Considere que la estrategia de la mayoría de los partidos no es alcanzar la presidencia sino contar con el mayor número de diputados
Muchas personas se acercan y me preguntan por quienes votar el próximo 16 de junio. Piensan que tengo la solución o puedo adivinar un incierto futuro que preocupa a todos. Pero no, carezco de la capacidad de predecir resultados que únicamente responden a la voluntad -y responsabilidad- de las personas que concurrirán a las urnas. Hay, sin embargo, procedimientos para distraerse -que mucha falta hace- y tener un panorama más claro.
Tome lapiceros de colores, de esos que sus hijos van dejando tirados, y tenga a mano el listado de candidatos a la presidencia, diputados y alcaldes. Normalmente son los políticos quienes se dan color, así que aproveche esta ocasión para hacerlo usted. Lo tiene fácil, las listas de aspirantes están publicadas en medios y redes sociales o puede encontrarlas en la página web del TSE. Destaque en verde a quienes conoce o le gustan y en rojo los que rechaza o desconoce. Seguro -¡le advierto!- enrojecerá mucho sus hojas, lo que resaltará visualmente lo jodidos que estamos. Sin embargo no desespere y cuando tenga todo coloreado, simplemente elija lo que más cerca esté del intenso verde esperanza que no es precisamente la UNE ¡No se equivoque!
De las entrevistas sostenidas en radio con múltiples candidatos, puedo afirmar contundentemente que estamos espantosamente mal con la oferta política existente y la incapacidad suele quedar de manifiesto después del primer minuto de charla con el postulante, sea de izquierda, centro, derecha o se declare “independiente”. En cualquier caso, el voto es secreto y no endosable, así que le diré lo que haría en este momento, sin revelarle nada que vulnere la confidencialidad y la libertad con la que hay que ejercer ese derecho.
Tengo clarísimo a quienes no quiero en puestos políticos para evitar que siga este sistema de corruptela galopante y patente mediocridad, ¿y usted? Mi voto para el PARLACEN, sin dudarlo, sería nulo por una única razón: ese organismo no sirve para nada y hay que dejar de tirar dinero inútilmente. Respecto de la MUNI, es hora de cambiar, salir de lo de siempre y darle aires nuevos; busque un candidato y dese el gusto. Considere que en este proceso la estrategia de la mayoría de los partidos no es alcanzar la presidencia -de ahí tanto candidato anodino- sino contar con el mayor número de diputados para conformar posteriormente un grupo que le de valor al voto concurrente y rentabilice la presión. El Legislativo se ha tornado más importante que el Ejecutivo y en un sistema presidencialista como el guatemalteco están igualmente legitimados. Hay, no obstante, tres o cuatro partidos por los que votaría para el Congreso, usted elija el suyo. Finalmente, para dúo presidencial, votaría nulo en la primera vuelta porque quiero protestar y el voto nulo es una forma -aunque imperfecta- que muestra el descontento que deseo evidenciar. En la segunda imagino que deberé seleccionar al menos malo, como de costumbre, pero ya tenemos experiencia en eso.
No se convierta en títere del sistema y a pesar de las pocas herramientas legales y ofertas útiles no se deje llevar por falsos mensajes. La abstención o el voto en blanco no aporta nada pero el voto nulo es una forma de mostrar su insatisfacción ¡Ejérzalo! Los candidatos perderían inmunidad, deberían inscribirse de nuevo y entonces algunos quizá no puedan o sean rechazados. Infórmese y acuda a votar con su DPI, alta dosis de responsabilidad y memoria de elefante. Usted puede cambiar el país pero, si lo olvida, continuaremos quejándonos y lamentándonos durante los próximos años.
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