Se entiende por turnismo el pacto que, a finales del siglo XIX, hicieran dos partidos políticos españoles con el fin de mantener la debilitada monarquía, de forma que la alternancia en el poder les permitiese cumplir con tal objetivo.
Ese concepto de turnismo impregna actualmente la política nacional. Los partidos políticos esperan su turno hasta que en algún momento le llega su hora. Entonces, desde el poder, depredan cuanto pueden. Hasta ese instante y aletargados, se mantienen en la oposición sin hacer prácticamente nada. Los “líderes” que disputan la presidencia durante un proceso electoral, quedan mudos después de aquel y únicamente renacen cuando se da la nueva contienda. En el ínterin, el silencio, la pasividad y la inacción es la tónica dominante. Se trata, como en la más simple de las emboscadas, de situarse, esperar y, en el momento oportuno, lanzarse al sillón todopoderoso.
A los partidos les importa un bledo arregla los problemas del país, terminar con la pobreza, con la corrupción, con la inseguridad o generar condiciones para la inversión. Ese no es su proyecto ni su programa ni su fin. La única idea es mantener el status quo y la fuerza necesaria para alcanzar el poder y ahí se terminó. Por ello, su duración es efímera y nunca se reelige el mismo grupo. El partido no trabaja ni siquiera en pro del propio partido. Líderes de ciertos movimientos no han apoyado a su “sucesores” y, aún estando en el poder, han perdido los siguientes comicios.
Esa es la razón de que todo sea transable. Se compran y se venden obras, comisiones, diputados, se tapan corruptelas y trapos sucios y se consiente un manejo de los fondos públicos con total opacidad. La justicia ni funciona ni es necesario que lo haga, la impunidad proporciona el necesario oxigeno. El Ejecutivo actúa de la misma manera. Favorece a financistas con una frescura propia del absolutismo más descarado, otorga cargos con el dedo índice, antes o después de haberlo puesto en la nariz y el organigrama público se llena de amigos y familiares con total descaro. Muchos “ciudadanos”, por su parte, se conforman con estar en algún momento en el bando ganador, ocasión que aprovecharán para pedir a sus representantes políticos cualquier clase de favor con la esperanza de que a todos les llegue su turno y tengan su oportunidad.
Mientras, el país se desangra porque no hay voluntad de arreglar nada, absolutamente nada. Lo mejor es que todo siga como está y así cada cual tendrá su trocito del pastel en algún momento, llegado el cual, la autoridad se convierte en autoritarismo y el siervo en poderoso. Ambos manejarán a su antojo la parcela que les toque y por la que tanto tiempo pacientemente esperaron. Hay que seguir con el amiguismo porque si son los más capaces quienes llegan a esos puestos, no habrá posibilidad de recuperar las “inversiones” ni poder multiplicarlas a través de ONG,s que manejan fondos o de empresas fantasmas que solo suministran millonarias compras al gobierno, siempre de urgencia nacional, amén de los grandes financistas que arrasan grosera y permanentemente con todo.
Y así, con conceptos del siglo XIX que teóricamente ya deberían estar superados y con esa necia fe que nos ciega creyendo que esto se arreglará “porque somos los mejores”, seguimos esperando al arcángel armado con la espada de fuego que ponga orden y nos acostamos con las mismas quejas, decepciones y desilusiones con las que amanecemos al día siguiente. Son las tribulaciones de quienes no quieren ser nada más ni aspiran a nada mejor: nosotros.
Tristemente, la causa de que no aspiremos a nada, usualmente va muy relacionada con factores intrínsecos. Muchas veces queremos muchas cosas, pero no luchamos por ellas. A nivel personal, esto sucede una horrible cantidad de veces en mi familia y no es diferente a nivel nacional. De hecho he conocido a una persona cuyo padre ha estado en el congreso por al menos dos períodos. Pero cuando se publicó que la mayoría de diputados llegan al trabajo sólo a consumir oxígeno, estoy seguro que el padre de mi amigo es uno de ellos. Su delito no es robar, pero es igual de culpable por no evitar que los demás lo hagan ¿Entonces qué podemos esperar?
ResponderEliminarMe pregunto cómo fue que en España se acabó con el turnismo y cómo lo superaron.
Gracias Luis... Bueno se requiere de un pacto de caballeros entre todos o la mayoría de los partidos politicos, de forma que se etablezcan unos principios mínimos que no se quiebren. Por ejemplo, no aceptar transfugas, sacar del partido a los acusados de corrupción, no aceptar en sus filas a otros de otros partidos, mucho menos a los que ya han pasado por cuatro o cinco. Comprometerse con lax cuentas claras este quien este. Proteger al sistema de justicia, tener objetivos comunes como la seguridad, la lucha contra las maras y el narco, etc. Es decir tener unos principios basicos que todos propugnan en sus campañas y que los hacen comunes.
ResponderEliminarEl tema es que aqui se espera el turno para depredar. Dudo mucho que de verdad existan partidos que quieran eso que denominan bien comun. No les importa nada y, por acción u omisión (como usted relata) o lo hacen mal o dejan de tener los huevos suficientes para denunciar lo que los demas hacen mal o no hacen bien.
En conclusión..., no queremos ser mejores, porque si quisieramos... nos sobran talentos, fuerzas, espiritu, gente y capacidades... pero hay que querer... No se si los jovenes, en algun momento tomaran conciencia de ello... Un saludo..Pedro
Claro que existe el deseo de mejorar, pero a la vez uno se encuentra con un sistema que aparte de ser decadente, bloquea la entrada de personas honestas con soluciones de fondo, o "caballeros", como los llama usted. Entonces estos caballeros se convierten en los protagonistas de la llamada "fuga de cerebros", en la que definitivamente se topan con una realidad mejor, pero en otro país distinto al suyo, y pasan a ser sólo otros cómplices del mismo sistema fallido.
ResponderEliminarQuizas... la solucion pasa por crear estructura politicas nuevas que promuevan esos valores y se llenen de personas con capacidad y ganas de colaborar y aportar lo novedoso... gente joven en una palabra,. Se puede..., pero hay que ponerle ganas y organización. solo la gente joven creo que tiene todas las caracteristicas para emprender una accion de este tipo. Pedro
ResponderEliminarLa noticia de que Colom conmemoró a Fidel está en todas partes. Como este evidentemente es un gobierno de turnismo como expuso en su artículo, muy bueno por cierto, entonces ¿de qué manera está relacionado con nuestro futuro? ¿qué nos puede esperar estos casi tres años de gobierno que quedan? si operamos a base de turnismo entonces esto indicaria una desmotivación grande del pueblo ¿no?
ResponderEliminarLamentablemente no es de esperar resultados positivos concretos... Este gobierno esta dentro de los del turnismo y se dedicara a sus cosas y a su "depredación particular" . Ya la estamos viendo a traves de los programas de cohesión, de la aprobación de no candados para manejar los fondos como deseen y de la apertura del estado a los financistas y ONG..., mas claro es imposible. Cuando de verdad tomemos conciencia de lo que hacen... entonces es posible que una gran manifestacion los termine sacando... puede suceder eso... precedido o no... de alguna gran desgracia que sirva de detonante.... alerta....Pedro
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