Con sendas publicaciones escritas, la UNE y el Gobierno iniciaron una campaña de descalificación, amenazas y presión a quienes critican su desastrosa gestión. No aceptan que la censura es general, sin que haya un solo espacio escrito, radial o televisado -no comprado- que hable bien de algo inexistente: la política pública de esta Administración y del partido que la sustenta.
Conspiran los dinosaurios de siempre, los que cada día que despertamos siguen a la sombra del poder. No pudieron gobernar ni con votos ni con armas, nunca obtuvieron representación política y alientan ideologías trasnochadas, irracionales y hasta criminales por momentos, que han demostrado no servir más que para promover el autoritarismo y el empobrecimiento. Quieren el poder por la fuerza ya que nunca lo alcanzarían honesta y democráticamente. Y se miran en el ALBA.
Algunos párrafos de esas proclamas goebbesianas, aluden a la “preocupación por los pobres” cuando el país está más empobrecido que nunca por culpa de su ineficiente y torpe actuar. Se vanaglorian del crecimiento de las inscripciones escolares, pero callan que la mayoría carece de techo y donde sentarse, se caen o simplemente no existen. Esgrimen un supuesto incremento de consultas en el IGSS, pero no hay medicinas, ni médicos, ni maquinaria apropiada y los hospitales cierran consultas. La seguridad les importa un carajo y los asesinatos diarios aumentan. Publicitan con descaro “las cosas que hacen”, pero es un bluff que se disipa al visitar los lugares donde dicen que han mejorado las condiciones de vida. Llaman a la movilización a través de “alcaldes, cooperativistas, organizaciones sociales, magisterio..”, anticipándonos lo que será el país en pocos meses: un campo de batalla con dos bandos. Uno de masas manipuladas por oscuros y delincuenciales lideres comprados. Otro, el resto de la honrada ciudadanía. Concluye uno de los comunicados con la siguiente amenaza: “…, a ustedes les decimos: Aquí estamos, sabemos quiénes son y estamos preparados”.
Quienes redactan esa clase de campos pagados son los de siempre que escondidos en el anonimato apuntan sin señalar y nunca dan la cara. Son los cobardes del conflicto, los inconformes con la paz y los que usurpan el poder. Asesores delincuentes y bandoleros que empleando fondos públicos, mentiras y coacciones pretenden quedarse con el país sin importar el precio. Piden que la CICIG investigue ¡de acuerdo! Debería de indagarse el calado delictivo de los comunicados, la directa amenaza que incluyen o la nómina periodística que tienen contratada. El del gobierno, señala a un “director y patrocinador de un programa de opinión televisiva”, circunstancias muy específicas de una persona.
Creen que por tener poder tienen razón, sin advertir que no es así. La debilidad ha permitido que terminen gobernando otros, sin haber aprovechado la oportunidad que tuvieron para realmente hacer cosas por el país que cambien esas tristes y magras cifras, excepto en delincuencia que cada día son más altas y alarmantes. El ejercicio de la función pública requiere programa y acción, dos cosas que han faltado desde el inicio y que a estas alturas ya no es posible acometer. No quieren aceptar el fracaso, pero la situación, los resultados y la opinión pública se los hacen ver a diario.
La sociedad debe darse cuenta de que clase de esperpentos hay escondidos detrás de un aparente Gobierno que no gobierna y lo que puede llegar a ocurrir. Si son capaces de difundir descarada e impunemente semejantes amenazas ¿qué no harán cuando puedan? Son anónimos y cobardes, eso los distingue. Mi nombre figura arriba ¿Dónde está el vuestro?
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