lunes, 23 de diciembre de 2024

2025: el año de Arévalo

No es que otros lo hicieran o lo hubiesen hecho peor, pasado y futuro en el que no estamos, sino que quienes ejercen el poder no dan los resultados mínimos esperados

Después de un año vacío, desierto, fútil, con alta desesperanza y frustración, debería llegar algo mejor, aunque siempre podemos caer más bajo. Las políticas públicas esperadas no llegaron y reparar el hundimiento en la autopista de Palín o arreglar el famoso puente de Nahualate son quimeras. Los únicos pilares reforzados han sido las excusas, a pesar del incremento presupuestario de Q15,000 millones. No es mi opinión, sino la suma de entrevistas que hicimos en radio ConCriterio, en las que se destacaron positiva, pero únicamente, el remozamiento de las escuelas, una lavada de cara que no acomete los problemas de fondo, aunque menos es nada.

Diez de los catorce ministerios han pasado el año sin pena ni gloria, y de las secretarias tampoco se tienen muchas noticias. La de Seguridad Alimentaria, que debería ser prioritaria, no ha tenido el éxito esperado. Quizá sea muy atrevida esta afirmación, pero ahí la dejo para el debate: “muchos ministros y secretarios han sido consultores y desde una oficina propusieron grandes proyectos que no son capaces de implementar”. Lo que me recuerda aquel chiste del consultor que desafió al pastor a que podía adivinar en diez segundos las ovejas que tenía en el rebaño. Cuando acertó y eligió una de ellas como premio, el pastor le dijo: yo sé que usted es consultor por tres razones, la primera, porque ha venido sin que nadie lo llame; la segunda porque no me ha dicho nada que ya no supiera; y la tercera porque en lugar de llevarse una oveja se confundió y se llevó al perro”.

Nos gobiernan demasiados técnicos, consultores y asesores que nunca implementaron un proyecto y se quedaron en el diseño del ciclo de las políticas públicas, y mucho diputado que no ha trabajado en su vida y desconoce lo que es la gestión empresarial. Al Presidente, uno más de esos “especialistas”, le ocurre lo mismo, y los resultados quedan a la vista. No es que otros lo hicieran o lo hubiesen hecho peor, pasado y futuro en el que no estamos, sino que quienes ejercen el poder no dan los resultados mínimos esperados.

Y aunque “la esperanza es el arte de encontrar luz en los rincones más oscuros”, además de ser lo último que se pierde, hay un límite en la capacidad de aguante del ser humano, especialmente cuando partió de las altas expectativas que generó esta administración.

El año próximo es el único que queda para mostrar algo perceptible, y quizá ni siquiera los doce meses. Tienen el mayor prepuesto histórico, la más baja popularidad presidencial, y un país hundido en todas las áreas de gobierno, por lo que no debería ser muy difícil lograr algo. Otros políticos -Milei es el mejor ejemplo, además de Bukele- lograron -guste o no- cambios significativos en sus países durante el primer año de gobierno. Contaban con un plan, que es lo que aquí no hubo, además de objetivos claros, horizonte a donde llegar, ideas, capacidad, voluntad y coraje.

Nada será peor que el fracaso de este gobierno, porque disipará las pocas esperanzas que quedan y abrirá las puertas a un modelo de corrupción más sofisticado y extendido. Hay que dejar las excusas a un lado, porque sabían lo que había, en qué se metían, y no se justifica hablar de problemas y obstáculos, cuando deberían haber llegado al gobierno con soluciones.

En esto de las segundas oportunidades hay dos visiones: la de quienes creen en ellas y otros que consideran que darle una segunda a alguien es como darle otra bala porque la primera no le mató.

En cualquier caso, muy Feliz Navidad.


lunes, 16 de diciembre de 2024

Navidad, tiempo de olvido

Entre villancicos, convivios, críticas de amigos, y algunos tragos de más, soportamos el chaparrón y nos contentamos con decir que antes todo era peor

Con ese especial encanto de las celebraciones ruidosas y multitudinarias, pero también con una hipocresía fuera de toda duda, las fiestas navideñas permiten un impune borrón y cuenta nueva. Se termina un año -del que se quiere recordar poco- y se inicia otro, en el que se hacen idénticos planes, a ver qué ocurre. Una suerte de contumacia histórica que ya supera los dos siglos, y que permite poner el contador a cero sin padecer ni sufrir mucho por el recorrido.

Seguramente no recordamos el inicio de este año, con la esperanza de emprender un nuevo camino, alejado de la corrupción y mínimamente eficaz en las decisiones públicas. Expectativas que, como todos los años, se traducían en buenos deseos y aspiraciones y que, como todos ellos, vemos frustradas 365 días más tarde ¡Definitivamente somos dignos de estudio!

