Este es un blog personal donde se editan las columnas de opinion (y otras) que semanalmente publico en el diario PRENSA LIBRE de Guatemala. La idea es generar un espacio de debate y opinión con los lectores, de forma que la libertad de expresión sea en doble sentido.
lunes, 25 de marzo de 2024
Por el hilo se saca el ovillo
lunes, 18 de marzo de 2024
La “lógica” con la CC
Los mismos que ahora se quejan de las decisiones de la CC dijeron no hace mucho, y cito literalmente: “Los fallos de la CC se cumplen” o “Desobedecer orden de la CC es un delito"
Que la democracia “no sirve” a la mayoría de los latinos es algo puesto de manifiesto en distintos informes, y en Latinobarometro de forma especial y continuada. De lo que no se habla es que cualquier institución requiere de la observancia de normas para que funcione, y quizá ese pequeño detalle sea muy importante en el corolario inicial.
Las redes sociales permiten opiniones plurales y dispersas, y cada uno expresa la suya. Los más timoratos se suman a la de ciertos impositivos mediáticos, pero la pluralidad de razones representa la riqueza y justifica la existencia de la mayoría de las plataformas virtuales. Sin embargo, se ha construido una especie de jungla de opinadores en la que tienen cabida un sin número de atrevidos y analfabetas que, bajo la tónica del derecho a opinar, pretenden darle validez a su opinión, lo que es muy diferente y distante. Cada cual hace de su relato -o al que se suma- una especie de jurisprudencia que permite confrontar decisiones judiciales solamente porque se dispone de dinero para pagar una red y una conexión a internet, y a veces ni siquiera lo segundo.
La corte de constitucionalidad ha estado politizada desde su inicio, porque así está orgánicamente estructurada, y lejos de dedicarse a resolver temas constitucionales -como ocurre en otros países- ha asumido la posición de cúspide judicial. Aunque es un “tribunal permanente de jurisdicción privativa, cuya función esencial es la defensa del orden constitucional”, en la práctica se ha convertido en el último eslabón de la cadena de justicia.
Siempre me he cuestionado -espero que un día sea debate nacional- cuál es la razón democrática, la lógica racional o la justificación de que el colegio de abogados pueda designar a un magistrado en dicha corte, no digamos del que designa la monopólica universidad estatal. No se encuentra justificación posible en ese reducido espacio en el que las neuronas no ingresan, y únicamente se entiende como un reparto de cuotas de poder, lo que invita inmediatamente a asaltar ambas instituciones -como realmente ocurre- por aquellos que desean ejercerlo. Es muy simple, y se sabe, pero se consiente a la vez que se protesta, en espera de tomarlo en algún momento.
Hemos visto cortes que ampararon a Ríos Montt, permitieron o impidieron que Zury Ríos fuera candidata, paralizaron el desarrollo hidroeléctrico del país, suspendieron órdenes presidenciales, intervinieron en el acelerado y manipulado caso de genocidio, prolongaron el periodo de magistrados de la CSJ o detallaron cómo debe hacerse y qué tiene que contener el reglamento que desarrolla el convenio 169, entre otras muchas cosas. En este último cuarto de siglo, la lucha por el poder ha pasado por tener controlada a la CC, sabiendo que allí se decidiría finalmente incluso si podemos participar en los juegos olímpicos con la bandera nacional ¡Si no nos hemos dado cuenta todavía del engendro judicial que tenemos es que nos merecemos todo lo que pase, y posiblemente mucho más!
Los mismos que ahora se quejan de las decisiones de la CC dijeron no hace mucho, y cito literalmente: “Los fallos de la CC se cumplen” o “Desobedecer orden de la CC es un delito”, pero eso era en los tiempos en que la CC estaba integrada por amigos. Ahora que no es así, los calificativos son justamente opuestos.
Lo que hemos construido -y queremos mantener- no se llama sistema de justicia, ¡en absoluto!, más bien responde a la construcción de un sistema de defensa de intereses grupales, ideológicos o de gustos, lo que no tienen cabida en una sociedad democrática y por eso el sistema no nos sirve.
lunes, 11 de marzo de 2024
El pulpo y los cantos de sirena
Dentro del Congreso, el otro Alejos hace lo propio para conformar un grupo de diputados disidentes o perdidos en esta nueva y “diferente” legislatura
El poder nacional se configura sobre una red -no clara para todos- en la que es necesario controlar determinados nodos. Una especie de tentáculos de pulpo que, al igual que el molusco, son dirigidos desde un centro coordinador.
Si hace un diagrama de quienes nominan a las distintas autoridades/instituciones del sistema de justicia (CC incluida), observará que sometiendo a algunas de ellas puede ir armando el rompecabezas para terminar por controlar a todas. La “más importante” de ese cuadro es la Corte Suprema de Justicia - porque participa en la posterior elección de la CC y del Fiscal General- coincidentemente la que estará en litigio en poco tiempo, cuando se activen las correspondientes -y manipuladas- comisiones de postulación.
Y mientras los malosos tradicionales -conocidos y condenados- siguen dominando la mayoría de los votos de los comisionados, el gobierno se distrae con cantos de sirena, mientras es presionado por grupos que desvían la atención con noticias de problemas domésticos, pero que para nada contribuyen a evitar construir (o destruir) el mafioso sistema nodal.
Fuera del Congreso, ciertas universidades -principalmente la USAC- y el “honorable” Colegio de Abogados y Notarios (CANG), son fundamentales -y casi suficientes- para elegir la CSJ y el TSE, cúspide -teórica- del sistema de justicia y electoral. Una vez elegida la CSJ, desde ahí, y con la colaboración de los citados, se toma la Fiscalía General y la Corte de Constitucionalidad. En ese sencillo esquema, los magistrados de corte, indispensables para la elección de magistrados de la CSJ, se alinean para luego cobrar el precio de su reelección.
