¡Con amigos como estos, para que quiero
enemigos!
Los mupis instalados tempranamente en la zona 10, me espolean
a reflexionar sobre una alianza política concretada el pasado año. Los partidos
CREO y UNIONISTA (PU) decidieron presentarse conjuntamente a las elecciones
2015, concurriendo a las presidenciales el señor Roberto González (CREO) y a la
alcaldía capitalina, para la reelección, el alcalde señor Arzú (PU). El tema,
sujeto a una lógica electoral, amerita un análisis de escenarios y estrategias.
El PU obtuvo un diputado en las pasadas elecciones; abandonó
la formación y actualmente le queda uno, tránsfuga de otro partido. Esos datos
hacen pensar que el PU podría desaparecer en las próximas elecciones al quedarse
sin representación y, por tanto, dejar de tener incidencia en asuntos
nacionales. Desde hace años, el señor Arzú pretende contar con una masa crítica
de diputados en el Congreso, para enlazar la política nacional y la capitalina
con un mínimo de garantías, y también de injerencia, ¡por qué no! Sin embargo,
su personalismo ha hecho que esos diputados terminen por abandonar el PU por
falta de independencia. En las pasadas elecciones no encontró candidato
presidencial, lo que le obligo a poner a su esposa al frente. De ahí la alarma
ante el proceso que se avecina.
CREO, por su parte, está medianamente posicionado. Contó con
12 diputados al inicio de la legislatura. Actualmente tiene 9, cinco de los
cuales también son tránsfugas de otros partidos. Su candidato más visible, Canela -el del guacalazo-, obtuvo muy buenos resultados en las elecciones
municipales anteriores, y cuenta con aspiraciones presidenciales.
Con ese panorama, poco alentador para el PU y
estratégicamente sobredimensionado por CREO, se pactó una alianza descompensada.
Arzú se garantiza la reelección de la alcaldía capitalina y anula la actual
oposición de concejales de CREO. Además, el pacto por sí mismo no hace crecer a
Canela en su intención de voto
presidencial. Es de presumir, tal y como viene ocurriendo en las dos últimas
elecciones, que CREO obtenga entre 5-10 diputados y el PU posiblemente ninguno
o escasísima representación. Por tanto, hay que centrarse en escenarios para
2016. Reelegido Arzú -algo poco discutible-, la estrategia arzuista se centrará en atraer a los diputados electos de CREO a la
arena del PU, posiblemente sin ese partido representado en el Congreso. El
transfuguismo es la esencia principal de la que están hechos la mayoría de los
diputados y será fácil conformar una fuerza política al servicio del alcalde y de
sus intereses ¿Qué gana CREO en todo esto? Es la pregunta que no dejo de
hacerme. Sus estrategas han errado, no evaluaron los escenarios descritos o yo
me he perdido en algún lugar de mi reflexión. Las posibilidades de Canela de llegar a la presidencia son
muy escasas, aunque se quede con la mayoría de los votos capitalinos del PP y
pase a segunda vuelta, algo difícil. Haber luchado por la alcaldía hubiese sido
mucho más exitoso y servido de catapulta para, desde allí, -o con los
resultados obtenidos- conformar su capital político. Esa fe desmedida en la
oferta del PU -del señor Arzú en concreto- puede significar su defunción
política y seguramente su desaparición de la escena mediática.
El triunfador directo de todo esto, cuando apenas le quedaba
oxigeno, es el seguramente reelecto alcalde. Los perjudicados, además del
mencionando Canela, el candidato del
PP al que le restarán votos ¿Por qué nunca se hizo una alianza CREO-PP? Porque
la vice se enconó con ser alcaldesa. A partir de ahí cada quien concluya como
quiera y medite sobre lo que se avecina.
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