Será por el general Pérez Molina o por el subteniente en la reserva Baldizón.
Los de siempre, los perpetuos inconformes que anhelan el poder sin entender el mundo globalizado en el que vivimos, siguen anclados a la decrepita ideología que les permitió sobrevivir con apoyo internacional y continúan mirando hacia atrás y promoviendo el miedo al pasado, sustentado en un inexistente militarismo. La versión actualizada es referirse a “la vuelta al pasado” y aunque aquel tiempo es anhelado en materia de seguridad y ejercicio de la libertad por muchos adultos, no hay que ocultar ciertos lastimosos desmanes -de uno y otro lado- que deben ser perseguidos y castigados. Sin embargo, desde la firma de la paz, se ha duplicado el número de victimas del conflicto interno (datos no contradichos en el libro de historia de Carlos Sabino) pero nunca se identifica al culpable de esta debacle interesada de la seguridad que muchos manejan a capricho y antojo mientras reciben millonarias donaciones de “países amigos” para sobrevivir en ese infectado circulo de los diagnósticos y de la generación de inútiles y caras propuestas más que de la implementación, de una vez por todas, de un modelo eficaz de policía.
Sepan -resentidos del carajo- que a miles les importa una bledo vuestro particular manoseo de aquel prefabricado pasado, aunque se interesan y aprende de él. Primero, porque es precisamente eso “pasado” que ya se fue y no volverá, como muchos cantautores recuerdan. Segundo, para evitar seguir con el habitual engaño. Tercero, porque el futuro de este país pasa por los jóvenes que lo habitan y que piensan en lo que vendrá, en el porvenir. Eso es lo que verdaderamente interesa: ¿qué nos espera? Debe haber miedo, mucho miedo, a tener un futuro vacío, manipulado, vendido al crimen organizado, cooptado por gobernantes caciquiles y aprendices de dictadores al estilo autoritario de la izquierda tradicional que gobierna en Cuba o en Nicaragua. Revolucionarios de pacotilla que nunca tuvieron los pantalones para combatir en el frente y se refugiaron con peroratas ideológicas en la pobreza o el indigenismo, como elementos que sustentan su mezquina forma de vivir y que, acabado el comunismo, retoman ingeniosamente el cuento con dinero del crimen organizado.
Hay que dejarse de pamplinas, apostar por el devenir y no acobardarse con el miedo del regreso al pasado. Puras pajas para ofrecer “alternativas” populistas que esconden grupos que aspiran -a cualquier precio- a quedarse con el país para posteriormente acomodar las débiles estructuras institucionales a sus mezquinos intereses, tal como ocurre en Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, donde la política es mejor negocio que el narcotráfico. Ya hay suficientes lecciones aprendidas para volver a caer en ese hediondo pozo sin fondo del populismo funesto que termina por convertirse en dictadura de criminales, sean violadores como Ortega, sinvergüenzas como Zelaya o golpistas como Chávez. Evidenciemos ese discurso manipulado porque en política, como en el resto de acciones humanas, los valores y los principios no son temas negociables.
Vote por quien le venga en gana, pero no se deje arrastrar por mensajes hechos a medidas de ignorantes. La demagogia es una falta de respeto a los ciudadanos. El miedo no debe ser al pasado, sino al futuro que está por construir. Ningún difunto se levantará para arrástralo a las profundidades, sin embargo, muchos cadáveres pueden aparecer si usted no es responsable, firme y cuidadoso con su voto. No tenga miedo y herede a su hijos mucho más que un hálito de valentía y decisión. Seamos ciudadanos valientes por una vez.
Señor Periodista Pedro Trujio.
ResponderEliminarSu columna de MIRADOR de hoy, como tantas otras que he leído, me parece por demás interesante. Como siempre, usted ha puesto el dedo en la llaga y claro habrá mas de algún trasnochado que estará rabiando por las verdades que en su columna menciona, gracias señor Trujillo, periodistas como usted, representan no solo, la democracia y la libertad de opinión sino en formadores de un criterio mas amplio de las generaciones jóvenes que, sin conocer el pasado, enharbolan banderas por imitación o por ignorancia. desde hace mucho tiempo he querido enviarle unas reflexiones sobre "El porqué" de nuestro calvario actual y el sentimiento de frustración que millones de guatemaltecos padecemos. Voy a pasar dejando en la redacción de prensa libre, una copia de ese sentimiento, para que usted lo juzgue. Gracias respetable señor.
Guatemala necesita seguridad. Esta es nuestra propuesta:
ResponderEliminarRemite:
Cnel. Luis Ernesto Sosa Avila – Presidente de “Academia para la democracia en Guatemala” – 15 av. 5-64, zona 13 – Guatemala – Telèfono 23324224
http://plandeseguridadparaguatemala.blogspot.com
Respetable señor:
Nuestro interés es que se pueda vivir tranquilo en Guatemala, lo cual es en cierta manera responsabilidad de todos. Por esa circunstancia hemos elaborado una propuesta que queremos compartir con el mayor número de ciudadanos. Para su estimable consideración remitimos un resumen. Detalles de la propuesta los encuentra en http://plandeseguridadparaguatemala.blogspot.com . Muchas gracias por su atención.
La "Academia para la democracia en Guatemala" presenta un "Plan de Seguridad Ciudadana de Acción Inmediata" que:
1. Sí soluciona ya el gran problema de delincuencia que afecta a Guatemala;
2. Un Plan que se puede aplicar de inmediato;
3. Un Plan que es complementario a todo el trabajo que viene desarrollando el Estado;
4. Un Plan que también sería de utilidad para el próximo gobierno que asuma funciones a partir del 14 de enero de 2012 en la República de Guatemala.
5. El Plan beneficia a todos, el Plan es responsabilidad de todos.
A continuación se expone un resumen del Plan:
1. Que se decrete el Estado de Prevención en todo el país para que dentro del marco de la ley se facilite el trabajo de proporcionar seguridad a los habitantes;
2. Que se acuerde la Movilización General de las reservas civiles y militares con el propósito de que inmediatamente haya suficiente presencia preventiva del delito en todo el territorio nacional;
3. Que se convoque a todos los habitantes y sectores del país a integrar un Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana con la función de hacer posible eficientemente el mencionado Plan.
La Academia hace énfasis en que si continuamos con los mismos patrones de conducta no esperemos resultados diferentes.