“Un gran poder implica una gran responsabilidad”
Se lucha fuertemente, aunque no se
perciba, por la continuidad de la CICIG. A pesar de que el Presidente dijo contundentemente
que no, creo que habrá prorroga. Los favores hay que pagarlos y en política
-especialmente cuando las cosas se hacen mal- todo tiene un precio. Se pueden
encontrar argumentos contrapuestos sobre la permanencia de la Comisión, pero
ese no es el tema a tratar.
El mandato de la CICIG contempla
tres objetivos principales. Dos de ellos se refieren a la investigación y
desarticulación de aparatos clandestinos y cuerpos ilegales de seguridad, concepto
definido en el art. 1, d) del acuerdo. Sin embargo, el ente internacional se ha
dedicado a desnudar casos puntuales. Algo digno y meritorio, pero que no enfrenta
la sustancia del problema que vino a resolver. El único que se puede incluir dentro
de su misión original, fue la persecución del ex presidente Portillo y su
entorno y tal como declaró el comisionado Dall´Anesse en Honduras, se pactó con
la Fiscal Paz y el embajador Chacón no perseguirlo para que fuese extraditado.
CICIG surfea, y se ha adaptado al
medio. Juega insolentemente a la política judicial y aborda aquellos casos que
interesan a ciertos países donantes o resuelve temas específicos, pero no
persigue cuerpos o aparatos clandestinos de seguridad. De haberlo hecho, investigaría
el desfalco en aduanas, la matanza de Los Pajoques, los sucesos de San Pablo,
los disturbios y crímenes en Barillas, la financiación de partidos políticos,
el denunciado pago a diputados, los monopolios de los buses, el reparto de
fertilizantes, la compra de medicamentos y sucesos similares ejecutados por
mafias políticas, sindicales, ideologizadas o criminales que conforman un poder
en la sombra y mueven a centenares de personas ¡Eso son aparatos clandestinos!
Las mafias están soportadas,
sustentadas, alentadas e impulsadas desde el poder legislativo, ejecutivo y
judicial, en mayor o menor medida, sin desdeñar otros grupos de presión como
ciertas ONG,s. Por esa razón, el día que CICIG aborde ciertos problemas será
inmediatamente sacada del país precisamente por los poderes citados, que son a
fin de cuentas quienes la mantienen activa en tanto en cuanto no les cuente los
frijoles. Llamativo ver al Comisionado acompañado y rodeado de los/las
habituales que lo cooptan y apoyan en la medida que se pliegue a dos cosas.
Una, seguir determinados lineamientos o no investigar ciertos problemas, sobre
todo esos que denominan falazmente sociales. Otra, que sigan contratándolos con
fondos de cooperación internacional para que sean ellos quienes tengan
incidencia en las investigaciones y la persecución penal. Al final del día, el
principio aquel de que toda organización tiende a perpetuarse, es un hecho
evidente, también para la comisión internacional.
Al conjunto, hay que agregarle el
papel de sus directores. El primero, Castresana -“el berrinches”- trasladó su carácter
y agitada vida personal a la vida judicial nacional. Le sucedió Dall´Anesse -“el
poeta”- escritor de libros, procesado en su país e impedido de abordar un avión
por crear pánico. Reconozco, sin embargo, méritos diferentes en el señor Velásquez,
quien ha tenido que apagar fuego y se mueve más profesionalmente en el escaso espacio
del tablero donde le han dejado jugar.
No es que no crea en CIGIG, sencillamente
no confío en quienes la cooptan, desvían, financian e imponen una agenda particular.
No se trata de si se queda o se va, mas bien de preguntarle: ¿por qué no investiga
a las mafias del país? Siguen sin entrarle al tema que la trajo aquí: los
poderes paralelos, ¿a qué esperan?
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