
La última farsa ha sido la del boliviano-bolivariano declarándose en huelga de hambre, como por años hicieron los criminales en las cárceles. Abandonar el cargo y cruzarse de brazos en señal de protesta termina por ser un delito y una pura pantomima de niño cagón y mal educado a la que no debería llegar ningún jefe de Estado, que se precie naturalmente. En el candelero también ha estado el presidente y ex obispo Lugo, “cumplidor y recto” y con voto de castidad, pero forzado a reconocer a su hijo bajo presión de la madre, con quien parece mantuvo relaciones durante diez años, aún cuando ella era menor de edad.
El populismo siempre ha sido falaz, embustero y oportunista, cómo no puede ser de otra forma. Sus dirigentes han empleado un doble discurso interesado en beneficio propio. Lo hizo Stalin, lo profundizó Hitler y lo han continuado mejorando muchos imitadores desde entonces, con el agravante de que a ninguno le tembló el pulso para aniquilar a cientos, miles o millones de personas, aunque luego hayan querido escribir la historia (y lo sigan haciendo) de forma diferente.
La nueva izquierda, ese denominado socialismo del siglo XXI, por muy renovado que se nos venda, no ha podido superar la actuación folclórica y el discurso fácil, prepotente, amañado y amparado en el colectivismo, donde es sencillo ocultarse y difícil identificar al responsable. Se creen los campeones de los derechos humanos y dicen preocuparse por las injusticias, los abusos, los pobres, las mujeres y los grupos más vulnerables y desfavorecidos, cuando en realidad son incapaces de mostrar respeto, aplicar justicia y observar la ley. ¿Qué esperar de esa clase de dirigentes?. Sus discursos están en las antípodas de sus acciones. Predican una cosa, pero para sustentar la farsa y el show mediático, aprovechan las circunstancias, el momento y la buena fe de la gente y adornan sus vacías actuaciones con gestos, palabras y colorido variopinto.
Quienes aspiran a ser como ellos, pero todavía no han incursionado en ese club de dementes, aparecen sin aviso en lugares públicos -como playas- o “regalan”, con dinero ajeno, vajillas y estufas de gas, eso sí con decenas de fotógrafos presentes que publican cientos de imágenes de la “sorpresiva y generosa” visita del mandatario. Propaganda pajera en pareja, con voluntad de imitar a aquellos otros destacados comediantes. Cuando los cachan, inventan conspiraciones y complots sobre asesinatos, con lo que justifican otro montón de barbaridades posteriores. El copy-paste no tiene límites y la payasada política, parece que tampoco.
Aspiran a ser líderes, pero no dan la talla. Les viene grande el cargo, tienen miedo a tomar decisiones y no asumen responsabilidades. Quieren, pero no pueden. Piensan que la historia los situará en un lugar de honor, sin darse cuenta que el tiempo solo pone a las personas en el sitio que realmente les corresponde. Émulos de héroes que se quedaron al principio de la lectura del cuento y en las primeras viñetas del comic, aunque creen que siguen avanzando a galope por la llanura para salvar a la humanidad. !Pobrecillos!,…., pero nosotros que los tenemos que soportar.
domingo, 12 de abril de 2009
!Bajate de mi moto!
Si llevaba en moto a su hijo al colegio, o a su novia o esposa al trabajo, se le acabo el chance. El Gobierno ha decidido que únicamente puede ir un pasajero en motocicleta y además debe portar un chaleco reflectante color amarillo y un casco protector, ambos rotulados con el número de la placa.
Dicen que funciona en Colombia. !Claro!, como los buses, la policía, los hospitales, el Gobierno y otras instituciones que aquí ni chicha ni limonada. Copiar lo que otros hacen no necesariamente es lo mejor y siempre evidencia una importante carencia de ideas propias. Si sirviera, deberían emular la infraestructura de otros países, aprender por qué les funciona el transporte público, cómo hacer eficiente a la Policía y a los jueces y, sobre todo, imitar la honradez y la transparencia de políticos y funcionarios o aprender a renunciar cuando no se actúa correctamente, entre otras muchas genialidades. Puestos a plagiar, hagámoslo con cosas importantes.
