lunes, 3 de mayo de 2010

La fiesta nacional

¿Creía que eran los toros, el futbol o la celebración de la independencia?, ¡pues se equivocó! La aprobación de deuda pública ocupa el primer lugar de la atención nacional y es el habitual espectáculo circense donde bufones inescrupulosos pretenden apropiarse de la mayor cantidad posible de dinero. Comenzaron pidiendo 4.5 millardos, luego lo incrementaron hasta 7. Se desdijeron entre ellos y volvieron a la carga con la primera de las propuestas, modificando la asignación al gusto hasta que cada cual tuvo su tajada. La seguridad, la educación y la justicia, que sirvieron para fundamentar el endeudamiento, estuvieron ausentes de ese reparto. Las obras de asignación directa son, sin embargo, el centro de atención. ¡La misma cara dura de siempre!.
Asistimos impertérritos a otro descarado atraco con anuencia del poder político. El cuento manido y falso, de que hay que tener recursos para promover el desarrollo, sirve para justificar cualquier cantidad que caprichosamente se incrementa y manosea hasta contar con el apoyo de partidos y sectores amigos que aprovechan la situación existente para hacerse con pingues beneficios. Alí Baba era más cuidadoso y menos descarado.
El partido oficial tiene al menos dos posiciones en este espectáculo. La primera, dispuesta a negociar con diputados a cualquier costo. La segunda, ansía recursos pero sin que ello frene el proyecto de reforma fiscal ni la negociación y acercamiento al sector empresarial. Ambas se ignoran (¿o complementan?) y sus intereses no convergen necesariamente. La prueba más patente fue la reunión de algunos diputados con el presidente y el rumor, cuando no amenaza, de dejar el partido, todo ello porque se ven fuera del generoso reparto de millones, por no citar cierto grupo de alcaldes que aspiran a lo mismo. También salieron a las calles campesinos y otros grupos que coincidentemente amedrentaron a la ciudadanía y coadyuvaron a la aprobación de los bonos. La consentida demostración de fuerza tenía por objetivo aclararnos que pueden poner patas arriba al país ¿Recuerdan el jueves negro?, ¡pues no lo olviden!, son los mismos. Descubrieron que el chantaje, la presión y la intimidación tienen resultados positivos aunque ello incida directamente en la falta de inversión y el desarrollo pero, ¿acaso eso les importa?.
No se han preocupado de reducir el contrabando, incorporar la economía informal o buscar más transparencia, a pesar de que fueron promesas electorales del partido en el poder. Tampoco en reducir las millonarias cifras en propaganda que sostiene a muchos medios de comunicación algunos ilegales (cifrados en más de 400), ya que les hacen la campaña política anticipada. Muchos menos en recortar o racionalizar los gastos en los que incurrimos cada día y que son ineficientes e ineficaces, algunos indemostrables por las trabas que ponen como es el caso de Cohesión Social; otros perfectamente evaluables.
Llevamos dos años en continua celebración de cumpleaños y queremos seguir con la piñata. No les duele la boca de pedir más dinero y no han hecho absolutamente nada por ser más eficientes o suprimir el derroche. Quitemos los inútiles viajes de políticos y jueces (algunos con secretaria), la propaganda manipuladora, la subvenciones a empresas deficientes e inoperantes, las comisiones a las ONG,s que terminan engañando, el desconocido y descontrolado gasto de la USAC y mucho más, ¿Cuánto ahorraríamos?, o podemos esperar a que nos pase como a Grecia.
Les gustó la fiesta, como a los niños, y cada cual espera su regalo antes de irse.

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