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lunes, 25 de mayo de 2009

Oh.., Eh.., Ahh

Lo primero que hizo el Presidente cuando ocurrió el escándalo del video donde se le acusó de asesinato, fue acudir, a través del canciller, a la OEA para recibir el “decidido respaldo” que le permitirá resistir al “hostigamiento” a que es sometido injustamente, por las muchas manifestaciones y miles de comentarios y conjeturas que se vierten por doquier.
Más tarde, el caso fue llevado a la cumbre centroamericana celebrada en Managua, donde el vicecanciller nicaragüense declaro: “Tenemos que defendernos mutuamente (...), somos uno solo, somos hermanos centroamericanos” y los inspirados presidentes pusieron broche de oro emitiendo un comunicado donde señalaban al crimen organizado como responsable de los sucesos que acabaron con la vida del Sr. Rosenberg y dieron, como era de esperar, su apoyo y solidaridad al gobierno de Colom insistiendo en la necesidad de preservar la institucionalidad y no perturbar la consolidación de la democracia. ¡Zorros, cuidando gallinas!.
Simpáticas las autoridades nicaragüenses. Podridos de billetes que no transparentan, procedentes de Venezuela, facilitan la entrada en Centroamérica de dudosos iraníes y se dedican a hundir a su país por momentos, pero tienen tiempo de preocuparse por la democracia y las instituciones en Guatemala. ¿Por qué no trabajaran por las suyas que están al borde del colapso?.
También, los organismos intergubernamentales y las organizaciones supraestatales requieren de una detenida lectura. Se amparan los unos a los otros, esconden sus fechorías y reproducen el sistema corrupto de uno a otro país.. ¡Hoy por ti y mañana por mi!. No son instituciones democráticas y electas por los ciudadanos que sirvan a fines de aquellos, ¡nada que ver!. Son organismos que defienden la razón de Estado y asumen posturas que promueven los intereses de gobernantes, no siempre escrupulosos. El caso más patético se dará en la próxima cumbre de la OEA, donde tanto Honduras como Nicaragua pedirán el reingreso de Cuba a la organización. Ahí deberemos devolver el pago de favores que ahora nos están haciendo y, sin saberlo -doble contra sencillo- seguro que votamos por el ingreso de Cuba, en respuesta a esa generosa solidaridad de los hermanos centroamericanos. Con ello, actuamos de igual manera que hicieron con nosotros. Al final de cuentas los únicos perjudicados serán los ciudadanos de siempre y esos ¿qué importan?. ¿Quién hay detrás de todo esto?. Los socios de siempre, lo de “descubren” micrófonos en casa presidencial, los del Petrocaribe, los embajadores que se jactan en privado de tener acceso directo al Presidente, quienes lo llevan a la isla y el barbudo ni los recibe, los que envían aviones por si hay que salir corriendo…: los venezolanos y los cubanos, perdón, los malos venezolanos y peores cubanos, no mezclemos a quienes están fuera de todo este sucio juego.
Estas superestructuras no sirven si no para preservar el estatocentrismo y el poder del Estado (Gobierno) sobre la ciudadanía. Son un cúmulo de despropósitos antidemocráticos, gestionados por un selecto club de truhanes que aspiran a tener más poder que el que ya tienen o tuvieron en sus respectivos países. Se trata de la globalización del poder corrupto.
Se inmiscuyen en todo, pero son incapaces de solucionar nada ni de tomar posturas concretas porque su sello final es lo políticamente correcto que les garantiza la sobrevivencia. Contar con el apoyo de la OEA visto lo visto y lo que viene, no es un logro, es la peor referencia que podemos ofrecer. Si antes estábamos en crisis, ahora entramos en desgracia. Ojo al voto con lo de Cuba, veremos si llevo razón.