El padre de familia que transportaba a sus hijos al colegio en una de esas 600 mil motos que hay en el país, ahora deberá pagar transporte, infringir la norma y arriesgarse a que lo sancionen o llevarlos corriendo, para de paso fomentar el deporte nacional. Si era de los que daba un aventón al trabajo a la mujer de su vida, se le acabó el conecte amigo. Ella tendrá que ir andando, arriesgarse a morir en bus o quizás opte por buscarse un novio con carro. Nuestros eminentes políticos han obviado, como siempre, las connotaciones negativas de sus magistrales inspiraciones, idilio incluido. Y, ¡cómo no!, han trasladado el costo de sus ocurrencias al usuario que tendrá que comprar chaleco y casco, y rotularlos. La ineficiencia a que nos tienen acostumbrados le cuesta a usted el doble. ¿Veamos de quien es la empresa que comienza a ofrecer esas innovaciones?.
Qué más da lo que exijan si el tema es que la PNC no tiene capacidad de identificar y arrestar al delincuente y cuando lo hace otros lo dejan libre. El problema persistirá porque no se ejerce la necesaria autoridad. Todavía circulan carros con placas antiguas, entre ellos uno del cuerpo diplomático, y sin embargo ahí están. Muchos de los vehículos de narcos son conocidos y no es obstáculo para que circulen libremente, sin que nadie los detenga, algunos hasta con armas de grueso calibre en el interior y cargados no precisamente de personas. Los asesinos cambiarán de forma de actuar o seguirán cometiendo sus fechorías utilizando placas falsas, que es lo más común y lo que suelen hacer, o robarán la moto, el chaleco y el casco.
Siguen pensando que la solución es legislar, cuando la clave está en hacer cumplir las leyes. Es más fácil emitir una tonta norma y vender la idea de que están haciendo algo que admitir que, a pesar de tener la responsabilidad, no están cumpliendo con su deber. ¿Qué harán en el Puerto de San José?. ¿Vestirán a los de la caravana del zorro de chapulines amarillos?. ¿Quién obligará al vicepresidente a que se ponga el chaleco cuando motee?. Lo siento por los moteros de corazón y por los amantes de las Harleys. Se les acabó la chumpa de cuero y el pañuelo a la cabeza y, lo peor e irreparable: la chica aparente en el sillón trasero. Nuestros insignes políticos han decidido que vistan como Drag Queens, una auténtica huecada para esos grandes roqueros de los 70's.
¡Bajate pues, de mi moto!.
Dicen que funciona en Colombia. !Claro!, como los buses, la policía, los hospitales, el Gobierno y otras instituciones que aquí ni chicha ni limonada. Copiar lo que otros hacen no necesariamente es lo mejor y siempre evidencia una importante carencia de ideas propias. Si sirviera, deberían emular la infraestructura de otros países, aprender por qué les funciona el transporte público, cómo hacer eficiente a la Policía y a los jueces y, sobre todo, imitar la honradez y la transparencia de políticos y funcionarios o aprender a renunciar cuando no se actúa correctamente, entre otras muchas genialidades. Puestos a plagiar, hagámoslo con cosas importantes.
El padre de familia que transportaba a sus hijos al colegio en una de esas 600 mil motos que hay en el país, ahora deberá pagar transporte, infringir la norma y arriesgarse a que lo sancionen o llevarlos corriendo, para de paso fomentar el deporte nacional. Si era de los que daba un aventón al trabajo a la mujer de su vida, se le acabó el conecte amigo. Ella tendrá que ir andando, arriesgarse a morir en bus o quizás opte por buscarse un novio con carro. Nuestros eminentes políticos han obviado, como siempre, las connotaciones negativas de sus magistrales inspiraciones, idilio incluido. Y, ¡cómo no!, han trasladado el costo de sus ocurrencias al usuario que tendrá que comprar chaleco y casco, y rotularlos. La ineficiencia a que nos tienen acostumbrados le cuesta a usted el doble. ¿Veamos de quien es la empresa que comienza a ofrecer esas innovaciones?.