Dentro del Congreso, el otro Alejos hace lo propio para conformar un grupo de diputados disidentes o perdidos en esta nueva y “diferente” legislatura y que puedan rentabilizar su cargo, ahora que es más difícil conseguir aquel extraeconómico que generaba ciertas votaciones y las plazas fantasma de que disponían.
En el gobierno, lo urgente -lo único- parecen ser las denuncias contra la fiscalía general, que por falta de sustento -jurídico y financiero- no prosperaran, y ver como campean un escenario que se les presagiaba favorable pero que ha sido el más empedrado de todos los tiempos. O se centran en lo importante o entre Semana Santa y el inicio de la época de lluvias no les va a quedar de otra que lamerse las heridas, al igual que al resto de ciudadanos.
Me da la impresión de que, nuevamente, cada uno jala agua para su molino, y el confuso panorama nacional, además de la cambiante coyuntura, nos distrae y centra la atención en pavadas -llenas de difusión mediática, eso si- en lugar de analizar aquellos puntos del esquema a los que hay que prestar atención.
El diseño institucional ha sido muy estudiado por los mafiosos que no devengan mucho tiempo en ver los resultados finales, sino en analizar el origen de la acción. Mientras el CANG siga teniendo ese poder cuasi absoluto, la USAC nombre a magistrados de la CC y ciertos decanos sean alfiles de sus dueños y señores, aquí no hay nada que hacer más que el paripé cuatrienal al que nos hemos habituado y que, resignadamente, repetimos de forma equivocada para quejarnos luego durante otro periodo de tiempo.
En breve iniciaremos el ciclo en esta administración y surgirán idénticos problemas a los que hemos prestado atención con anterioridad -aunque sin cambiarlos-, y repetiremos los mismos errores: lamentos conocidos, mafias sabias y resultados esperados. Eso sí, nos quejaremos de lo corrompido que está todo, especialmente los políticos, sin advertir que no podemos esperar cambios con idéntica estructura.
Now, you Know!, aunque creo que ya lo sabía.
lunes, 4 de marzo de 2024
La presión como estrategia política
Entre un Presidente sesentón y unos diputados treintañeros falta un amortiguador etario de liderazgo dentro del partido
Habrá observado una avalancha de comentarios de personas, medios, perfiles y organizaciones en los que se presiona permanente e insidiosamente al Presidente para “que actúe” y deje a una lado la “pasividad” de la que se le señala. La opinión publicada, genera dinámicas coordinadas de presión -interna y externa- en el marco de una estrategia para que el mandatario tome una determinada dirección.
La permanencia de la Fiscal General incrementa el riesgo de quienes habían vendido la piel de oso antes de cazarlo. El atore legal al no poder destituirla -producto de un amañando y pérfido plan para proteger a su antecesora- tropieza con las aspiraciones personales y políticas de quienes “tuvieron que salir u optaron por hacerlo”, y que después del subidón optimista tras el proceso electoral, ven trastocadas sus intenciones y esperanzas.
En este país de la eterna primaveral mental, no se quiso entender -a pesar de la capacidad para haberlo hecho- que el partido en el poder fue elegido en segunda vuelta -en la que no era la preferencia, sino la mejor opción entre dos- por un 26% del electorado, pero únicamente lo fue por un 7% en la primera. El resto de los votantes decidieron no querer a ninguno y lo expresaron con un rotundo 15% entre votos blancos y nulos. Ese sencillo cálculo da idea de la aceptación -legitimidad- de las nuevas autoridades, pero la insistente presión externa, la forma de publicar los datos y otras cuestiones no menores -como la lucha contra la corrupción, imperante en la sociedad y no solo en los políticos- terminó por anular el debate y posicionar el mensaje deseado -pero falso- de “victoria total”.
Una mayoría, despreocupada por lo público y el análisis cuantitativo, decidió creer que había ganado mayoritariamente un partido -con apenas dos alcaldes y 23 diputados- lo que unido al efecto ubiquista -en el que se considera que el Presidente todo lo puede- hizo creer que el 15 de enero todo sería diferente ¡Craso error, y ahora pagamos las consecuencias!
Sumemos a lo anterior que entre un Presidente sesentón y unos diputados treintañeros falta un amortiguador etario de liderazgo dentro del partido. El primero, una vez elegido, deja de tener valor por dos razones fundamentales: es el representante de todos los ciudadanos -no del partido- y no es reelegible. Por lo tanto, desde que asumió el cargo la preocupación es quien lo relevará y sustituirá en 2028, que sigue la lógica de poder en política.
De tal cuenta, sin generación cincuentona ni de cuadragenarios que sirvan de colchón, y ante las opciones sensatez/activismo de los extremos, se genera una pugna razón/emoción que conduce a la situación actual, en la que algunos desearían entrar con una excavadora, y otros, como el mandatario, mucho más reposado, estratégico y con los pies en el suelo, adopta una postura sensata entre lo real y lo posible. La presión que recibe de esos otros sectores, sin embargo, le genera un gran desgaste, y puede terminar por desplazarlo del centro del poder, pero sobre todo de la percepción ciudadana de que avanza a la velocidad posible.
Todo es susceptible de cambio, pero el costo no debe ser superior a lo que se desea modificar, porque se corre el riesgo de caer en una zanja insalvable. Creo que el Presidente actúa en función de lo posible y entiende que lo perfecto es enemigo de lo bueno, pero la inexperiencia de sus “segundos” y el ansia de quienes creen más en la revolución que en la evolución, lo puede anestesiar y hacer que todo termine mucho pero de lo que esperaban.