Muchos
jueces son incorruptibles, nadie puede inducirlos a hacer justicia (Brecht)
El
relevo de la Fiscal General es ¡pura pasión!, nacional e internacional. Se
puede estar de acuerdo o no con su gestión y hay que reconocer que ha impulsado
casos, aunque la mayoría de interés y rentabilidad, para ella y su entorno. Los
“importantes” logros se basan, en parte, en la desestimación de denuncias que
incrementan el porcentaje final de éxito. Los halagadores proclaman que no hay
nadie que pueda sustituirla, como si algunos miles de personas fueran mensas.
Recordemos -con las diferencias del caso- que los Castro -entre otros- llevan
55 años argumentando lo mismo, en esa autocomplacencia que da el poder,
cualquiera que sea el puesto. Unos, preguntan por qué no dejarla hasta diciembre;
otros, por qué seguir hasta entonces si hay sentencia unánime de la CC. En todo
caso se puede postular y reelegir, así se verá si hay otros capaces y goza de
la confianza presidencial.
La
Fiscal es un funcionario público. El cambio periódico es bueno y promueve el
debate sobre la búsqueda del mejor y los procedimientos a utilizar. Detrás del
telón hay varias agendas: la de grupos que no la quieren, porque evidencia
temas que no son de su agrado o únicamente presta atención a ellos; y la de
quienes aplauden continuamente porque posiciona ideológicamente temas de su
interés, ausentes en la agenda política puesto que quienes lideran esas
aspiraciones siempre fracasan en las urnas. Se trata de judicializar la
política, ante la incapacidad de ganar votos legítimos. Por último, y específico
del momento, es el interés norteamericano y el derivado de la CICIG, que baila
al son que le toquen. La mayoría de los narcotraficantes extraditados no tenían
ningún proceso abierto aquí. La “partner” Paz y Paz le ha hecho el trabajo a los USA. Fue galardonada,
protegida, alabada y en última instancia defendida inusual e imprudentemente
por el embajador Chacón. La Fiscal General es nacional y puede/debe colaborar,
pero pareciera ser que ha sido tan funcionario de allí como de aquí, pagando
los ciudadanos de este país el salario, la distracción de medios y el
consecuente costo. El caso Portillo es paradigmático al respecto. Solo
recordemos cómo Dall´Anesse, en una conferencia pública y grabada en Honduras,
explicó que la Fiscal, él y el embajador Chacón diseñaron la estrategia para no
continuar la persecución penal del ex presidente y extraditarlo. La justicia se
politizó y sirvió a intereses más allá de los judiciales ¡Gran activo de doña
Claudia!: su maleabilidad de apariencia inocente, desenfadada y colocha.
La
totalidad de los integrantes de la CC estuvieron de acuerdo con la resolución. Pareciera
complot de los dos que suelen votar en minoría, seguido cándidamente por el
resto. Un escándalo activado que posiciona mediáticamente a la Fiscal, genera
problemas al gobierno y permite que se explaye el embajador USA pendiente de
relevo y sin tiempo de haberlo hecho más adelante. Hay que ver que bazas jugarán
los del norte. Quizá amenacen con información inoportuna contra miembros del
gabinete, el binomio presidencial o financistas del partido -Colom y su urgente
firma de extradición de Portillo es un ejemplo-, o la animen a presentarse y no
ser electa, pero cerrarán así el circulo de la institucionalidad respetando y
aceptando la decisión de la CC. Hay que esperar a que el “complot” -si existe-
se evidencie y ver cómo se resolverá todo este entuerto. Mientras, Baldizón
busca matricularse en alguna universidad que le asegure el título postdoctoral,
pero sin tesis esta vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario