Podría ser el resultado de cualquiera de los partidos de futbol del próximo mundial, pero no deja de ser la estrategia de un equipo de personajes peludos encabezados por la de siempre. Están dispuestos, y en vías de lograrlo, a controlar la totalidad de la futura Corte de Constitucionalidad (CC). La lucha feroz y despiadada por la rectoría de la USAC obedece a ese principal propósito. El candidato que designe la Presidencia está de más decir por quien se inclinará, al igual que el que nombre el Congreso, también razón prioritaria de los pactos suscritos con la GANA, con el FRG y con otros socios del hemiciclo. En la Corte Suprema de Justicia parece que hay ocho de trece que podrían congraciarse con esos poderes fácticos y el Colegio de Abogados es ahora el centro de atención, aunque no hay muchas dudas de que también se sumará a las exigencias del poder.
Una vez logrado el propósito de contar con una CC dócil y manipulable el resto será historia. Se acabó la Constitución y será bienvenida la interpretación claramente sesgada de la misma. Aparecerá el gobierno de los jueces y la separación de poderes será una entelequia, como sucede en Venezuela. La forma tomará las riendas y el fondo se diluirá en el fango. “Demostrarán” que están cumpliendo las leyes y que los “honorables magistrados” dictaminan tal o cual cosa, sin entrar a debatir a quien obedecen, que favor están devolviendo ni como vulneran el Estado de Derecho. La sociedad civil no tendrá mucho que decir porque la designación es política o serán cooptados por medio del ofrecimiento de cargos públicos, donaciones para sus ONG,s, embajadas especiales o prerrogativas que ya comienzan a disfrutar algunos. Vendrán malas leyes o reformando las actuales (el Código Municipal) se pagarán favores a Alcaldes que aspiran a cimentar pequeños Reinos de Taifas y serán ellos quienes decidan cómo y a quienes les otorgan licencias para operar medios de comunicación o llevar a cabo otras actividades privadas, tal cual ocurre en Venezuela. Si usted no es crítico con el sistema será bienvenido, pero si es díscolo cerrarán su emisora, la intervendrán, lo perseguirán, lo sacarán del país o lo acusarán de ser el autor de las camisetas blancas que se usaron en las manifestaciones contra el asesinato de Rosemberg. Las leyes calificadas como constitucionales también podrán ser cambiadas con su mayoría en el Congreso y la CC a su favor.
Comenzarán -ya lo están haciendo- los ataques a la prensa, las presiones y las negociaciones para renovarles las frecuencias de emisión. Algunas emisoras parece que ya pactaron incluso la publicidad de la campaña; otras siguen luchando de pie. Coparán los consejos de administración de la prensa escrita o intimidarán a los bancos para que no provean préstamos y terminarán haciéndolos quebrar o comprando sus acciones a través de terceros inescrupulosos. La intervención y la nacionalización se hará en nombre de los pobres y desde el poder dirán que todo está bien y en regla y la nueva CC les certificará empleando procedimientos formalmente democráticos con tufo persistente a autoritarismo agrio. Venezuela ha construido el modelo.
Seguimos durmiendo el sueño de los justos y esperando que la CICIG, la embajada o la sociedad civil nos arreglen los problemas y nos saque del lodazal. Cuando llevemos diez años laméntanos y enrollados en la tela de araña recordaremos nuestra inoperancia, pasividad y cobardía, mientras ellos nos mirarán desde su atalaya de poder con la maldad habitual, pensando como pisarnos un poquito más.
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