Los buenos amigos,
son ángeles sin alas
Freddy tiene muchos hijos y hermanos, aunque no biológicos. Es una
suerte de razón afectiva, amorosa y voluntaria que va mas allá de la biológica
y por ello merece ser destacada. Responde, también, a razones morales y de
valores cristianos porque Freddy De Geytere es un muy particular -y especial-
sacerdote católico. Llegó a Guatemala por casualidad al inicio de los ochenta en
momentos duros del conflicto -como él mismo confiesa- y lejos de involucrarse en
cuestiones políticas -como otros hicieron- atendió y pastoreó su iglesia.
Dedicó su tiempo a hacer amigos, a conformar una parroquia y a trabajar por mejorar
la calidad de vida de su entorno inmediato ¡qué no es poco! Adquirió, con su
dinero, algunas cuerdas de la finca donde, más tarde, fundó un centro de
rehabilitación para niños con lesión cerebral y completó su obra invirtiendo
una herencia personal en construir un colegio y una clínica médica donde hacen
fila pacientes desde antes del alba, además de poner en marcha una academia de
costura para señoritas. Todo un trabajo de titanes que demuestra la capacidad
del ser humano cuando la voluntad, la razón, el trabajo y cierta dosis de ayuda
divina convergen en pro de un fin de vida.
Nada de eso sería posible sin el equipo de Freddy. Un grupo de
colaboradores-amigos que ríen con él y lo acompañan sin desmayo:
fisioterapeutas, profesoras de educación especial, doctores, catequistas,
personas de confianza y un etcétera no muy grande en número -pero si en calidad
humana- con las características y cualidades propias del mejor equipo olímpico.
Sin ellos, comenta el hermano Freddy -como gusta le llamen- no hubiese sido
posible casi nada de lo que ahora es una realidad. Desea que el día que deje de
dirigir la fundación "Arriba Tumbador" -en esa aldea de San Marcos se
encuentra- quiere que lo releve un guatemalteco, algo natural pero que adquiere
un especial tinte viniendo de un belga, de esos que algunos nacionalistas
irracionales señalarían de "extranjero", como hacen con otros. Es
alentador cuando Fredy hace su predica sobre el paternalismo y anima a la
comunidad a trabajar y no esperar nada que venga regalado, sin un esfuerzo
individual previo. Ánimo que pierde fuerza al compararlo con la tiradera de
dinero que hacen muchos políticos inescrupulosos y cómo con una pizca de
voluntad e interés se podrían alcanzar significativos resultados. No tengo la
menor duda sobre el error de pensar que el problema del país es el "poco
gasto social", la falta de prepuesto o similar babosada, porque seres
humanos, como Freddy y su equipo, hacen "milagros" con cantidades
irrelevantes en relación con aquellas que dilapidan nuestros electos políticos,
cuando no se la roban. Se trata de
voluntad, de honestidad, de valores y principios, de fe en lo que se hace y de
dedicar -pero de verdad- la vida al servicio de los demás. Freddy sería un
nefasto político, porque es honesto, excepcional y eficiente, lo que nos motiva
a reflexionar sobre este modelo disfuncional de "democracia
participativa" y ver hacia que otro podemos evolucionar.
Querido amigo, no eres el único ángel en la tierra, pero si uno de los
dos que creo conocer y que seguro serán recordados y pasarán a la historia de
aldeas, poblados y ciudades perdidas en mitad de la montaña, de las que otros
sólo se acuerdan para ver como utilizar a sus habitantes. Dios -tu mejor amigo-
te incluirá en su lista de invitados especiales ¡Te lo mereces! Felicidades por
tu ejemplo de vida.
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