Si hacemos un rápido balance político probablemente no sepamos qué decir de los logros de ministerios como el de agricultura, cultura y deportes, desarrollo social, economía, energía y minas, ambiente y recursos naturales, trabajo y previsión social o relaciones exteriores. De los otros, hemos escuchado hablar del de la defensa nacional y de salud pública, pero posiblemente tampoco podamos colgarles medalla alguna. De los restantes, gobernación cuenta la activación de una prisión para reclusos peligrosos, finanzas nos ha endeudado hasta el cuello con los pactos presupuestarios más caro de la historia, comunicaciones, con tres ministros, no ha sido capaz de arreglar la famosa autovía a Palín, aunque parece reiniciará sus reparación en febrero del próximo año, y educación ha pintado varias escuelas, lo que repite incansablemente como el logro del siglo ¡No se desilusione, porque apenas hemos comenzado!

A la cabeza de ese despropósito administrativo, un Presidente que sigue manteniendo el mayor salario de los mandatarios latinoamericanos, con un fotógrafo personal que devenga Q30,000 mensuales y que, con enorme pasividad y aquiescencia,  ha permitido que hijos, amigos, parientes, novios o cercanos a personas del partido cuenten con jugosos contratos como “personas de confianza”, mientras el resto de jóvenes -sus hijos o los míos- no pueden optar a una plaza pública porque se siguen otorgando a dedo ¡Una moral laxa!

Los legisladores, mayoritariamente sinvergüenzas, aprueban leyes que benefician a quienes financiaron sus curules o se suben el sueldo y se otorgan indemnización antes de irse de vacaciones con más de Q12,000 millones concedidos a los inútiles, mafiosos y corrompidos consejos de desarrollo, que los gastaran a placer durante el 2025, porque una nueva ley así se lo permite.

El poder judicial -que pactaron elegir y se felicitaron por ello- actúa de idéntica manera a como lo hacía aquel otro que querían cambiar  porque era producto de mafias anteriores.

Los sindicatos y grupos de presión aprovechan el río revuelto y se recetan nuevos bonos como ese del ministerio de finanzas denominado “bono de impulso económico”, por Q4,500, que pagamos con nuestros impuestos y que podríamos gastar a placer si no nos lo quitaran para otorgarlo caprichosamente mediante el chantaje habitual de fin de año.

Entre villancicos, convivios, críticas de amigos, y algunos tragos de más, soportamos el chaparrón y nos contentamos con decir que antes todo era peor, y que ahora ya no hay corrupción. Recordamos a los malvados Giammattei, Morales, Pérez…, y nos remontamos hasta el inicio de la era democrática nacional, pensando que ¡por fin superamos los problemas!

Somos almas impuras, niños de pecho, púberes felices jugando en un kínder nacional, pero frustrados, incapaces, y sobre todo conformistas con una triste situación que permitimos y que periódicamente refrendamos para repetir el ciclo ¡Pues feliz Navidad entonces!, y hasta el año que viene.

lunes, 9 de diciembre de 2024

Cuotas de género y otras linduras

Este progresismo moderno nos ha llevado a extremos en los que incluso emitir opinión tiene como resultado la crítica punzante de ciertos pelmazos

En un medio escrito español se pudo leer el siguiente titular hace unos días: “El joven que se ha quedado sin ser bombero por el opositor trans…” Narra la historia de un hombre que consigue la última plaza para ingresar como bombero -la número 126-, y cuando pensaba que tendría al merecido trabajo -ganado por oposición- una reclamación de otro hombre, que se había declarado mujer, lo dejó fuera de cupo. 

El autopercibido mujer, con las marcas que había obtenido en las diferentes pruebas como varón, fue reclasificado en función del baremo femenino de puntuación -mucho más condescendiente que el masculino- y ascendió cien puestos, a lugar 101 del 201 que ocupaba. Obviamente desplazo al hasta entonces número 126, al lugar 127, y lo sacó del listado de aprobados.

Así que si se incendia su casa o requiere otros servicios de bomberos, será conveniente que solicite que vayan exclusivamente hombres porque han pasado pruebas más exigentes, y por tanto estarán en mejores condiciones de atender su urgencia. Es inverosímil que se contrate a dos tipos de bomberos -pero también policías y militares- teniendo en cuenta que, debido a las diversas emergencias que atienden, tendrían que contar con las mismas capacidades.  Hay una evidente discriminación que empeora la atención, aumenta los costos, expulsa a personas más cualificadas del trabajo público y promueve y tolera un sistema de desigualdad que afecta negativamente el servicio prestado a la ciudadanía. Pagamos por algo “de primera” y nos puede llegar “de quinta”, porque la diferenciación de exigencias así lo permite. 

Y es que la políticas públicas de corte internacional han aturdido la razón y la mínima lógica, y creado un espacio para que el feminismo manipulador y radial sea un eje transversal del progresismo moderno, pero con altísimo costo social que se silencia. 

Lo único que habría que hacer en la función pública es fijar condiciones mínimas de entrada, según el trabajo que se ofrezca. Y si hay que manejar una manguera de agua de cierto peso y presión, hará falta un fuerza determinada que deberá trasladarse a las condiciones física de entrada, pero sin diferencias según el sexo. Luego, quienes pasen esas pruebas, deberían ser contratados por el orden de puntuación obtenido, para poder prestar el servicio correspondiente al ciudadano lo mejor posible ¿En qué momento, en un espacio tan sumamente racional, metieron la cuchara y generaron tales elucubraciones con aquiescencia de otros mendrugos que pueden necesitar dichos servicios en el futuro?