lunes, 18 de mayo de 2009

Fuera de foco

Desde que este gobierno comenzó su andadura algo se aclara por momentos: la esposa del presidente ejerce un primordial papel cada vez más consolidado dentro del mismo. Al principio pareció anecdótico y singular, lo que generó un significativo rechazo y una fuerte crítica, sin embargo no hubo impedimento para que progresivamente colocara a sus peones, por cierto a cualquier precio, en los lugares desde donde se podía controlar absolutamente todo. ¿Es esto un golpe de Estado técnico?. La trascendental crisis que vive el país, producto entre otros de la denuncia que en un video hace el difunto abogado Rosenberg, resaltan la reflexión anterior.
Hemos visto en TV a un presidente que insiste en su inocencia, muestra un titubeo preocupante, un pobre discurso y una significativa inseguridad en cuantas entrevistas ha concedido. Parece no estar a la altura de los acontecimientos. No podemos tampoco dejar de lado algunos hechos anteriores a la crisis. El primero, cuando un diputado oficialista (todavía no expulsado) anunció la posible disolución del Congreso. El segundo, unas declaraciones nada afortunadas del propio presidente afirmando que la autoridad era él. El tercero, el decreto del estado de calamidad por el vicepresidente y su anulación, a los pocos días, por el mandatario. Toda una conexión-desconexión de hechos reveladora de que quien manda no había puesto de acuerdo a los actores y, evidentemente, se producía una cierta interferencia, quizás hasta interesada.
¿Qué ha estado pasando?. Difícil de entender si miramos al responsable legal del problema, pero no al verdadero. Hemos mezclado, hasta la confusión, el poder real con el poder difuso y, atendiendo y exigiéndole al primero, se nos ha olvidado y opacado el segundo, como si enfocamos un primer plano y todo lo demás queda borroso. El presidente ha seguido defendiendo a su esposa, en lugar de defender al país y desmantelar de una vez por todas estas tramas. Si en 24 horas se localiza, detiene y pasa a disposición judicial el autor de unos comentarios sobre un determinando Banco, cual es la razón para que después de más de una semana de ser acusados de asesinato, la esposa del presidente y el secretario privado, ambos sin antejuicio, todavía no hayan sido citados siquiera a declarar. Una forma peculiar de aplicar la justicia, en un país en el que muchos políticos terminan por asumir que la ley no es igual para todos, ni mucho menos para ellos.
Se ha revelado el auténtico poder paralelo al Estado: una rosca alrededor del presidente desde el principio confirmada. Su esposa, su cuñada y otros grupos de escogidos ciudadanos, parece que son quienes manejan el país a su antojo, razón por la que el mandatario únicamente ha estado apagando fuego y poniendo cara de “yo no fui”. El pago a manifestantes, la coacción a Alcaldes y otras muestras del “apoyo popular” en las manifestaciones, además de la propuesta de sedición para el líder opositor y las advertencias de apología delictiva del PGN, lo evidencian más todavía. La guinda: la presentación del problema como una lucha de clases. La iglesia también quiere su parte.
Es posible que haya que incluir, entre las soluciones políticas que se manejan, la variable de qué hacer con alguien que no termina por ejercer la autoridad que se le ha delegado, dejando los grandes problemas en manos de un poder difuso que se muestra virulento como nunca antes había ocurrido. Hay que desnudar a los verdaderos responsables que andan tras bambalinas. Movamos el zoom y veamos el fondo, ya que la forma es la de siempre.

viernes, 15 de mayo de 2009

Video killed the radio star

La aparición sorpresiva de un video y otros documentos del abogado asesinado Sr. Rosenberg, ha puesto al gobierno en un jaque difícil de describir y superar. La grabación presenta a un ciudadano que teme por su vida y, como prueba póstuma, registra su versión de los ciertos sucesos acaecidos antes y después del asesinato de un prestigioso industrial y su hija, implicando en los crímenes al presidente, a su esposa, al secretario privado y a un banquero, entre otros.
En relación con el tema, el canal televisivo CNN entrevistó al presidente de la República y el más piadoso calificativo que se le puede adjudicar a la conversación es el de “patética”. Vimos a un mandatario perdido, sin vocabulario, sin frases hiladas, sin coherencia y donde la duda, la repetición y la falta de argumentos eran la tónica dominante. Miraba continuamente de reojo, supongo que a sus asesores y no pudo responder la pregunta sobre si pensaba que el abogado se había inmolado, además de olvidar muchas cosas, entre ellas que era Secretario General de la UNE cuando dijo desconocer con cuánto dinero había contribuido el banquero implicado a su campaña. Una imagen penosa de alguien que sigue refugiándose en la conspiración.
Esta crónica de una muerte anunciada evidencia que los denominados poderes ocultos lo son en la medida que cada uno nos tapamos los ojos y no queremos ver la realidad de lo que sucede en el país. Se sabe el nombre de los capos del crimen organizado, qué vehículos conducen o tienen en sus innumerables fincas, también detectadas. Se conocen las propiedades que adquieren, cuando salen y entran del país, con que jueces o fiscales compadrean y a quienes compran, sobornan o amenazan. Se sabe todo, pero cerramos los ojos y a ese panorama oscuro y artificialmente resultante, le denominamos torcidamente poderes ocultos. Si ocultos, pero para nuestra propia irresponsabilidad.
Para elevar la tensión, se trajeron (que no vinieron) a la capital, en aviones y helicópteros privados, a todos los alcaldes y gobernadores del país, forzándolos a dar su apoyo al mandatario. También se organizaron manifestaciones interesadas, para competir con aquellas otras voluntarias que pedían su dimisión.
No es posible una investigación independiente y eficiente con el mandatario, su esposa y su secretario en los puestos de poder, real o difuso, que ahora ocupan. Se debería aplicar aquella frase tan manoseada por los defensores de la CICIG: quien no deja la puerta libre es porque apoya al crimen organizado. Cayeron en su propia trampa dialéctica, aunque siguen retorciendo el argumento en su beneficio. Los diversos análisis no han enfatizado en el fracaso del sistema judicial nacional y el pobre, por no decir nulo, papel del Congreso. Estamos en un sistema que ha colapsado. No podemos esperar más de algo que no puede dar más de sí. Esto se acabó y parece que han sido los jóvenes quienes se han dado cuenta.
Sr. Espada, usted es un hombre exitoso y un excelente y prestigioso profesional reconocido y admirado, como otros muchos. Sin embargo, el tiempo, caprichosamente, selecciona y pone en determinados momentos a ciertas personas en el trance de tener que tomar grandes decisiones que pasarán a la historia y desvelarán realmente el carácter y la madera de qué están hechos. Hemos llegado al límite. Ahora o nunca. Si dejamos pasar esta ocasión, aquí puede ocurrir en el futuro cualquier cosa.
¿Usted, ciudadano, qué piensa hacer al respecto?, además de abrir los ojos.

