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lunes, 29 de octubre de 2012

Inconformes y eléctricos


La responsabilidad es el precio de ser adultos

Las pasadas protestas en Totonicapán evidenciaron lo que podría denominarse la “mara eléctrica”. Importante conocer y reflexionar cómo se conforma el recibo de la luz. Una parte sustancial (88%) corresponde a generación y transporte y 12% a distribución. Al total se le calculan impuestos que servirían para pagar el alumbrado público. De Q2.61 que paga el consumidor: Q2.09 es el precio del kilovatio, más Q1.85 de generación y transporte, Q0.24 distribución, Q0.27 tasa municipal y Q0.25 IVA (¡doble más en impuestos que en distribución!). Sin embargo, hay Departamentos donde el 80% del total corresponde al alumbrado público y el resto es consumo personal, desdibujando el monto global y generando descontento del usuario. En otros lugares, como Xela, el dinero de los recibos de luz termina en las arcas municipales que adeudan cerca de 100 millones de dólares a pesar de haberlos cobrado. Finalmente, bochincheros en Occidente exigen un canon por vivienda, previo robo de la energía, mientras otros azuzan contra las hidroeléctricas, impidiendo reducir el elevado costo de la factura por no producir energía a más bajo precio. Todo un circulo vicioso y perjudicial que paga el consumidor por contratos de dudoso interés nacional y con el futuro también hipotecado al no promoverse el necesario cambio de matriz energética.
Los alcaldes deberían explicar a sus conciudadanos el costo del alumbrado público. Entre todos, decidir cómo quieren iluminar el pueblo y arreglar el problema de la tasa municipal, porque a fin de cuentas son los vecinos quienes deben de pagarla. Por otra parte, hay que evaluar si es justo que el 80% de la población tenga subvencionado el consumo de energía eléctrica (con dinero de los impuestos). Con ello, el usuario no es consciente del precio real, puesto que unos se hacen cargo de parte del gasto de otros y se fomenta la ausencia de responsabilidad en el consumo al cancelarlos por debajo de su precio de mercado. No hay un estudio al respecto, pero posiblemente quienes cuentan con energía subvencionada disponen de dinero para celular (hay más de tres millones de teléfonos que de habitantes). En algunos países (Colombia) se instalaron contadores de luz con recarga (prepago). Cada quien invierte lo que quiere y administra su consumo, sin que nadie tenga que asumirlo por él (subvención). El ciudadano responde -como ahora hace con el celular- al absorber lo que puede pagar y no cargarle a otro sus deudas. Además, toma conciencia del precio real y seguramente luchará por cambiar la matriz a otra más barata, lo que vendría a consentir y promover más licitaciones de potencia y energía, facilitando el desarrollo de otras formas de generación que disminuyesen considerablemente el precio.
Una interesada manipulación está detrás de todo esto, posiblemente promovida por quienes se benefician de esas anormales formas de vida, financiación y subsidios, sirviendo intereses personales por encima de los colectivos. Es preciso presentar el tema con la dureza de la verdad, puesto que el elevado costo de la energía termina perjudicando precisamente a los más pobres y crea condiciones de desarrollo más difíciles para quienes tienen menos ingresos. Un cambio de matriz energética mediante la construcción de hidroeléctricas (y otras formas de generación) y el pago real del consumo que cada quien haga para que tome conciencia de lo que cuesta, son pilares sustanciales de la reforma pendiente. Mientras, la exigencia de trasparencia a los alcaldes una práctica que debe promoverse en lugar de crear improcedentes bochinches nacionales ¡Cada palo que aguante su vela! 

