lunes, 2 de octubre de 2023

¿Nos engaña nuestro juicio?

Parto de la tesis de que los resultados del proceso electoral no tienen marcha atrás. No es posible cambiarlos ni muchos menos modificarlos

Pensar fuera del huacal, de la caja o de lo normal, son expresiones que señalan formas de razonar que no siguen pautas tradicionales o mediáticamente posicionadas, que, además, suelen ser mayoritariamente aceptas, a veces impuestas y generalmente  únicas. No se trata solamente de elucubrar sobre supuestos irracionales sin sustento, sino que responde a elaborar escenarios posibles que la mayoría de las personas no atina a describir.

Parto de la tesis de que los resultados del proceso electoral no tienen marcha atrás. No es posible cambiarlos ni muchos menos modificarlos, así que una lucha frontal contra lo que la ciudadanía decidió libre y voluntariamente, no pasa de estrellarse contra un sólido muro. Por lo tanto, hay que preguntarse la razón por la que el MP ha allanado diferentes sedes en las que el TSE guarda información. La opinión casi unánime  -y mediáticamente posicionada- es que intentan bajarse la candidatura del Presidente electo y/o de los diputados de Semilla, o que pretenden erosionar el proceso electoral e intimidar, hipótesis probables, pero no únicas. O los del MP son muy inútiles y contumaces o pueden andar buscando cosas diferentes a lo que se piensa.

Partamos de quienes serían los afectados con una administración del señor Arévalo. La respuesta es simple: los mafiosos que controlan las aduanas -sindicatos y otros grupos-, aquellos que viven de las coimas en la construcción de infraestructura, diputados que no podrán hacer marranadas con obras incluidas en el presupuesto, ni contar con plazas fantasmas que engrosan sus salarios, y otras “bellezas” similares en los ministerios de Salud y Educación donde depredan dinero públicos, además de los fondos asignados a ciertas ONGs o a testaferros políticos. Ellos, y nadie más, están en una feroz lucha porque una nueva administración cortaría, sin duda, esos lazos criminales que han hundido el país por años, además de los pagos del narcotráfico y del crimen organizado por liberar rutas terrestres o hacerse los sordos respecto de la aéreas y marítimas ¿Qué pueden hacer todos ellos?, pues oponerse a que Semilla llegue al poder. No encuentro mucha discusión en ese debate.

Como el conteo de votos es -insisto- irreversible y los resultados incuestionables, buscan otras cosas, sin mostrar siquiera la punta del iceberg. Recordemos que pocos días antes de las elecciones The New Yok Times público que una magistrada del TSE había confesado, en dependencias de la embajada norteamericana, cómo sus colegas recibían mensualmente una grosera cantidad de dinero del Ejecutivo. No hubo nombres para confirmar esos hechos y la magistrada lo desmintió, pero desde ese día el TSE cambió absolutamente de actitud y pasaron a ser los héroes de una narrativa de villanos que venían siendo durante el proceso de inscripción de candidatos. Pensando fuera del guacal, y escuchando malas lenguas que hablan fuera de la caja, parece confirmarse, y se puede deducir que igual pudo haber otros pagos para inscribir a ciertos candidatos, a pesar de que tenían diversos problemas, desde condenas por narcotráfico, hasta causas judiciales pendiente. 

¿Qué ocurriría si el MP descubre que realmente se hicieron esos u otros pagos? ¿Evidenciaría un proceso electoral, correcto en los resultados y puestos electos, pero con una corrupción inicial difícil de eludir? ¿Cuál sería el escenario final de una hipótesis como la descrita? 

Hay muchas preguntas por responder, pero también una inusual insistencia en la versión predominante y adaptada a una realidad publicada. Eso mismo paso en MINUGUA con la versión única e indiscutible del asesinato del obispo Gerardi, y  Kennedy murió como oficialmente se determinó, y parece que no hay forma de cambiarlo, aunque todo huela un poco extraño.


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