Qué más da lo que exijan si el tema es que la PNC no tiene capacidad de identificar y arrestar al delincuente y cuando lo hace otros lo dejan libre. El problema persistirá porque no se ejerce la necesaria autoridad. Todavía circulan carros con placas antiguas, entre ellos uno del cuerpo diplomático, y sin embargo ahí están. Muchos de los vehículos de narcos son conocidos y no es obstáculo para que circulen libremente, sin que nadie los detenga, algunos hasta con armas de grueso calibre en el interior y cargados no precisamente de personas. Los asesinos cambiarán de forma de actuar o seguirán cometiendo sus fechorías utilizando placas falsas, que es lo más común y lo que suelen hacer, o robarán la moto, el chaleco y el casco.
Siguen pensando que la solución es legislar, cuando la clave está en hacer cumplir las leyes. Es más fácil emitir una tonta norma y vender la idea de que están haciendo algo que admitir que, a pesar de tener la responsabilidad, no están cumpliendo con su deber. ¿Qué harán en el Puerto de San José?. ¿Vestirán a los de la caravana del zorro de chapulines amarillos?. ¿Quién obligará al vicepresidente a que se ponga el chaleco cuando motee?. Lo siento por los moteros de corazón y por los amantes de las Harleys. Se les acabó la chumpa de cuero y el pañuelo a la cabeza y, lo peor e irreparable: la chica aparente en el sillón trasero. Nuestros insignes políticos han decidido que vistan como Drag Queens, una auténtica huecada para esos grandes roqueros de los 70's.
¡Bajate pues, de mi moto!.
lunes, 6 de abril de 2009
Bla..., bla..., bla.
Sonriente, eufórico y satisfecho se vio al presidente en televisión al declarar que ¡por fin!, el plan de seguridad, aquel que le diseñaron los “expertos” de las iglesias, el procurador y el rector de la USAC, estaba históricamente consensuado para ponerlo en marcha con los otros poderes del Estado. Sin embargo, hay que esperar al 15 de abril, para que la Semana Santa no le reste protagonismo y se pueda lanzar, a bombo y platillo. Asesinan a quince personas diarias, pero la propaganda tiene prioridad. He ahí lo importante.
Me pregunto qué sería del plan de seguridad que nos prometió tanto en la campaña electoral, como de aquellos otros que estaba elaborando y que a los cien días pidió que tuviéramos paciencia para ver los resultados, plazo que luego se prolongó a los seis meses y de ahí pasó a Navidad y al 2009. Ahora, con insistencia contumaz, burlona y un tanto grotesca, vuelve a ponerle fecha a la paciencia, esta vez hasta junio. Después, veremos hasta donde dilata nuevamente su inútil esperanza y abusa de nuestro aguante.
Carecía de un programa cuando era candidato y enfrentaba a su rival con el lema de que iba a conseguir la seguridad con inteligencia. No hubo nada de lo segundo y como era la condición esencial para cumplir con lo primero, todo este tiempo ha sido estéril.
Lo que han hecho los “cuatro fantásticos”, es proponer una serie de políticas y estrategias y eso en modo alguno eso es un plan que nos arregle los problemas de cada día. Se limitan a tomar medidas de esas que dicen que cambian “la estructura”. Con dos ministerios, comisiones varias de supervisión y otras entelequias, al final estaremos igual. Eso sí, falto tiempo para recordarnos que necesita más recursos, cuando hace unos días a Gobernación le sobraban millones, a la fecha no se ha ejecutado el presupuesto para seguridad y, para colmo, se han gastado en dos meses cerca de 140 millones en propaganda. ¡Queda clara la prioridad!.
¿Quién cree usted, señor Presidente, que es el responsable de esos más de siete mil asesinados ocurridos en lo que va de gestión del Gobierno de Álvaro Colom?. Pide ayuda, reúne a los embajadores y se lamenta por doquier de cómo lo persiguen y pretenden desestabilizarlo, sin reflexionar sobre la responsabilidad de su administración por no haber aplicado ninguna medida en el sector seguridad. ¿Hay que recordarle que la omisión y la inacción, también son formas delictivas?.