lunes, 22 de octubre de 2012

Señor Presidente


Un hombre de estado debe tener el corazón en la cabeza. (Napoleón)
 Usted no es Presidente al azar. Fue elegido democráticamente para ocupar el cargo durante los próximos años y representar a un país, a un colectivo, intereses de personas que desean caminar en paz hacia un futuro mejor. No recuerdo la llegada de otro que antes de tomar posesión generara tan altas expectativas de que las cosas podían cambiar ni de quien asumiera responsabilidades tan tempranamente. El inicio del presente año fue para muchos ciudadanos -incluso los que no le votaron- el principio de lo que se presuponía una era de cambio, donde manoseos del pasado iban a encerrarse para siempre en el baúl de los recuerdos. Es preciso destacar que ha sido el gobierno democrático más prontamente atacado, zarandeado e incluso despellejado, lo que sorprende a quien conoce a los opositores ni mucho menos generan miedo para enfrentarlos. Su gobierno ha reducido la criminalidad -eso dicen las cifras- pero se ha incrementado la conflictividad hasta límites preocupantes.
Permítame decirle que no tiene porqué estar permanentemente “certificándose” como presidente no militar. Presiento una honda preocupación por ser percibido como “civil” y una necesidad constante de transmitir esa sensación ¡No tenga miedo! Que le pele lo que digan a estas alturas los de siempre. No tiene que reivindicarse continuamente. Tenga la firmeza de confrontar a embajadores -sean de USA o de Israel- cuando critican el empleo del ejército y muéstreles actuaciones y cifras de sus respectivas fuerzas armadas. Ignore a representantes de ciertos gobiernos “civiles” y ONG,s que jamás reprobaron patrullas combinadas en países europeos, las más recientes durante las olimpiadas londinenses o en Brasil, mucho más cerca. Ponga en su lugar a personajes y grupos prepotentes e intrigantes, sabe perfectamente quienes son, a qué y para qué destinan su energía y su dinero. Exponga mediáticamente -usted o sus subordinados- la realidad de los conflictos “sociales” y la manipulación que los servicios de inteligencia conocen en relación a cómo se organizan los mismos. Evidencie a los vividores, a los culpables de cómo está el país, a los responsables de esta situación que comienza a sentirse como de desgobierno. Recuerde que la inacción es incompatible con el ejercicio del mando y que fue elegido por mayoría para implementar un plan de seguridad -su principal oferta electoral- basado en aquella “mano dura” que usted se hartó de explicar en qué consistía y que entendimos se refería al ejercicio de la autoridad, que no del autoritarismo. Cumpla a cabalidad con la primera. Haga observar las leyes, sin dudar, temblar ni hacer concesiones extraordinarias fuera del marco legal. Puede que la flexibilidad sea una virtud en otra parte, pero no es precisamente algo destacado en cuanto se refiere a la aplicación de la justicia. Expulse de su círculo a los corruptos -que los hay-, a los sobornadores de periodistas, a los deshonestos y no se alíe con los volátiles, los tránsfugas ni los tibios. Actuar con firmeza apegado a la ley es el principal capital de un gobernante.
Puede usted pasar a la Historia como quien hizo historia o como uno más de los que antes ocuparon su puesto. Depende de usted, porque tiene la oportunidad, la capacidad, la información y puede conformar el equipo adecuado. Deje de oír cantos de sirena -masculinos o femeninos- y no dilate más, porque ya pasó casi un año. La soledad es su hábitat, pero ya lo sabía cuando llegó al puesto y mucho antes cuando lo aprendió en la Politécnica ¡Suerte!, pero también cabeza, corazón e ideas claras.

lunes, 15 de octubre de 2012

Las ventanas rotas


La cultura “diferente” no es excusa para incumplir el Derecho natural

A raíz de los sucesos en Totonicapán, leí en algún lugar cierta reflexión sobre si el derecho a la libre locomoción está por encima del derecho a la vida. Me parece trascendente la pregunta porque encaja en una discusión pendiente y es extensiva a otros derechos como la libertad de expresión o la propiedad privada. Considero una gravísima confusión plantearse siquiera la cuestión. Los derechos individuales son todos iguales y pensar que unos pueden estar por sobre otros significa admitir que hay que clasificarlos y que alguien lo debe de hacer. Si así fuera, encontraríamos miles de ordenamientos -o uno artificialmente elaborado por alguien- y la imposibilidad de seguir un único método, lo que invalida el planteamiento inicial. Los derechos individuales están todos al mismo nivel y deben de respetarse con la misma intensidad, fuerza y decisión. Esa es la esencia de cualquier actuar político o personal. Rand nos ilustra: aquellos que niegan los derechos individuales no pueden llamarse defensores de las minorías.
Cuando se viola el derecho a la libre locomoción de cientos de personas o se ocupa una propiedad privada, automáticamente se pierde la razón porque se está delinquiendo. La autoridad -precisamente la que falta en este país- está para velar por la observancia de los derechos personales, algo que no han entendido muchos de quienes debaten el tema. Cuando se vulnera alguno de ellos -cortar el tráfico, ocupar una finca, etc.- no debe de mediar diálogo alguno. Para conversar sobre cualquier problemática tiene que haber ausencia de presión y de coacción y respetar el marco jurídico vigente que, en teoría, protege justamente esos derechos. Es posible -y necesario- dialogar, pactar, hablar o debatir, pero jamás bajo la imposición y la conculcación de los derechos de otros. En Totonicapán el primer error -y eso no justifica absolutamente nada, pero es preciso analizarlo- fue dedicar más de seis horas, bajo amenazas, a mantener un forzado “diálogo” con delincuentes que violaban la ley sin que el Estado -la autoridad- cumpliera con su obligación de romper el circulo de la delincuencia. Algunos se han acostumbrado a las medidas de hecho y partiendo de esa errada fundamentación, tienden trampas y fabrican condiciones artificiales de negociación donde todo es posible. Luego, el discurso fácil y disonante hace el resto sustituyendo: ocupadores pacíficos por invasores; matanza por incidente confuso o cortadores de carreteras por delincuentes. Todo dentro de un orquestado plan que utiliza a las víctimas que son rentabilizadas por los vividores habituales del conflicto. A esa podredumbre mediáticamente manoseada, se le suma la ausencia de justicia que nunca suele ser ejemplificante. Aquellos criminales que, entre otras cosas, secuestraron, maltrataron, intentaron asesinar y generaron terror (terroristas) golpeando a militares en Barillas, el MP los procesará únicamente por lesiones, como si de una discusión de tráfico se tratase; a estos otros tratarán de endilgarles ejecución extrajudicial. El mensaje es claro: hagan lo que quieran que aquí les protegemos y no menos claro para la otra parte: no se dejen abusar porque nadie les ayudará. Perversa ecuación a la que hay que agregar que de Barillas nadie habló, mientras que de este caso -lamentable como aquel- los habituales manipuladores que transforman los desechos en derechos, se han hecho inmediatamente eco o fueron a recoger cascabillos del suelo, recordando el manoseo de la escena del crimen del obispo Gerardi que hicieran otros de similar ideología y fines. El país sigue repleto de tramoyistas, aunque tengan premio Nobel pero también de “políticos” bamboleantes sin ideas claras.

