Pareciera que no se puede ejercer la política y seguir siendo honrado y decente
El fin de año pone término al tercero de la administración “patriota”. Los gobiernos de la “era democrática” guatemalteca han sido, más que menos, un desastre. Este no es la excepción y ratifica contundentemente la norma. El fracaso de aquella reforma tributaria 2012, a pesar de que durante la campaña electoral predicaban no subir impuestos mientras no se consiguiera trasparencia; el intento de permanecer en el poder mediante la reelección/ampliación presidencial -también en la memoria histórica- o los inútiles esfuerzos por modificar la constitución, son algunos hitos del errático rumbo político.
La intervención de puertos, aeropuertos y aduanas, sirvió como pretexto para concentrar poder, controlar la recaudación y favorecer negocios y desfalcos que mermaron las finanzas públicas. La resolución del TSE suspendiendo con sentencia muy particular a ciertos partidos, inició la salida de Roxana Baldetti de la Secretaria General y comenzó una guerra fría y sórdida -azuzada por un ministro delfín- entre la Vice y el Precandidato. La detención, con bombo y platillo, de Roberto Barreda permitió paralizar en 2013 la presentación del candidato Sinibaldi, aunque el caso siga anclado, como el eternizado juicio de los Valdés Paiz. Los acercamientos del Ministro de Gobernación y la anterior Fiscal General con agitadores de Barillas, dejó a la justicia sin capacidad para actuar y tras los sucesos de Totonicapán, el miedo y la cobarde inacción gubernamental, posibilitaron la masacre de Los Pajoques y los sucesos de Sanarate en los que “pacíficos manifestantes campesinos” balearon a media docena de policías. Mención especial merece la oportuna y hábil jugada de CICIG que deteniendo a Lima y al director del sistema penitenciario se reposicionó, evidenció el fracaso de dicha institución y desnudó la connivencia entre autoridades y reclusos. Recientemente, la elección del Contralor y magistrados de la CSJ y Salas de Apelaciones, inició una nueva era de pactos con el contrario, rubricados con la aprobación del presupuesto 2015. Manoseo de ciertos grupillos que es norma en la “justicia” y en la "política" y sirve para desplegar otros innobles propósitos. Los contratos sin licitar, las compras de urgencia, los cientos de millones dilapidados, la obligatoriedad de usar chalecos naranja para motoristas, el abandono y manoseo de la salud y los sobornos brasileños, entre otros infortunios, demandan detallado estudio.
La despiadada lucha interna se traduce por “sálvense quien pueda”, grito que arrecia desde que la prisión de Miami es residencia permanente de Marllory Chacón y Olivero Fernando Peláez Solano relacionados con la financiación del gobierno y con amistad personal y estrecha con "pato" y la cúpula patriota, además de datos precisos que comienzan a conocerse, como la entrega de 600$ mil más 400$ mil a cambio de protección para Jorge Galdamez -el Corvo- y reuniones sostenidas en casa de la Reina del Sur -con seguridad oficial- para planificar operaciones conjuntas contra Jairo Orellana.
Rendidos los gobernantes, pactan sumisamente para salvar el pellejo, congraciarse y continuar en ciertos puestos, no sin antes cambiar de "uniforme" y de color. Una dignidad siquiera por los suelos -comprensible en amorales- sino distante del referente mínimo de valores, y todo un acto de cinismo. Aquello de la mano dura y la trasparencia, fue ruido de canchinflines, ausente de esta gestión política incoherente, ineficaz e indecente ¡Tanto militar en torno al poder para doblegarse frente a situaciones comprometidas! Poca gloria y menor honor. Eso si, antes de arrodillarse se jodieron unos a otros y, de paso, a la ciudadanía impávido-cobarde -¿o ignorante?- de este país. Requiescat in pace el futuro.
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