Acostumbra a echar la culpa a los gobiernos anteriores, no le quito razón, pero tuvo diez años para preparar un pinche plan, ya lleva más de quince meses en el poder, ha tenido tres ministros en esa área, varios viceministros e igual número de directores de policía y sigue con los cambios. En el sistema penitenciario y en Defensa el número de rotaciones ha sido similar y la ampliación del Ejército que prometió todavía no la ha realizado. ¿Cuántos asesinatos más tienen que ocurrir para que tome una decisión y adopte alguna medida?. ¿Cuánto más tiene que caer su popularidad para que reaccione?. ¡Déjese de discursos fáciles, quejumbrosos e improvisados y actúe!.
Dispone de todos los medios y tiene la necesaria autoridad, pero no toma decisiones, le falta voluntad y parece que asumir responsabilidades no es lo suyo, en cualquier empresa hace tiempo habría sido despedido. No siga con sermones vacíos ni genere más expectativas en un tema tan trascendente al que no le entra por una única razón: no le da la gana. Y punto.
Me pregunto qué sería del plan de seguridad que nos prometió tanto en la campaña electoral, como de aquellos otros que estaba elaborando y que a los cien días pidió que tuviéramos paciencia para ver los resultados, plazo que luego se prolongó a los seis meses y de ahí pasó a Navidad y al 2009. Ahora, con insistencia contumaz, burlona y un tanto grotesca, vuelve a ponerle fecha a la paciencia, esta vez hasta junio. Después, veremos hasta donde dilata nuevamente su inútil esperanza y abusa de nuestro aguante.
Carecía de un programa cuando era candidato y enfrentaba a su rival con el lema de que iba a conseguir la seguridad con inteligencia. No hubo nada de lo segundo y como era la condición esencial para cumplir con lo primero, todo este tiempo ha sido estéril.
Lo que han hecho los “cuatro fantásticos”, es proponer una serie de políticas y estrategias y eso en modo alguno eso es un plan que nos arregle los problemas de cada día. Se limitan a tomar medidas de esas que dicen que cambian “la estructura”. Con dos ministerios, comisiones varias de supervisión y otras entelequias, al final estaremos igual. Eso sí, falto tiempo para recordarnos que necesita más recursos, cuando hace unos días a Gobernación le sobraban millones, a la fecha no se ha ejecutado el presupuesto para seguridad y, para colmo, se han gastado en dos meses cerca de 140 millones en propaganda. ¡Queda clara la prioridad!.
¿Quién cree usted, señor Presidente, que es el responsable de esos más de siete mil asesinados ocurridos en lo que va de gestión del Gobierno de Álvaro Colom?. Pide ayuda, reúne a los embajadores y se lamenta por doquier de cómo lo persiguen y pretenden desestabilizarlo, sin reflexionar sobre la responsabilidad de su administración por no haber aplicado ninguna medida en el sector seguridad. ¿Hay que recordarle que la omisión y la inacción, también son formas delictivas?.
Acostumbra a echar la culpa a los gobiernos anteriores, no le quito razón, pero tuvo diez años para preparar un pinche plan, ya lleva más de quince meses en el poder, ha tenido tres ministros en esa área, varios viceministros e igual número de directores de policía y sigue con los cambios. En el sistema penitenciario y en Defensa el número de rotaciones ha sido similar y la ampliación del Ejército que prometió todavía no la ha realizado. ¿Cuántos asesinatos más tienen que ocurrir para que tome una decisión y adopte alguna medida?. ¿Cuánto más tiene que caer su popularidad para que reaccione?. ¡Déjese de discursos fáciles, quejumbrosos e improvisados y actúe!.
Dispone de todos los medios y tiene la necesaria autoridad, pero no toma decisiones, le falta voluntad y parece que asumir responsabilidades no es lo suyo, en cualquier empresa hace tiempo habría sido despedido. No siga con sermones vacíos ni genere más expectativas en un tema tan trascendente al que no le entra por una única razón: no le da la gana. Y punto.