lunes, 8 de octubre de 2012

Romería de vende patrias


 Somos iguales ante la ley, pero no ante quienes se encargan de ejercerla

Tal y como me enteré: Días atrás, se convocó una reunión en una embajada europea fiel colaboradora económica y política de ciertos colectivos. Asistieron representantes diplomáticos y dos grupos diferentes de personas. En uno había un magistrado de la CSJ que llegó a pedir árnica porque se siente “amenazado y presionando" y solicitó a la comunidad internacional que avale sus posturas y decisiones judiciales. Lo que en definitiva promovía el "juez" era la injerencia externa para que sus "imparciales" sentencias -cualesquiera que sean- tengan el visto bueno "internacional" y consecuentemente se validen sin discusión. Como ha sido costumbre, el manoseo y la politización de la justicia sigue siendo el arma que esgrimen determinados personajes y organizaciones para legitimar sus intereses aunque no corresponda en ley. El segundo de los grupos lo integraban miembros de CALDH, de la Comisión Internacional de Juristas y del MP, entre otros. Pedían igualmente la “intervención” diplomática porque según ellos algunos de los casos que “llevan” pueden perderse y necesitan del apoyo de quienes allí estaban. Quejumbrosos y desesperados, y ante la falta de investigación o de razón, las malas mañas y el ruido mediático son nuevamente las tácticas a utilizar para hacer “justicia”, sin importar el precio. El miedo de todos esos es que alguna decisión judicial pueda ir contra sus sutiles intereses y mermar el esfuerzo por alcanzar mezquinos objetivos -políticos no jurídicos- que promueven desde hace tiempo.
De mi cosecha: Se evidencia lo que se viene exponiendo por diversos comentaristas y en diferentes foros, aunque incrédulos y manipuladores lo nieguen: hay todo un complot por aparentar lo que no es y por forzar y sostener decisiones judiciales sobre la base del rentismo político-ideológico, sin importar si se cumple o no con la ley, porque eso no representa ayudas ni subvenciones. Los vividores de la cooperación internacional -que no son pocos- necesitan resultados tangibles para justificar el dinero que reciben y en demasiadas ocasiones -ahora vivimos algunas de ellas- manipulan las cosas para que sean como dicen que tienen que ser: hidroeléctricas, minería, medio ambiente, indigenismo, genocidio, etc., para seguir con esa forma de vida sufragada con las ganancias que reciben como “cooperantes” ¡Hasta los muertos son aprovechados por muchos de esos inescrupulosos! Y es que tras la anunciada salida de país de algunas embajadas y el recorte en las ayudas de otras, necesitan encontrar nuevos padrinos y el lamento quejumbroso -no el trabajo honesto-  es el medio empleado ante quienes llegan al país con buena voluntad -que no son todos- y con la esperanza de colaborar en el desarrollo nacional. Los donantes deberían de entender que un país no sale adelante mientras existan personas cuya forma de vivir sea mendigar fondos de la ayuda internacional y que además representan el mayor obstáculo para que se emprendan las reformas necesarias porque necesitan justificar -por encima de todo- ese estilo inmoral de subsistencia. No es preciso más injerencia, manipulación, politización ni mantener activistas refugiados bajo cobijo o inmunidad diplomática. Lo malo es que muchos donantes necesitan justificar la ayuda que por años llevan dando porque su carrera y la de sus antecesores puede depender de ello ¿Sabrán en sus países lo que hacen acá o, por el contrario, no tendrán información fidedigna de cómo y en qué invierten el dinero de sus contribuyentes? Mientras aquí se convocan reuniones de manipuladores, agentes de CICIG “trabajan” tomando fotos en Madrid ¡Basta ya de hipocresías!, pero sobre todo de hipócritas.

