lunes, 25 de agosto de 2008

Maldita Corrupción

Es imposible desayunar un día sin que tengamos que bajar la vista vergonzosamente y reflexionar sobre la corrupción. El tema ha pasado de ser criminalmente perseguible, a preocupantemente sanitario. Duele el estómago, el hígado se hincha, el espíritu se encoleriza y la dignidad provoca una suerte de léxico que termina por aflorar entre dientes y se acuerda de todos los malditos corruptos, y de sus madres.
Algunos funcionarios públicos son una auténtica vergüenza para el país, para la política y para el colectivo humano. Roban y despilfarran con desvergüenza y con la cara dura propia del pícaro medieval, pero sin la gracia de aquel. Nada les importa, se mofan, se burlan y nos tratan de bobos. Dos ex presidentes del Congreso cuestionados que ponen cara de circunstancia como si con ellos no fuera el tema del desvío de fondos públicos. ¿Se conducirán con ese grado de aparente estupidez en sus empresas privadas y sus finanzas particulares?. ¿Dejarán que otros las manejen como lo han permitido con esos fondos?. Dos ex presidentes de la república huidos con cientos de millones sustraídos. Uno se los peló cash y otro a través de transferencias de dependencias estatales y ministros allegados. Los menos, purgan sus crímenes en cárceles donde todo se compra o se vende. El MP parece apartar la vista de ciertas causas, cuando no las pierde, extravía o sencillamente no avanza en la investigación. Los diputados se asombran de lo que ocurre y rasgan sus levitas: ¿a qué se dedicarán si no se enteran de lo que pasa en su lugar de trabajo?. ¿O sí?. Por último, el presidente de turno, hace como el mico: no ve, no oye, no habla y seguimos sin saber qué pasó con el pisto desviado a su sobrina política -exitosa empresaria juvenil-, los alcaldes de su partido que distrajeron fondos municipales, los que se recetan altas comisiones, los ministros que usan trucos para el reparto de fertilizante, los que prorrogan interesadamente los contratos de provisión de medicinas, los fideicomisos, los funcionarios de ciertas secretarías que promueven el nepotismo, el cheque de Q500 mil que cobro la UNE pero que no lo cobró, el dispendio en gastos sociales, las ONG,s que malversan, los inspectores de trabajo que sobornan, los funcionarios de migración y aduanas que cobran indebidamente, personeros del IGSS que se auto recetan pensiones fantasmas y así sucesivamente. No nos engañemos. ¿Cuántos financistas y amigos quedan todavía por contentar?.
Corrupción en la política, en las escuelas que certifican a hijos de sindicalistas, en la universidad que expide títulos y paraliza la investigación, en los juzgados donde las causas se pierden o los que tienen que notificar cobran por no hacerlo, en el policía que te hace el alto y se despacha algunos quetzalitos, en aquellos a quienes “se les olvida” entregar la factura del consumo realizado, en los que acreditan miles de quetzales de combustible en un solo día o en los que copian tarjetas de crédito. Corrupción maldita en los que ocupan puestos públicos y pretenden robar los días que llegan a trabajar, en los que venden prebendas, en quienes predican un discurso y aplican otro diferente, en aquellos que dicen amar a su país pero realmente le importa un bledo, en quienes ponen su mano en el corazón para cantar el himno nacional y están pensando como joder al prójimo, en los que paralizan la ciudad con reclamos “pacíficos y sociales”. Maldita la corrupción que nos hunde, nos humilla, nos envuelve y nos coloca en la cola del progreso.