lunes, 11 de mayo de 2009

El Estado soy yo

Estábamos suficientemente advertidos sobre la voracidad monetaria del actual gobierno. Desde que asumieron el poder, el objetivo ha sido uno: disponer de la mayor cantidad posible de dinero y gastarlo sin dar explicaciones a nadie. En el primer año, el presupuesto se engrosó con endeudamientos varios. Al finalizar 2008, aprobado el mayor rubro de egresos de la historia, hubo todo un revuelo para que se levantaran los candados legales que impedían el traslado arbitrario y caprichoso de fondos, pulso que ganó el partido en el poder. Ahora, la pugna sigue siendo la misma: quieren más fondos y la reforma fiscal es el medio.
El presidente ha manifestado claramente que aquí no va nada si previamente la reforma fiscal no es sancionada, lo que evidencia su convicción patrimonialista, y añadido: la autoridad soy yo, obviando que la Constitución únicamente se la delega, aunque el portavoz gubernamental, haciendo malabarismos dialécticos, lo presenta como un convencido demócrata que no impone y respeta los otros poderes del Estado. De otro lado, algunos diputados oficialistas construyeron sus andamiajes y fueron señalados por sus compañeros de presionar, amenazar y hasta sobornar, para que accediesen a la aprobación de la ley. Otros, más lanzados y menos prudentes y responsables, dijeron que podría disolverse el Congreso ante la inoperatividad del mismo, lo que traducido quiere decir que no cumplen con precisión las órdenes de la dirigencia visible e invisible de la UNE.
¡Lo que hay que ver!. Toda la vida culpando al Ejército de dar golpes de Estado y ahora la mediocridad política quiere darnos uno por medio de la disolución parlamentaria y el ejercicio autoritario, algo aprendido y manejado cum laude en la época de Serrano. La amenaza es la salida bravucona y desafiante de quienes no pueden, saben, ni quieren vivir en democracia y aprenden de los vecinos isleños y del Sur, copiando sus sucios manejos y su discurso atrevido. Se trata de perpetuarse en el poder, como sea, y de contar con todos los recursos económicos posibles, también como sea. La guinda: el estado de calamidad (otra clavada al vice que sigue en la inopia), que viene a evidenciar la calamidad de Gobierno y de Estado. ¡Tomen nota comunidad internacional y CIGIG donde están los poderes ocultos!. ¡Vaya lección de democracia!.
¡Dejémonos de tonterías!, lo único que quieren es plata y poder. Hay una pandilla de desvergonzados absolutista, camuflados de legisladores y políticos en ejercicio, cuya cara no tiene punto de comparación con el más duro y frío de los metales. Esto es un atraco a mano armada, público, obsceno, descarado, hecho con absoluta chulería y despotismo, y anunciado en tono amenazante. No hay avances en ninguna de las áreas de gobierno ni preocupación por ello, ahí sigue la inseguridad. Sin embargo, necesitan dinero para continuar con la política de dilapidación pública de recursos a través de programas sociales manejados sin transparencia y con arbitrariedad, algo siempre irresponsable, y hasta delictivo, pero más en épocas de crisis como la actual.
¡Buen avance hemos hecho!. Años atrás, con don Portillo, nos enterábamos de los desfalcos, desvíos y transferencias anómalas (cursilería semántica para describir el robo), después de que ocurrieran. Ahora, antes de que suceda, te lo anuncian en directo y el aparato de poder se pone en marcha para atemorizarte con un golpe de Estado. Añales despotricando de los chafas y acusándolos de golpistas y mira ahora por donde salen. Siguiendo la lógica de los Acuerdos de Paz, ¿será que podemos reducir el Congreso o el Gobierno en un 33%?.