lunes, 1 de octubre de 2012

Goebbels sigue vivo



Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible (Talleyrand)

Continúan escuchándose insistentes y singulares reflexiones sobre violencia extrema, crímenes, masacres y su paralelismo con el genocidio. Algunos defensores de esas similitudes acuden a definiciones en el diccionario de la lengua española y a subjetivos informes pretendiendo, a sabiendas, desfigurar el preciso concepto que la Convención sobre Genocidio recoge en su texto y sobre el que no cabe -en el caso guatemalteco- más que descabelladas, obligadas e interesadas elucubraciones. Se esfuerzan por amañar y difundir que matanza es sinónimo de genocidio, olvidando que todo genocidio es una matanza pero no es cierta la inversa. Interesadamente omiten o desprecian ejemplos históricos que ilustran lo anterior: los millones de asesinados por Stalin en la Rusia posrevolucionaria; los muertos de Hirosima y Nagasaki; el bombardeo de la ciudad de Dresde o más cercano: Camboya, Vietnam, Sabra y Chatila, Irak, Afganistán o los linchamientos del Ku Klux Klan en USA. No existe la menor intención de tratar el tema seriamente porque se ha pasado del análisis jurídico al político -dominado por el poder y el dinero- y en ese interesado foro cabe cualquier argumento -generalmente emotivo- que retuerce la interpretación y bloquea el análisis comparado. Pocos son realmente los puntos de interés que preocupan y la justicia no está entre ellos. El posicionamiento de fracasadas ideas que por años han servido para acceder al poder y no dejarlo; la venganza por "medios legales" de quienes fueron enemigos de armas (y políticos) en un tiempo y el dinero prometido por algunos países y asociaciones de conseguir una sentencia favorable que permita seguir "peleando" en ese terreno al margen de la democracia, de las reglas y del derecho, son suficientes incentivos perversos. Como botón de muestra los anuncios que el reino de los Países Bajos y la sueca Diakonia -miren a quien financia en Guatemala- han costeado con absoluto descaro y publicidad subliminal ausente de toda ética o el denunciado uso de fondos de ciertos gobiernos que promueven y sustentan actividades delictivas y extremistas no toleradas en países con un mínimo de dignidad. Activistas fracasados -algunos sutilmente expulsados de otros lugares- que abusan del pasaporte diplomático, promueven acciones que ignoran sus conciudadanos y seguro no permitirían esos espectáculos dirigidos en sus "superdemocracias". Como dijera Montesquieu "no hay peor tiranía que la ejercida a la sombra de las leyes y con apariencia de justicia.
El ciudadano responsable debe alejarse de cantos de sirena que contaminan el ambiente e ignoran casos como los antes referidos. Y es que el interés de sus promotores -algunos asesinos señalados- no estriba en modificar el espectro de delitos de la Convención sino en satisfacer sus particulares intereses para poder seguir presionando fuera de las instancias democráticas a las que no acceden por carecer de suficientes votantes mientras perpetúan un modus operandi de vida uno de cuyos pilares es, precisamente, la violencia que dicen querer erradicar. Haga un listado de activistas, lea su historial de vida, observe los movimientos que representan y a cuántos incluyen, compruebe de dónde reciben dinero, mire si trabajan en algo productivo y después, tome su propia decisión sobre sus intenciones y el discurso que utilizan. Bienvenidos al mundo descrito por Verstrynge sobre la guerra asimétrica (manual en el ejercito venezolano) donde se pretende "legalizar" el terrorismo -terror como forma de acción- al que frecuentemente acuden estos malvados que linchan, secuestran, ocupan, presionan, asesinan, mientras otros les amparan dándole un barniz legal y reivindicativo al asunto.