domingo, 7 de septiembre de 2008

¿Comprende usted ahora, señor?

Grave, realmente grave es lo que ha pasado en la Casa Presidencial. El presidente y parte de su equipo vigilados, intervenidas sus conversaciones y violada su privacidad. Una brutal vulneración de derechos esenciales y la sacudida más profunda a los cimientos de una democracia que no termina de asentarse. ¿Por qué si era un flagrante delito no se aplicó inmediata y contundentemente la ley?.Otro prófugo producto de la lentitud o del interés.
Me imagino el sentimiento de impotencia del gobierno ya que es similar al que notamos el resto de los ciudadanos diariamente cuando policías corruptos, juzgadores sin escrúpulos, congresistas deshonestos, ciertos políticos indignos y otros que también escuchan y graban, violan nuestros derechos. La diferencia es que al Bond guatemalteco lo nombró el presidente y debe responderse asimismo porqué lo hizo, mientras los demás sufrimos los embates de decisiones ajenas, de externalidades de otros.
El propio presidente retaba hace poco a los columnistas a fiscalizar su trabajo y me adhiero a ese desafío. Si su gabinete de prensa le hace un resumen de las veces que comentaristas y reporteros le han advertido sobre quien tenía a sus espaldas es posible que tenga suficiente literatura para su próximo viaje. En octubre pasado, esta prensa recogía sus declaraciones: “Sólo Barquín y Quintanilla podrían ocupar un cargo; sobre el resto del equipo de transición aún no hemos tomado decisión”, ¿de dónde le venía la confianza y seguridad en ese entonces?. Este año, en abril, algunos diputados le echaron en cara, y la prensa le advirtió, del enorme poder que estaba tomando: De acuerdo con diputados, Quintanilla está asumiendo funciones que, por ley, le competen al Ministerio de Gobernación. Hoy, el funcionario se entrevistará en Brasil con el director de Inteligencia del Ministerio de Seguridad, lo cual no está relacionado con la protección al gobernante Álvaro Colom, a lo que hizo caso omiso. Al cumplirse los seis primeros meses de gobierno, algunos analistas opinaron: Como hombres fuertes alrededor del presidente, pero con personalidades un tanto oscuras, citan a Carlos Quintanilla y a la familia Alejos, que manejan asuntos tan importantes como la seguridad, el Congreso y obra pública,…., pero algo debió pesar más que la razón y tampoco se produjeron cambios. Recién en agosto, relevos en el Ejército originaron algunas nuevas teorías reflejadas en medios escritos: Otras razones de los despidos son las reconocidas por Colom: “Incomodidad” del ministro de Defensa, Marco Tulio García, con parte del equipo que le fue impuesto en enero,….. En estos “incómodos” nombramientos fue decisiva la influencia de Carlos Quintanilla, secretario de Asuntos Administrativos y de Seguridad y asesor de Colom en materia de seguridad desde hace años. Cientos de advertencias y análisis auguraban la crisis, pero la contumacia presidencial la obvio.
Señor presidente, recuerde y anote que muchísimos de los que escribimos deseamos un país tan bueno, próspero y digno como al que usted dice aspirar y lo que hacemos es evidenciar las irregularidades y presentarlas tal cual pensamos que son y no siempre como su entorno próximo las muestra. Es muy triste, penoso y lamentable lo sucedido, pero debe servir para aprender y no para cerrarse más. Sobre otros personajes y asuntos se le está proporcionando suficiente información pública pero pareciera que vamos en la misma dirección. Deploro profundamente y condeno lo que ha pasado, pero creo que ahora comprende usted mejor como nos sentimos ante su pasividad e inoperancia en algunos temas. Ya sabemos quien se ha ido pero, ¿quién se queda ahora, de verdad, a cargo?. ¡Esperemos que no sea peor.!

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