lunes, 18 de agosto de 2008

Nacionalizar y nacionalismo

Inquietante es la disputa aparecida en diversos medios entre la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE) y la Empresa Eléctrica de Guatemala (EEGSA). Según la primera, le corresponde fijar las tarifas de distribución, remitiéndose la segunda al debido proceso que determina la correspondiente Ley General de Electricidad que en su artículo 75 contempla, caso de discrepancias, el nombramiento de una Comisión Pericial (CP).
Al llegar el asunto a ese punto, se conformó una CP integrada por tres expertos. Uno, nombrado por cada una de las partes y, otro, de común acuerdo. Los peritos emitieron su informe y todos hubiésemos pensado que sería el final del conflicto, sin embargo, la CNEE, consideró que el informe no era vinculante, sino informativo y decidió ignorarlo, fijando sus propias tarifas. El artículo en cuestión dice textualmente que la CP, “…, se pronunciará sobre las discrepancias…”, debiendo echar mano del diccionario de la lengua española, tal y como indica el marco legal vigente, para saber que se entiende por pronunciar, y que no es otra cosa que determinar o resolver. Es decir, la CP resuelve con su propuesta y da por terminado el conflicto entre las partes. Creo que encaja perfectamente en el espíritu de la ley de huir de un monopolio decisor de la CNEE y proponer un arbitraje regulado por expertos que equilibre el proceso. No obstante, la CNEE desconoció esa interpretación y el informe. ¿Para qué entonces contempla la ley una CP si la CNEE concentra finalmente el poder?. No tiene sentido el proceso sino es con el elemento vinculante arbitral de la CP (equilibrio de poderes).
Con los precios fijados para los próximos cinco años, por cierto menores que los usados en los cinco pasados a pesar de una importante inflación acumulada, la EEGSA está técnicamente en quiebra por lo que se le puede dificultar cumplir, en el mediano plazo, con sus compromisos, a pesar de que por ahora todo está sujeto a decisión judicial. ¿Por qué la CNNE ignora el informe pericial que ella misma apoya y en el que participa?. ¿Cuál es la razón de fijar unos precios muy por debajo de aquellos con los que se operaba y menores que los que emplean otras distribuidoras?. ¿Es una decisión técnica o una maniobra política?.
La intervención y nacionalización está contemplada en la ley citada. Se puede llegar por muchas vías y las primeras piedras parecen haberse anclado al terreno, exaltación nacionalista incluida. El escenario más peligroso es la vuelta a un Estado-propietario con los males que la historia nos enseña. La incertidumbre que genera el problema es un malísimo mensaje para todos, especialmente para aquellos que tienen que invertir y ven que los criterios cambian caprichosamente o tienen que debatirse en tribunales, sobre todo cuando vemos que una jueza admite un amparo el día 30 de julio y lo revoca el 31. Con el amparo vigente, la CNEE envía a publicar el decreto que fija las tarifas. ¿Acaso sabía que al día siguiente la jueza iba a revocar su decisión o se arriesgó a ello a pesar de predicar que son escrupulosos con la observancia de la ley?. El Congreso, incapaz de resolver sus asuntos relacionados con la corruptela, echa más leña al fuego y declara su apoyo a la CNEE. ¡Pura hipocresía!. ¿Quién gana con todo esto?, quizás algún financista de la UNE al que se le debe pisto y está relacionado con la energía eléctrica. Se admiten apuestas y se aceptan nombres.

lunes, 11 de agosto de 2008

La Comitiva

Me acabo de cruzar con una comitiva. Se veía venir desde lejos. Dos motoristas la encabezaban manoseando el aire como posesos, indicándonos que nos apartáramos como si sobráramos de donde estábamos. Detrás, un carro de policía. Luego, uno de guaruras. En medio, don importante, seguido de más guaruras y más policías. Las sirenas prendidas en tonos azul y rojo, ¡qué colorido!.
Les pela que estemos esperando en el semáforo o que vayamos a cruzar la calle, solo quieren que nos quitemos de en medio porque don importante lleva prisa. Quizá ni sabe a dónde va, pero va con prisa. Si usted es detenido o le hacen perder su tiempo, no importa, lo realmente trascendental es que don importante llegue en hora. ¿Por qué no saldrá, como usted y yo, un poquito más temprano?.
Durante las elecciones todos se llaman Guayo, Alvarito, Rafa, Meme, ¡put.!, y ahora son incapaces de hacer una filita de nada. Se acostumbran rápido a que tienen el paso libre. No recuerdo donde votamos eso, en qué ley está reflejado o por qué se permite. Desconozco una propuesta electoral que diga que a los importantes hay que dejarles pasar por encima nuestra, con chulería, sin pedir permiso y, además, que nos pueden intimidar con fusiles asomando por las ventanas de esos carro-guaruras que llevan delante y detrás.
Dicen que es por seguridad. En este país todo es por seguridad: el polarizado de los carros, la ley seca, las sirenas, cuando llegamos tarde, siempre la seguridad es la escusa. Eso es una carajada, ningún político corre peligro. A los ministros no se los echan porque nadie los conoce ya que los cambian cada mes. Quién carajo identifica a un ministro si cuando ya tienes todo planificado van y lo cesan. Al vice, na que ver. El siempre está en el extranjero, de viaje, y todo sabemos que en el extranjero no matan a nadie, así que tranqui. Y si fuera el presi, menos todavía. Torció el rumbo hace tiempo y nadie sabe adónde va, está perdido: ¿cómo lo van a localizar?. ¿Quiénes son entonces esos don importantes que de vez en cuando nos joden el turno en la cola del semáforo?. Tampoco son diputados porque esos prefieren pasar de puntillas, inadvertidos, como si no hubiesen roto un plato en su vida, sobre todo ahora con el escándalo del pisto-distraído y del doctor diputado, como su coetáneo de la Corte Suprema. ¡Joder llegar a esa edad con esos argumentos!. ¡Mi deber constitucional!, dice uno. ¡Yo no fui el del pisto!, arguye el otro. Todo hecho un asco y el culpable evadido.
¿Por qué no dedican esos guaruras y autopatrullas para detener a la gentuza que hunde miserablemente el país?. ¿Por qué no utilizan todo ese lujo de fuerza para darnos seguridad?. ¿Por qué coño no esperan su jodido turno en la fila y de paso se enteran de lo que cuesta moverse por la ciudad?.
Dicen que quieren arreglar las cosas, pero para ello hay que conocer las causas. Hay que estar su tiempito detrás de un busero fumao que va deteniéndose donde le da la gana y conduciendo como quiere. Ellos, los importantes, no se enteran de lo que pasa. Así nos va, se creen que todo marcha bien, que son buenos y eficientes, que van por el camino correcto y que los demás somos unos pendejillos sin importancia.
Ea musha, pon la sirena, meta la pata y retira a toda esa tribu de adelante. !Apártense, que voy!, dice don importante, mientras toma café y lee, sin prisas, esta columna.

