martes, 8 de octubre de 2013

Asesinos



Describen los bochinches como “protestas sociales”, cuando realmente son acciones de terrorismo y de criminalidad. Matan o agreden a quien se le atraviese y distorsionan la realidad con el concurso de ciertos medios, actores, ONG,s u organizaciones sociales, ecologistas, campesinas. Impiden el desarrollo porque ellos son producto del subdesarrollo, la incapacidad y las ideologías fracasadas. Buscan el rentismo político y oenegístico y persiguen las donaciones como lobos. Les importa un carajo el país, el progreso o superar la pobreza, porque entonces no tendrían sobre qué justificar su miserable vida. Roban electricidad y la venden; invaden fincas, las parcelan y alquilan; obligan a asistir a manifestaciones o cobran por ausencia; persiguen a sus vecinos, los machetean cuando trabajan honradamente y asesinan para culpar a otros.
Hace años se organizaron cobardemente en grupos criminales y asesinaban en la ciudad o en el monte. Hoy siguen sin tener huevos y dar la cara en un enfrentamiento directo, mientras animan a otros con sus prédicas -como antes- para que “resistan” o “luchen”, mientras ellos permanecen escondidos. Son los de costumbre que practican aquella forma gallina y acomodada de vida. Ni vencieron, ni convencieron, pero fuerzan la lucha sangrienta que es lo único que hacen bien. Cada vez se destapan más y engañan a menos.

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