De seguir así, supongo que habrá que cambiar el modelo de atención en los teléfonos de emergencias, y cuando alguien pida ayuda le pasen primero un cuestionario específico para ver a qué velocidad corre el atracador que le acaba de robar, la corpulencia que tiene o el peso de la persona que se está ahogando, entre otros datos, y así decidir si llega un hombre, una mujer o alguien autopercibido como tales, porque contarán con capacidades físicas muy distintas,  ya que así se lo permitieron en el ingreso.

La gilipollez se cuenta por sí misma y no requiere de sesuda reflexión. Este progresismo moderno nos ha llevado a extremos en los que incluso emitir opinión tiene como resultado la crítica punzante de ciertos pelmazos -y pelmazas- incapaces de ver más allá de sus narices.

Cada vez más se promueve y potencia el odio “al macho alfa”, aunque se sustituye por “la hembra alfa” con idénticos errores y prejuicios que aquellos que se desean desterrar.

Estamos en un mundo al revés, en casi todo, y esto del femininazismo no es una excepción, sino más bien cumple la regla a cabalidad.

¡Uy que dije!


lunes, 2 de diciembre de 2024

Un presupuesto muy mal visto

La guinda del pastel, pareciera ser, es que nadie lo sugirió ni aprobó, y el propio presidente del Congreso dijo desconocer la subida salarial en un 78%

Transar con el presupuesto ha sido tradicional en la política nacional, y fue lo que se le achacó a ese grupo de diputados mafiosos por parte de quienes ahora son oficialistas. Negociaban dádivas, mordidas y obras que se otorgaban en el Congreso para conseguir favores ¿Le suena el discurso? El propio Presidente, que ahora celebra públicamente la aprobación, afirmó: “El presupuesto es el aceite de la corrupción”, y parece que la frase viene a cuento en el aprobado para el 2025 por los suyos.

Entiendo que hay un margen aceptable y ético en la negociación política por parte de los diputados. Sin embargo, cuando se pasa la línea de lo racional se entra en ese universo paralelo de la corruptela, aunque parece ser que la barra se ha subido y lo que antes se tachaba como tal, ahora se considera aceptable, y lo denominan negociación ¡Venga, no nos engañemos!

El presupuesto 2025 ha sido contundentemente rechazado por tanques de pensamiento de prestigio, cámaras empresariales tradicionales y nuevas, analistas cualificados de distintos sectores y diferentes opinadores, y lo que es el colmo: por personas e instituciones dentro del propio partido. A ninguno le cuadra, y quienes son más directos se atreven a calificarlo como algo negociado que ha permitido conseguir votos para aprobar otras cosas, pero que ha hipotecado la ética del partido SEMILLA. Dicho de otra forma: han hecho lo mismo que criticaban con el argumento de que no han entregado efectivo, aunque eluden explicar que otorgan miles de millones a los Consejos de Desarrollo que se han mostrado históricamente corruptos e ineficientes, además de otras consideraciones respecto del endeudamiento y del millonario gasto para ONGS.

La guinda del pastel, pareciera ser, es que nadie lo sugirió ni aprobó, y el propio presidente del Congreso dijo desconocer la subida salarial en un 78%, además de la indemnización -ilegal- al terminar su periodo. Se saltaron las trancas con la soberbia del que confronta descaradamente cualquier reclamo, pero nadie quiere asumir el costo de lo negociado, pactado y aprobado. Antes era una vergüenza y ahora es un descaro, aunque el cambio en el calificativo no mejora la gestión ni los resultados, y es momento de advertirlo o, como siempre ocurre, quejarnos años más tarde de lo que no se supo enfrentar en el momento.

Este presupuesto aprobado es el que hubiese correspondido para 2027 de haber crecido el PIB un 4.1% anual, pero no superamos el 3.5%. Además, incluyendo en el articulado unos Q5,500 millones más para comunicaciones y otras cuestiones, lo que eleva el gasto público real a Q154,000.

A la fecha, ciertas dependencia de gobierno así como los Consejos de Desarrollo, no han sido capaces de ejecutar siquiera una parte del aprobado para 2024, no digamos ya lo incrementado con la ampliación de Q15,000. La mayor parte del dinero sobrante pasará como activo al 2025, momento en el que los mafiosos tradicionales -apoyados por SEMILLA, por más que naveguen con bandera de pendejos- gastarán a su antojo y gusto, y cobrarán las correspondientes coimas propias del mangoneo en construcción y otros rubros.

Y es que aquello de que “el poder corrompe…”, se hace efectivo cuando se alcanza. La mayoría de los diputados y también de integrantes del ejecutivo, jamás han montado una empresa y tampoco han trabajado en el sector privado, así que el dinero les llega gracias a que otros producen para que ellos puedan subsistir. Una suerte de condición que habría que incluir en las próximas elecciones, y si no ha sido emprendedor no sea político, porque le faltará capacidad, experiencia y sapiencia.