Si el
sistema es el mismo, los resultados serán idénticos
La
manifestación multitudinaria del pasado sábado, es un hito importantísimo en la
historia política del país. Una sociedad tradicionalmente conformista y
silenciosa, se lanzaba a la calle a reclamar justicia y rechazar la corrupción.
El detonante, sobradamente conocido, fue la desarticulación de un grupo mafioso
en la SAT al frente del cual sitúan al secretario privado de la Vicepresidenta.
El pastel quedó adornado porque aquella mintió a su regreso al país, además de
otras cuestiones que la señalan como más protagonista de lo que algunos quisieran
imaginar.
Eché en
falta declaraciones de sindicalistas y políticos de la oposición. Los primeros,
prestos para chupar cámara o micrófono en cualquier evento en el que puedan
rentabilizar su labor de “lucha permanente por los trabajadores”, desaparecieron
en esta ocasión, a pesar de que birlaron millones de quetzales a sus afiliados.
Los segundos, no hicieron declaraciones ni aprovecharon el momento político
favorable para aclarar que podrían ser una opción digna de ser votada, y que
estaban contra la corrupción que se cuestionaba en la manifestación. Ni unos ni
otros dijeron nada. Callaron impunemente y estuvieron cerca del gobierno, porque
son parte de ese sistema que coopta el político y que sangra continuamente el
presupuesto. Es muy posible que el próximo viernes 1 de mayo, salgan con su
tradicional discurso sobre los “logros históricos” de los trabajadores (y trabajadoras)
o que en un par de meses los veamos extorsionar a los candidatos para ver de quien
obtienen más prebendas y así darle el respaldo electoral, y por los próximos
años.
Quedarnos en
el rechazo al fraude descubierto en la SAT, duro y triste pero anecdótico, es
importante, aunque insuficiente. Lo cierto, y por eso callaron políticos y
sindicalistas, es que el sistema está absolutamente corrompido y todos lucran
en él. El silencio guardado sirvió para no ahondar en una herida que terminaría
supurándole a ellos mismos. Se llega al poder invirtiendo exorbitantes
cantidades de dinero o comprando voluntades. No hay otra forma de hacerlo
porque el sistema no lo permite. Una vez allí, hay que devolver favores y
recuperar lo invertido, con el mayor porcentaje posible de utilidad ¡No lo
dude, no hay otra forma ni otra vía!, es el mafioso procedimiento de políticos
y sindicalistas.
Por ello,
ciertos medios de comunicación silenciaron la manifestación e incluso la
ningunearon. Ojee las redes sociales y las páginas de aquellos que pertenecen
al entorno de LIDER/Baldizón y observará que para esos “periodistas” el evento
del sábado apenas existió brevemente el domingo. No criticaron ni evidenciaron
los hechos porque saben que pueden ser los siguientes en ser señalados y desean
que el ciudadano no advierta que es preciso dinamitar el sistema y dejar de
pensar en un “salvador”.
De nada
servirá ese hecho del 25A si no se continua profundizando y evidenciando que
con este modelo no hay persona que llegue impoluta y sin compromiso a la
política. Ahora, y no mañana, es preciso un pacto para destruir esta sangrante
corruptela y otorgarle valor al voto en blanco, evitando que personajes inescrupuloso
continúen perpetuando el patrón. Se comenzó el sábado, pero hay que concluir.
Lo que venga será como lo que hay, y lo que hubo: un sistema absolutamente
nefasto del que no escapan las personas. Ya hicimos un esfuerzo, no terminarlo
sería frustrante, desesperanzador y sin futuro. Es preciso ver la forma de
empoderar al ciudadano y elegir, no seleccionar de entre un grupo de mafiosos.