“Nuestra verdadera nacionalidad es la del
género humano” (G. Wells)
El pasado martes, una
columnista de este medio se despachó con una elucubración en la que aparecí transfigurado.
Por dejadez, desprecio o falta de agallas -no importa- olvidó mi
nombre y parece que tampoco vio el programa de TV que ciegamente criticó;
también comprensible en ella. En su relato, prodigo en delirios, circunscribe
mi residencia a la “Ciudad de Guatemala”, porque su línea argumental es
presentarme como incapaz de opinar de asuntos nacionales, sobre todo del
interior, supongo que reservados a su extraordinaria capacidad analítica.
Emplea un recurso muy usual entre aquellos que carecen de razones, y se explaya
concluyendo: “no es chapín”, haciendo grande aquella frase de:
“Los nacionalismos son el refugio de los miserables”. Podría evitar la
replica a comentarios alocados y berrinchudos, pero es necesario aclarar
algunas cuestiones.
Los ataques que padezco
proceden normalmente de personajes con perfil parecido al de la autora de tales
florituras: Marielos Monzón (M&M), y se muestran frecuentemente anónimos o,
como en este caso, de esos de "tira la piedra y esconde la mano".
Incapaces de identificar correctamente las cosas y señalar directamente a las
personas, inventan cuentos que desdibujan y difuminan, forma tradicional de
actuar de ese pelotón de hijas de Tecún Umán con ínfulas de valkirias.
Silencian interesadamente como “la protesta campesina” que contumazmente
defienden, ha provocado muertos en muchos lugares del país, además de
destrozos, amenazas, intimidación y terrorismo. Bajo falso argumento
nacionalista-patriótico, agrega miss M&M: “nuestros paisanos que
integran los movimientos de resistencia...”, y se erige portavoz de una
causa para la que nadie la nombró, mas bien las comunidades han
identificado a muchas de esas manipuladoras y cierran el paso a inexistentes
cabecillas que se descubren delincuentes y son denunciados por el auténtico
liderazgo indígena que ellas desprecian. Están profundamente frustradas
porque se les acaba la financiación externa al haberse descubierto cómo viven,
qué denuncian y cuándo callan.
Son plañideras adiestradas
que acusan sistemáticamente a quienes las cuestionan de xenófobos,
racistas o excluyentes. Se acostumbraron a ser la voz oficial guatemalteca en
foros internacionales, falsearon la historia según sus intereses y
la embadurnaron de prejuicios y fracasada ideología.
Guatemala, ese país al que se vanaglorian de pertenecer -y del que pretenden
excluirme con sus declaraciones nacionalistas, les importa (en español de
España) un bledo -un carajo en chapín- Sufren porque se les acaba el dinero
internacional del que casi todas ellas viven, al igual que los viajes y los
reconocimientos de gobiernos extranjeros. Corren malos tiempos para
embaucadoras -por muy nacionales y chapinas que sean- y les molesta la
competencia de voces disonantes que no mendigamos dinero. “Perdieron” a la otra
colocha y la posibilidad de continuar con el manoseo de causas
penales; “su” jueza histérica no consiguió la condena que pretendían a
toda costa y las comunidades indígenas, tradicionalmente manipuladas, comienzan
a despertar y se les rebelan. No es posible continuar con el odio, el rencor y
el miedo, y parece que algunas no están en buenas condiciones para enfrentar
esa situación. Como dice un amigo mío: yo doy la cara y el nombre, pero también
argumento y señalo a las personas que critico. Ahora, claras las posiciones,
tanto miss M&M como alguna de sus desubicadas colegas podrá ampliar su
disgusto aquí o en las redes, aunque no les dedicaré más tiempo. Seré uno de
tantos en ignorarlas y quitarle la poca atención que tienen a estas alturas, no
digamos credibilidad. Sin embargo, era menester matizar esos puntos.
Felicitaciones por su respuesta al artículo de Marielos Monzón, ...
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