Vemos como llega desde lejos, con tiempo. Sin embargo, descuidamos la atención y termina por mojarnos los pies y, si nos dejamos, hasta nos jala a lo más profundo y oscuro del abismo. Cada vez se repite con más fuerza y frecuencia y terminará por salpicarnos, o arrastrarnos al fondo. No podemos cerrar los ojos ante lo que ocurre en Cuba, Venezuela, Nicaragua y otros países ni permitir que se pisotee y ataque permanentemente la libertad. Algunos socios, como Mel en Honduras, han intentado dar pasos torcidos en esa dirección, creyendo estar por encima de la ley y, a su capricho y antojo, modificar la constitución para continuar en el poder, propósito y fin último de todos esos tiranos y sus representantes.
Aquí, en casa, las cosas no van mejor. La pareja presidencial desdeña las críticas, menosprecia las opiniones de otros y hasta se permiten la grosería de insultar a quienes no comparten sus arbitrariedades ni los despilfarros que generan programas inútiles, por muy sociales que los quieran presentar. La jauría que los circunda aprovecha la situación para hacerse con la mayor cantidad de dinero y contratos posibles y así multiplica sustancialmente las inversiones de la campaña. Se nos avecina, y solo es cuestión de tiempo, una mojada como la hondureña, pero sin los errores burdos de aquella porque aprenden y se sofistican con el tiempo. Promoverán una consulta popular donde se mezclen peras con manzanas y terminaremos por aprobar un montón de cosas y, entre ellas, la perpetuación de la yunta y su inútil y torpe filosofía socialdemócrata.
Por aparte, los “intelectuales” afines machacan a través de medios y columnas de opinión el “no cambio”. Prefieren el status quo que les permite seguir cobrando de onegés internacionales que se prestan a este tipo de burlas. Cuando un representativo grupo de ciudadanos decide apoyar Pro Reforma, visceralmente se retuercen porque defienden su forma de vida. De cambiar las normas, dejarán de seguir viviendo de la sopa boba como han venido haciendo toda su vida. Critican, calumnian y derraman bilis, pero son incapaces de generar una alternativa de cambio. Su falta de honestidad les impide reconocer, al menos, el esfuerzo económico, intelectual y de difusión que han hecho aquellos, algo que ellos, “los demócratas” del diálogo y el consenso, no han sido capaces ni de promover ni de impulsar. Únicamente están por esos regímenes absolutistas, donde ellos dirijan o sean amigos de los dirigentes. Necesitan contar con un sistema autoritario con cuotas y privilegios que les permita seguir, como al dirigente magisterial, viviendo del aire. No están dispuestos a trabajar y no saben hacer otra cosa, por muy simpáticos y bufones que parezcan.
Se apoderaron del discurso de los derechos humanos y de los pobres, pero son quienes más lo vulneran; rechazan el militarismo y todos se denominan “comandantes”, paradojas de los regímenes políticos de izquierda en América Latina. Mientras, la ciudadanía aprende a surfear en ese agitado y artificial oleaje que provoca el extremismo de esos iluminados. A fin de cuentas luchan por su supervivencia dentro del único sistema que les permite vivir: el de las subvenciones, la ayuda internacional, las limosnas y el reparto de lo que no producen. No quieren cambiar, no sabrían vivir en un mundo de competencia, porque las concesiones ocultas y el mercantilismo es lo suyo. Necesitan cuotas para todo, porcentajes fijos de presupuesto, representación de género y muchas más patrañas, producto de la mediocridad de quienes no sabe competir ni tiene voluntad ni coraje para ello. Actúan cada vez con más descaro, como en Honduras. ¿Quiénes son los golpistas?.
Muy buen análisis Dr. Trujillo, había leído algo de usted en Argentina pero muy poco y solo en publicaciones digitales. Lo felicito.
ResponderEliminarLe escribo desde Buenos Aires y le cuento que acabamos de tener elecciones parlamentarias en que nuestra también "pareja gobernante" usando el mismo libreto que los Colom...¡acaba de perder hasta en su provincia natal Santa Cruz!
No es nada nuevo este discurso confrontativo y ofensivo, hasta pienso que es un procedimiento más del manual de "franquicia" que todos estos países afines al mal llamado "pensamiento bolivariano" han comprado a punta de petrodólares y maletines de ayuda.
Sin duda que no está todo dicho, esta gente cuenta con enormes recursos económicos y redes de apoyo continental; pero para llegar lejos hay que dar el primer paso y poquito a poco lo hemos dado. Los pobres y necesitados de Argentina nos han dado una lección de moral y dignidad: recibieron todas las dádivas y bolsones de alimentos que les mandaron desde el gobierno...pero les votaron en contra como escarmiento para que aprendan a no burlarse de la miseria. Y otro factor importantísimo es la participación popular: cerca de un 90% del padrón electoral concurrió a votar.
No tengo dudas que un pueblo sufrido y valiente como es el guatemalteco, abrirá pronto los ojos y se dará cuenta del abismo en que lo quieren hundir con ideologías trasnochadas y fracasadas en el mundo entero.
Mis respetos y nuevamente felicitaciones por el blog.
Marcela (estudiante de periodismo, 28 años, Buenos Aires-Argentina)
¿Quienes son? No los hay. No se debe considerar un golpe porque Zelaya estaba cometiendo un acto inconstitucional. El "golpe" es calificado como tal y condenado por los clásicos organismos de siempre (OEA, ONU, gobiernos extranjeros) que dicen defender la democracia pero que lo unico que protegen es la pobredumbre de las instituciones, tal como lo hizo Insulza la última vez que se asomó por Guatemala.
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