He esperado, intencionadamente, la evolución de la crisis que se desató cuando la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua declaró "inaplicable" un artículo de la Constitución que prohíbe la reelección presidencial.
Sin embargo, no he visto una significativa reacción de articulistas, de analistas ni de políticos en relación con el manoseo jurídico del tema, el infantilismo de la sentencia y la obviedad en el paso por la entrepierna del marco legal nicaragüense. Muchos fueron capaces de entrarle, aún con pocos argumentos, al tema hondureño, valorando las decisiones de aquella Suprema Corte y del Congreso contra el delincuente Zelaya, pero pocos han tenido la valentía de analizar este manipuleo, al igual que tampoco lo hicieron con aquel otro que impidió al alcalde de Caracas tomar el puesto para el que fue democráticamente electo.
Se constata el doble rasero de ciertos actores del acontecer político que evidencia algo fácil de intuir: hay mucho lacayo de quienes manejan el entorno que apuesta por el golpismo, la dictadura y el toqueteo de las instituciones en tanto en cuanto respondan a los intereses de sus amigotes, venezolanos y cubanos para mas señas.
Asistimos, impertérritos y pasivos, al empoderamiento de todo un grupo de descerebrados con alma de dictador que quieren perpetuarse en el poder con el cuento chino de que el pueblo los votó, sin anotar que muchos de ellos lo fueron por escasos votos de diferencia y que, además, hay otros poderes que los balancean y les impiden hacer las mamarrachadas que pretenden en nombre del pueblo y con la anuencia de aquel. Ya demostró Cuba hace muchos años que la única razón de una revolución de ese tipo es perpetuar un linaje de criminales y abusadores para que los serviles del régimen puedan tener vida de lujo mientras el resto, ese pueblo que aclaman continuamente, no tenga libertad, padezca racionamiento o esté sometido al capricho de sus opresores, cuando no en prisión.
Venezuela comenzó la andadura por la misma senda hace más de una década. La represión, el incremento de la violencia, la devaluación de la moneda, la nacionalización de empresas, el despotismo gubernamental, el silencio forzado de medios de comunicación no afines y otra serie de atropellos, están a la orden del día y en aumento. Algunos incautos creyeron al inicio que “la cosa iba con otros”, hasta que se han visto copados por una dictadura que los oprime y amenaza continuamente. Bolivia y Ecuador, siguieron la estela. Honduras se rebeló y se echó encima la poderosa maquinaria propagandística de los comandantes y de la desprestigiada OEA, amplificada por algunos “intelectuales” que esos regímenes becan con estudios, viajes, reconocimientos o pagan en metálico. Ahora, sin solucionar nada de lo anterior, el Presidente de Nicaragua se suma al avasallamiento y a la estupidez político-jurídica y busca, como sus colegas, la perpetuación en el poder, saltándose los preceptos constitucionales y las normas vigentes, al amparo de resoluciones judiciales emanadas de órganos sumisos o amañados y con el silencio cómplice de los que gustan de esos sistemas en tanto en cuanto les otorgan donaciones para sus ONG,s, viajes para sus personas u otro tipo de prebendas. ¡Quien dijo que Roma no paga a traidores?. El tren del populismo, cargado de dictadores, se acerca a velocidad preocupante arrollando la democracia liberal y sus principios. Hay que resolver el dilema antes de que sea tarde o haga otra parada. ¿Nos pondremos en alerta o nos quejaremos cuando todo pase?. ¡Manos a la obra!. Podemos dar la talla, aunque sea por una vez.
Estoy totalmente de acuerdo con usted. Es más ¿Porqué la OEA no se ha pronunciado al respecto? ¿Porqué todos esos que hablan sobre el respeto a la voluntad popular y democracia han enmudecido ante tanto manoseo de las constituciones de los diferentes países que han sufrido el mismo fenómeno? Es más, cualquiera que alza su vos en contra de Chávez, Ortega, etc. es automáticamente tachado de facista, antidemocrático y muchos epítetos más.
ResponderEliminarMuy acertada su reflexión Dr. Trujillo, pocos se han ocupado del tema Nicaragua. Por el contrario, con el caso de Zelaya todos los países de Latinoamerica se involucraron y reclamaron con furia ante el "golpe de estado".
ResponderEliminarDesde mi saber y entender (no soy abogada sino estudiante de periodismo) a los miembros de la Sala Constitucional de Nicaragua deberían no solo destituirlos por inhabilidad para ejercer el cargo, sino tmabién retirarles sus licencias como abogados. Si la Constitución de Nicaragua dice que un presidente no se puede reelegir para un periodo inmediato posterior ¿como es que un grupo de "juristas" van a argumentar que es inaplicable? ¿como es que declaran INCONSTITUCIONAL a la misma Constitución? Eso que han hecho es lisa y llanamente una aberración jurídica. Pero tambien es cierto que los opositores nicaragüenses en lugar de efectuar las correspondientes denuncias internacionales, incluso en la Federación Internacional de Abogados ¿qué han hecho? pelear entre ellos y conformarse con lo dictaminado. Einstein decía que solo había dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana.
Este casolo demuestra. Saludos
Pedro, ya decía yo, tenía que haber sido intencional de tu parte… pero ha valido la pena - y con creces – la espera. En efecto, es evidente y desborda por su cinismo, el doble rasero al que te refieres, propio de ciertos actores que inciden en el quehacer político, hartos hasta la saciedad por las prebendas y el clientelismo que los incuba y les permite sobrevivir de manera parasitaria, dóciles para servir a los intereses de esa nueva estirpe de canallas, que mercadean con la miseria de nuestros empobrecidos países.
ResponderEliminarIndudablemente derribar ese “muro” no será tarea fácil; sin embargo, coincido plenamente contigo y en Nicaragua muchos estamos convencidos de ello, que no podemos permitirnos asumir una actitud pusilánime y cruzarnos de brazos a esperar… En Nicaragua hemos dado la talla más de una vez… y a pesar de la “crisis existencial” por la que atraviesa nuestra actual clase política, el orteguismo no será la excepción. Saludos y espero hayas tenido un buen viaje.
Siento tener que aclararle, Trujillo, que sus rabietas literarias no lograrán frenar un fenómeno social tan natural como es el populismo. Piense un poco, hombre, la humanidad se multiplica rápidamente, y cuatro obesos ya no pueden detentar el lugar de diez mil flacos. Le guste a usted, o no le guste.
ResponderEliminarBueno, Emilio,ese fue el argumento que sustento millones de muertos en la Europa del pasado siglo... Alla usted a la lista que se apunta..., lo malo es que uno no se apunta, mas bien lo apuntan otros y no sabe muy bien donde terminara...Bienvenido a la libertad de pensamiento...¿responsable?. Pedro
ResponderEliminarBueno, Emilio,ese fue el argumento que sustento millones de muertos en la Europa del pasado siglo... Alla usted a la lista que se apunta..., lo malo es que uno no se apunta, mas bien lo apuntan otros y no sabe muy bien donde terminara...Bienvenido a la libertad de pensamiento...¿responsable?. Pedro
ResponderEliminar¿Qué pasó, Trujillo? no aguantó el comentario de ayer, ¿verdad? eso pasa cuando se mete con quienes tienen su grado académico. Usted y sus correligionarios de Prensa Libre sólo saben esgrimir argumentos que asusten al pueblo, que ustedes mismos se esfuerzan en mantener en la ignorancia.
ResponderEliminary Uribe? ah! es que es de derecha! Si pues...
ResponderEliminar"Se constata el doble rasero de ciertos COLUMNISTAS que evidencia algo fácil de intuir"