lunes, 4 de agosto de 2008

!Si yo fuera mujer!

Ignoro la razón por la que algunas mujeres no se desprenden del determinante “de” seguido del apellido del marido. Encontramos a Leonor de, a María de, a Carmen de, como si de propiedades se tratase. Tan fuerte es la sensación de pertenencia que nos fijamos más en el “dueño” que en la persona que presenta.
Si yo fuera mujer, me molestaría enormemente ser de nadie, como un objeto. Reclamaría ser yo misma y que me distinguieran por lo que soy o, a lo sumo, que mi esposo fuese igual de mío que yo de él: Luis de, Mario de…. Me dirán que el uso del apellido de casada es un derecho pero, hasta donde yo entiendo, los derechos son agregados que amplían mis oportunidades y no me las anulan ni reducen. Al usar el famoso “de” quedo como poseída por alguien. Además, sencillamente no me gusta y me resisto. ¿Acaso no puedo?.
Si yo fuera mujer, me opondría a que mis hijos tengan que apellidarse primero como su padre y luego como su madre. ¿Cuál es la razón para que la ley determine ese orden?. ¿No sería mejor que lo acordasen los padres?. Así, el apellido femenino no se perdería y, de forma complementaria, serviría para que algunos de mala familia se pudieran camuflar, aunque a los García García les diese igual un método que otro.
Si yo fuera mujer, me gustaría cortarle la mano a quien me la pretenda levantar con perversos propósitos. Sugiero que se las lave y mejor acaricie a sus hijos o vaya al baño a purgar sus frustraciones. Aconsejaría a mis hijas el estudio y la búsqueda de un empleo que les permitiesen ser independientes, para no tener que recoger calcetines de nadie ni mucho menos calzoncillos mojados de bolo nocturno. Si yo fuera mujer, no querría tener que depender de unos pocos de quetzales abandonados en la mesita por la noche o al amanecer, para tener que multiplicar, con ellos, los panes y los peces de las comidas de cada día. Dispondría de mi propio control de TV y estaría cambiando los canales como me diera la chingada gana: no más futbol, no más beisbol, no más chichudas.
Quiero, por encima de todo, vivir y disfrutar de la vida, de los árboles, del sol, de los zompopos y de mi entorno. Odio el sometimiento del macho que, después de marcharse de casa, pretende comprar eternamente mi vida con la amenaza del retiro de una miserable pensión sujeta al miedo de la violencia o al rapto de los hijos.
Si yo fuera mujer, tiraría una certera piedrecilla a esos ojos que te desnudan, te profanan, te inundan y, sobre todo, creen leer tu pensamiento y hacerlo concurrente con las sucias ideas de quien observa. Si yo fuera mujer, agradecería me pasasen la cuenta del restaurante y no me viesen la cara de pobre-dependiente del compañero de turno, como si mi tarjeta no tuviese fondos. En mi travesura, me pondría directa y violentamente detrás de cualquier hombre que va subido en un bus y me pegaría descaradamente a su espalda, hasta que se sonroje o le toque la nalga.
Si yo fuera mujer, proclamaría a los vientos mi esencia de mujer, de ser humano, de criatura perfecta, de dadora de vida, de hija complaciente, de madre sin igual, de espíritu libre, de infinita capacidad de comprensión, de belleza, de mente capaz, de resignación, de lucha, de voluntad, de honradez,…..
¡Si yo fuera mujer!.