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lunes, 27 de agosto de 2012

¡Id y enseñad! Si os dejan


Monopolio educativo que condena los monopolios

Como viene siendo frecuente en los últimos años, se forzó el cierre de la USAC. El motivo, nuevamente, fue el enconado pleito entre asociaciones por cuestiones de poder, control, dinero e influencia. El corolario es que se gastan sustanciales cantidades de dinero en una institución que no ofrece el resultado que la mayoría de los ciudadanos desean: calidad educativa. El propio estudiantado ha denunciado a compañeros que portan armas (AK-47 según testigos) y trafican y consumen drogas dentro del campus. Todo un alarde de impunidad, criminalidad, malversación de fondos, autoritarismo y otros calificativos propios de grupos mafiosos. Por si lo anterior no bastara, la USAC sigue siendo un monopolio universitario cuyos egresados condenan ferozmente los privilegios nacionales ¡Critican prerrogativas ajenas, pero conservan y promueven las suyas! Todo un contrasentido cuando no hay otra opción pública a la tricentenaria, a diferencia de otros países donde hay varias universidades públicas y la competencia genera mejores resultados.
La USAC ha pasado de ser un auténtico y exitoso centro de formación académica -primeros siglos- a un lugar donde parte de la dirigencia en la época del conflicto se escudó ideológicamente y, firmada la paz, aparecieron los nidos de delincuentes -en palabras de actuales dirigentes, que no mías- razón por la que hay interpuestas denuncias tan graves como las antes indicadas. Pareciera que lo importante para algunos cabecillas y educandos -que no estudiantes- es el botín que representa un alto presupuesto  y el poder que constitucionalmente se le otorga a dicha Universidad, incrementado en la propuesta de reforma constitucional. Nunca he visto una liquidación presupuestaria que permita conocer cómo gasta el dinero esa institución, cuánto se destina al pago de profesores, a infraestructura, a personal docente, etc., de manera que se pueda hacer una razonable evaluación del gasto que realiza, del costo por estudiante y efectuar la correspondiente fiscalización, en consonancia con la transparencia que reclama en sus discursos. El tema es tabú porque precisamente ahí -en el manoseo de fondos y en la gestión del poder- está el auténtico nudo gorgiano del problema. Se trata, en definitiva, de controlar y manejar los hilos desde la sombra. El resto: estudios, programas, capacitación, ocupa para muchos dirigentes, profesores y alumnos un segundo o posterior plano. Basta ver las instalaciones, la precaria infraestructura y el mercadillo que cada día aparece entre los edificios obsoletos de la única universidad estatal. Pareciera que no hay mucho interés por cambiar el estatus quo que garantiza la influencia en la política, en la elección de magistrados y otros empoderamientos que la constitución contempla, pasando de universidad pública a tribuna política -o politiquera- de un trasnochado discurso confrontativo y ausente de academia, permitiendo la indefinida repetición de cursos de “estudiantes” mediocres.
Es un deber ciudadano plantearse hasta que punto es permisible esa degeneración y tolerar a asociaciones estudiantiles que frecuentemente cierran el Centro e impiden, mediante el ejercicio totalitario con lujo de fuerza que tanto critican, el acceso a clase de una mayoría que pareciera no tener derechos. Autoridades que no enfrentan el problema porque no quieren confrontar a grupos radicales y violentos de “estudiantes” y una población estudiantil apática que espera que otros resuelvan el problema, mientras aprueban clase sin apenas asistir a ellas o haciéndolo fuera del recinto. Tema urgente e importante en este país de grupos mafiosos que nuevamente evidencia como unos pocos amedrentan a muchos cobardes ¡Sigamos!, a ver donde irán a enseñad, y a aprender.

