lunes, 5 de enero de 2015

"Between morales"


Doble moral: una que predica y no practica, y otra que practica y no predica

Que los Estados Unidos de América son un excelente espacio de prosperidad, justicia y desarrollo exitoso, creo que está fuera de discusión y duda. El sueño americano, desde hace tiempo, es una realidad visible que puede discutirse con escaso margen de diferencias. Sin embargo, algunas administraciones USA han sido especialistas en la aplicación del concepto -también muy norteño- de la doble moral.
Llama la atención lo publicado en Prensa Libre: [EE. UU.] “requiere que las autoridades judiciales civiles investiguen y juzguen a militares en activo y jubilados sobre quienes se tengan sospechas fundadas de haber cometido violaciones graves de los derechos humanos". De ser cierta la petición, debería convertirse en clamor universal -también para no militares- aunque contrasta con el informe que presentó el Senado USA sobre la actuación de la CIA -hace menos de un mes- en el que destaca como engañaron al Presidente y torturaron a prisioneros en colaboración con ciertos países, entre otras ilegalidades. Recuérdese que impusieron dictadores y colaboraron con gobiernos "anticomunistas" de la época y, como relata el gran Asturias en su novela Week-end en Guatemala, el derrocamiento de Arbenz fue dirigido por la batuta de Washington, aunque un nieto del Nobel, entre otros, les sonría ahora porque la cooperación provee sustanciosos contratos que permiten vivir cómodamente.
Los EE. UU., como otros países cooperantes, promueven juicios universales pero evitan llevarlos a cabo en territorio propio o no señalan con idéntica contundencia a quienes violan normas de derecho internacional. Basta escuchar las cínicas declaraciones de Obama al publicarse el informe indicado: “Pero una de las fortalezas que hace a América excepcional es nuestra voluntad de afrontar abiertamente nuestro pasado, encarar nuestras imperfecciones, hacer cambios y mejorar”. Olvidó aclarar que no enjuiciará, no cesará y no investigar a nadie, y todo quedará en una magistral jugada política para responsabilizar a los republicanos del pasado ignominioso, ignorando que Guantánamo sigue activo, a pesar de sus promesas de campaña y que la muerte/desaparición de Osama Bin Laden, no supera un escrutinio básico de derecho internacional, algo que no preocupa al establishment porque, aunque fuerzan a los demás, los USA apenas ha suscrito unos pocos tratados internacionales sobre derechos humanos y justicia excluida, ¡como no!, la jurisdicción de la Corte Penal Internacional.
Los norteamericanos hacen su juego y su política -como debe ser- y, desde esa perspectiva, hay que interpretarlos. Apoyan a la CICIG no porque les preocupe el actuar de los poderes ocultos y paralelos (de los que saben mucho), sino para capturar narcos y lavadores de dinero y complementar vectores de su política exterior. Este país, a ellos y a otros colaboradores que los aplauden, les importa un carajo, algo comprensible analizado desde Ohio o Wyoming. Lo que me asquea es la doble moral con la que se actúa y la credibilidad y audiencia otorgadas a ciertas declaraciones sin cuestionar hechos "doblemoral" de la historia reciente: invasión Irak (inexistentes armas químicas), apoyo con armas al talibán afgano en los 80's tras invasión URSS, escándalo Irán-Contra (tráfico de armas), etc. 

Estoy de acuerdo en investigar crímenes, pero mi razón se rebela cuando se presta atención en una única e interesada dirección, obviando cuestiones idénticas en otros lugares, como si la autoridad moral fuera mera superioridad teórica ¡Impresionante ver ese show hollywoodense alentado por activistas nacionales y otras organizaciones internacionales de "derechos humanos, casi todos/as en nómina de la cooperación internacional, y con agenda importada! ¿Quien dijo que Roma no paga traidores?

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