lunes, 4 de mayo de 2009

Narcoactividad

La narcoactividad es un conjunto de actividades delictivas artificialmente creadas. La prohibición de las drogas generó un mercado furtivo donde se dieron cita productores, distribuidores y consumidores, algo que se pudo prever de haber aprendido la lección tras la prohibición de la distribución y del consumo de alcohol en los Estados Unidos al inicio del pasado siglo. Aquella norma, producto del puritanismo más ortodoxo, provocó, además de un mercado clandestino, toda una estructura delictiva que se manifestó violentamente a través de luchas entre bandas y grupos mafiosos surgidos a raíz de su implementación, exactamente como ocurre hoy. El ser humano, haciendo gala de su terquedad, falta de aprendizaje y contumacia, comete el mismo error, del cual siempre hay alguien que se aprovecha.
Se preguntarán por qué no se termina con el problema de las drogas y cada vez se genera más violencia en torno al mismo, a pesar de la lucha constante de casi todos los gobiernos del mundo. La respuesta pudiera ser más fácil de lo que se cree, aunque es necesario buscarla fuera de la estrecha, condicionada y tradicional caja de pensamiento, anudada, en más de una ocasión, con “moralismos” muy particulares.
Todo comportamiento extremo tiende a acaparar, total o parcialmente, la mente, el cuerpo, la psique o el espíritu del ser humano y condiciona o impide proceder racional y equilibradamente. El abuso de drogas, incluido el alcohol, las pastillas para dormir -u otras que se consumen con frecuencia-, la adicción al juego, al sexo, incluso al trabajo y muchos más, pueden traer muy negativas consecuencias. ¿Por qué satanizar la droga y dejar todos esos otros y miles más sin penalizar?. En los países desarrollados mueren más personas en accidentes de circulación que por consumo de drogas, ¿por qué no se prohíbe el automóvil?. Parece una proposición estúpida, pero no mucho más que lo es la prohibición de la droga.
Los gobiernos dedican miles de millones de dólares en mantener estructuras burocráticas para resolver un problema cuya ruta de búsqueda de soluciones está equivocada, de ahí el poco éxito. El narcotraficante es un empresario. Compra donde mejor le ofrecen, procesa en los lugares que más ventajas o seguridad le dan y vende donde hay demanda y es más rentable, como cualquier inversor. Luego, con las ganancias, promueve otros negocios y tiende a generar una red lo más amplia y lucrativa posible. Además no consume droga, porque de hacerlo es consciente que iría a la ruina y su negocio no podría prosperar y hasta promueve valores familiares y de amistad. Es así como hay que verlo, entenderlo y “combatirlo”.
¿Qué se puede hacer?. Pues formalizar el mercado que existe fundamentalmente por la demanda norteamericana y europea. La prohibición no hace más que elevar el precio del producto, generar violencia y, finalmente, ofertar mala calidad porque la reclamación no es posible. Muchos piensan que todo esto es una aberración, exactamente como ocurría en los EEUU en la década de los 20, hasta que consiguieron superar esa condicionada forma de pensar.
Todo esto no es más que un problema de ejercicio de libertad con responsabilidad, algo que nos resistirnos a asumir porque conllevaría, por nuestra parte, un mayor compromiso. Se prefiere que sea el Estado el encargado de liberar de “ese mal” nuestra puritana conciencia y, con dos o tres golpes de pecho, salvar nuestras almas o tener a quien culpar en caso de fracaso. Algo más hipócrita posiblemente sea difícil de encontrar. ¿Quieren acabar de verdad con el narcotráfico y sus efectos?. Háganles temblar con solo hablar de legalización.