lunes, 20 de agosto de 2012

De mafias y privatizaciones


Se generaliza la expoliación, bajo el pretexto de organizarla

Los recientes sucesos acaecidos en la Empresa Portuaria Quetzal (EPQ) muestran un sistema cooptado, tramposo y operado por grupos de presión, suerte de engendros silenciosos que manipulan, se benefician y controlan el sector público. Estamos infectados de sindicatos, algunos con apenas cuatro afiliados, la mayoría con una veintena. Casi todos con convenios colectivos uniformemente redactados y repletos de privilegios que terminan encareciendo considerablemente el empleo público. La negociación es fácil y barata. Se presiona al político electo o al cargo designado para que se avenga a firmar y mejorar el pacto o sencillamente le hacen la vida imposible. Como ejemplos, la actuación en diferentes momentos de la vida política del país de los sindicatos de salud, magisterial, de la EPQ, etc., y como rentabilizaron el escándalo. Cuando se les crea competencia -PRONADE a Educación o la reciente concesión en la EPQ- gritan y patalean porque ven mermada su capacidad de actuar y de perpetuarse; cuando callan, tintinean rumores de tres mil euros/mes para un actual dirigente de educación. La cúpula sindical es reelecta cada año y se asegura de no tener oponentes. Elite manipuladora compuesta por empleados que no trabajan y disponen de privilegios: vehículos y numerosos guardaespaldas, pagados con dinero público. Suerte de mara extorsionadora que protege los “derechos laborales” y cobra a precio de oro “sus servicios”. En el entorno rural se manifiestan en grupos que ocupan fincas, las parcelan y luego las alquilan, en cortadores profesionales de carreteras, en linchadores de ciudadanos o en pandilleros que impiden el cobro del recibo de luz, mientras recolectan a campesinos y habitantes de aldeas por esa “protección” y vigilancia. Es más que conocido que cuando se generan problemas: cierre de rutas, de aldeas, manifestaciones, etc., se permite el movimiento de transportes de droga y paso de mercancías similares ¡Causalidad que en el puerto, coincidiendo con las protestas, se confiscaran la pasada semana pasta para fabricar drogas ilícitas!, aunque nadie ha sido detenido, como suele ser habitual: ¿silencio por impunidad? Eso, aquí y en Chicago -no digamos Palermo- se denomina practica mafiosa.
Los convenios conceden exclusividad al sindicato para contratar nuevos empleados; otorgan obligatoriamente canastas de Navidad; fijan horarios de trabajo inferiores a las ocho horas habituales; asignan vehículos con combustible para uso “sindical”; ofrecen días de vacaciones muy por encima del resto de funcionarios;  liberalizan a dirigentes para que no trabajen; dispensan asistencia médica privada -fuera del IGSS que promueven-; autorizan pagas extraordinarias al inicio de las vacaciones, además de las correspondientes por ley y otros muchos beneficios que terminan encareciendo el costo funcionarial hasta limites intolerables, pero con cargo a los presupuestos que todos pagamos. Grupos de presión que “privatizaron” el país hace tiempo. Minorías organizadas que se aprovechan de una mayoría desorganizada y que no están dispuestos -este es el auténtico problema- a dejar un solo espacio para la competencia. Quieren manejar y controlar todo y cuando no ocurre se manifiestan virulentamente presentando falsos argumentos sobre la “privatización”, las “transnancionales” y otros miedos, escondiendo al verdadero cáncer -ellos mismos- que devota sin piedad las ganancias o incrementa los gastos gubernamentales con sus secretas negociaciones. Propongo que se declaren lesivos todos los pactos sindicales y que exista uno único votado por referéndum en el que los dirigentes no puedan ser reelegidos, veremos si realmente cuentan con el apoyo que reclaman ¿Estarán dispuestos esos “demócratas”? ¡Seguro que no!, se les vería demasiado el plumero.

lunes, 13 de agosto de 2012

Un ángel en el Tumbador


Los buenos amigos, son ángeles sin alas

Freddy tiene muchos hijos y hermanos, aunque no biológicos. Es una suerte de razón afectiva, amorosa y voluntaria que va mas allá de la biológica y por ello merece ser destacada. Responde, también, a razones morales y de valores cristianos porque Freddy De Geytere es un muy particular -y especial- sacerdote católico. Llegó a Guatemala por casualidad al inicio de los ochenta en momentos duros del conflicto -como él mismo confiesa- y lejos de involucrarse en cuestiones políticas -como otros hicieron- atendió y pastoreó su iglesia. Dedicó su tiempo a hacer amigos, a conformar una parroquia y a trabajar por mejorar la calidad de vida de su entorno inmediato ¡qué no es poco! Adquirió, con su dinero, algunas cuerdas de la finca donde, más tarde, fundó un centro de rehabilitación para niños con lesión cerebral y completó su obra invirtiendo una herencia personal en construir un colegio y una clínica médica donde hacen fila pacientes desde antes del alba, además de poner en marcha una academia de costura para señoritas. Todo un trabajo de titanes que demuestra la capacidad del ser humano cuando la voluntad, la razón, el trabajo y cierta dosis de ayuda divina convergen en pro de un fin de vida.
Nada de eso sería posible sin el equipo de Freddy. Un grupo de colaboradores-amigos que ríen con él y lo acompañan sin desmayo: fisioterapeutas, profesoras de educación especial, doctores, catequistas, personas de confianza y un etcétera no muy grande en número -pero si en calidad humana- con las características y cualidades propias del mejor equipo olímpico. Sin ellos, comenta el hermano Freddy -como gusta le llamen- no hubiese sido posible casi nada de lo que ahora es una realidad. Desea que el día que deje de dirigir la fundación "Arriba Tumbador" -en esa aldea de San Marcos se encuentra- quiere que lo releve un guatemalteco, algo natural pero que adquiere un especial tinte viniendo de un belga, de esos que algunos nacionalistas irracionales señalarían de "extranjero", como hacen con otros. Es alentador cuando Fredy hace su predica sobre el paternalismo y anima a la comunidad a trabajar y no esperar nada que venga regalado, sin un esfuerzo individual previo. Ánimo que pierde fuerza al compararlo con la tiradera de dinero que hacen muchos políticos inescrupulosos y cómo con una pizca de voluntad e interés se podrían alcanzar significativos resultados. No tengo la menor duda sobre el error de pensar que el problema del país es el "poco gasto social", la falta de prepuesto o similar babosada, porque seres humanos, como Freddy y su equipo, hacen "milagros" con cantidades irrelevantes en relación con aquellas que dilapidan nuestros electos políticos, cuando no se  la roban. Se trata de voluntad, de honestidad, de valores y principios, de fe en lo que se hace y de dedicar -pero de verdad- la vida al servicio de los demás. Freddy sería un nefasto político, porque es honesto, excepcional y eficiente, lo que nos motiva a reflexionar sobre este modelo disfuncional de "democracia participativa" y ver hacia que otro podemos evolucionar.
Querido amigo, no eres el único ángel en la tierra, pero si uno de los dos que creo conocer y que seguro serán recordados y pasarán a la historia de aldeas, poblados y ciudades perdidas en mitad de la montaña, de las que otros sólo se acuerdan para ver como utilizar a sus habitantes. Dios -tu mejor amigo- te incluirá en su lista de invitados especiales ¡Te lo mereces! Felicidades por tu ejemplo de vida.

lunes, 6 de agosto de 2012

De la Mara 18 a la 158



“Hay tres maneras de hacer las cosas: bien, mal y como yo las hago” (R. de Niro en Casino)

El anuncio del arribo de un nuevo fiscal para CICIG -un italiano experto en mafias- coincidió con dos lamentables hechos protagonizados por sendos “honorables” diputados del PP. Uno de ellos, intentó sobornar a un periodista; el otro, pretendía celebrar las fiestas del pueblo pidiendo dinero a sus conciudadanos para que corrieran con los gastos que él planificaba hacer -y capitalizar- en tan magno evento popular ¡Que caraduras!
¡No sabe el italiano donde se mete! Aquí, don Antonio, las mafias están más enraizadas que en Palermo. Toto Riina es un lactante al lado de estos mañosos que actúan con absoluto descaro y desdeñan el riesgo y la publicidad porque son ¡bien machos! o mamarrachos. Cuando así se obra únicamente hay dos razones: la estupidez y la ignorancia, algo posible pero no probable, o la costumbre y el hábito a la impunidad que pareciera ser más acertado para analizar esos dos casos. Cuando descaradamente alguien firma una carta solicitando dinero o introduce billetes en el bolsillo de la ropa de una persona, el mensaje -más allá del específico en cada caso- es que se puede hacer sin problemas y al no ser la primera vez que lo hacen, no es necesario cuidar las formas más elementales de prudencia. Estamos ante un comportamiento delictivo, inmoral, improcedente o todo junto. Lo más lamentable es que el partido oficial no ha respondido en estos asuntos -ni en otros similares- con la contundencia esperada. Cuando un funcionario público -sea quien sea- se ve envuelto en un escándalo -o delito- de esa clase, el liderazgo del partido debe, al menos, suspenderlo inmediatamente de militancia, cuando no expulsarlo y siempre investigarlo. La debilidad de la dirección política del PP únicamente refleja falta de claridad, complicidad o cualquier otra interpretación negativa, pero no contundencia, lucha por la transparencia ni mucho menos la “mano dura” que prometieron y que se entendería como vector de gestión.
No son buenos dirigentes quienes carecen de la fortaleza necesaria para sacar de un plumazo a inmorales que se comportan inapropiadamente. Ni siquiera la prudencia puede ser pretexto que dilate la inminente actuación. Tanto uno como otro no pusieron, seguramente, el dinero de su bolsillo, sino que lo obtuvieron de algún fondo público, lo que añade circunstancias agravantes a su deplorable actuar. Es así que se continúa consintiendo el gasto caprichoso de los fondos rotativos (caja chica), en cantidades milenarias que se esconden bajo rubros desconocidos. Estos émulos de Billy “el niño” o de Al Capone, deben de recibir un rechazo popular inmediato. Es preciso extrañarlos y si los diputados fueran medianamente serios, les retirarían la palabra, pero en su lugar votaron por no conforma una comisión de investigación. Como decía un periodista del viejo continente: “lo malo no es que te tomen por imbécil, sino que te lo digan en tu cara”, que es exactamente lo que el Congreso ha hecho. Desconozco en qué momento ocurrirá algo que de verdad sea el punto de inflexión y quiebre de estos comportamientos corruptos. Señora Vicepresidente, como encargada de la trasparencia -pero también secretaria general del PP- acaba de elevar sustancialmente el debe de su cuenta política y ponerlo en rojo. Las pequeñas cosas hacen la diferencia -estas no son tan pequeñas-, salvo que quieran seguir como de costumbre y no pasar a la historia más allá de las páginas amarillas junto a otros que en su momento criticaron ¡Capichi!