Se ha cometido la torpeza -o la ligereza- de
contemplar “lo indígena” como un todo
Cinco
hechos significativos relacionados con el tema ocurrieron en las últimas
semanas y conformaron una particular sensación. Uno de ellos corresponde a la
manifestación contra las hidroeléctricas, promovida y financiada por Madre
Selva, y otro, a la convocatoria de CODECA, ambos con asistencia muchísimo
menor de la esperada, anunciada y acostumbrada, y poca acogida de las organizaciones
convocantes. Los tres restantes son más explicativos y reveladores: la retirada
de la referencia al derecho indígena de las reformas constitucionales,
anunciada por “autoridades ancestrales”, la escasa y confusa discusión pública de
esos temas por políticos indígenas y el indignante rol autoritario de Bernardo
Caal, autodesignado como “representante” de un sector indígena.
Percibo
que hay una enorme división en el colectivo que aglutina el vocablo “indígena”
y que quienes se sienten incluidos en él son más conscientes cada vez de la
manipulación a que están sometidos, tanto por el acarreo y pago de personas -MadreSelva
y CODECA- como por personajes que se erogan una cuestionable autoridad o
representatividad: Caal, Pop, Rigoberto Juárez, etc.
Se ha
cometido la torpeza -o la ligereza, según se mire- de contemplar “lo indígena”
como un todo, como un referente único al que contraponer lo ladino, y
claramente no es así. La conquista española -los dioses me salven de nombrarla-
encontró una división importante que fue utilizada por un grupo de “exploradores”
para someter a toda una “civilización”. El divisionismo es una realidad, al igual
que ocurre en toda sociedad, producto del fomento de grupos de interés. La plural
comunidad indígena debe reflexionar sobre qué desea, en qué condiciones lo
quiere y los costos que está dispuesta a asumir. Algunas personas han
encontrado, al convertirse en portavoces no autorizados de aquella, una forma
de vida, de reivindicación social o de autodefinición étnica, aunque ello sirve
únicamente a sus fines y a un círculo muy próximo, pero no a la comunidad que
pretenden encarnar. De ahí que cuando una indígena, como lo es la señora Menchú,
opta en dos ocasiones por la presidencia del país, apenas alcanza el 3% de votos;
que el diputado Amilcar Pop no consiga aglutinar ese 40/50% de la población no
ladina o que, finalmente, Bernardo Caal sea rechazado porque se apropia del
liderazgo de una comunidad, a pesar de vivir a decenas de kilómetros de
distancia y sin relación con aquella.
Hay que empoderar
a las autoridades indígenas, pero a las verdaderas, a las comunitarias, a las
que son y están, a aquellas que cuentan con el respeto de su entorno. Ese apoyo
debería ser la columna vertebral del reglamento del artículo 169 -por hacerse-
y del cual ciertos personajes y grupos no quieren saber nada porque en la
medida que se reconozcan las verdaderas autoridades y se fijen los procedimientos
de discusión, terminará su artificial y arbitraria pero jugosa intromisión.
La
división, la carencia de debate, el desconocimiento del derecho indígena que se
ha querido impulsar, la falta de liderazgo real frente al sustituto de
personajes y grupos conflictivos y la necesaria reflexión interna de todo grupo
social, son elementos que deben abordarse entre los indígenas, al igual que se
hace en otros grupos sociales o étnicos. No es de recibo seguir hablando de un
bloque homogéneo, unificado ni mucho menos liderado. Hay que promover fuertemente
a quienes representan a sus comunidades y con ellos hacer converger el ideal de
sociedad al que se aspira. Lo demás: luchas de poderes espurios sin avances ni
logros, pero con pingües beneficios para algunos vividores de todo esto.
Pedro, bna noche, soy Wotsvely Aldana, soy Arquitecto de profesión y ciudadano nacionalista por convicción, he dado seguimiento a su columna, déjeme decirle que mi punto de vista es parecido al suyo, aunque también ya radicalizandome en cuánto a que ya se me agota la paciencia ante toda esta anarquía creada por pseudo líderes y organizaciones de colectivos sociales, que solo en las manifestaciones "pacíficas" se oyen, así mismo ya me queda poca paciencia hacia nuestras autoridades, sean las actuales o todas las anteriores por no hacer nada al respecto; particularmente quiero referirme a un viaje de turismo que realice con familia, del cuál regresamos hoy precisamente, en dicho viaje visitamos lugares de Huehuetenango y pude darme cuenta de lo radicalizado e ideologizado que se encuentra el tema de la minería y las hidroeléctricas, es lamentable ver y toparse con lideres comunitarios que con solo portar la famosa varita edilicia se creen los dueños de nuestro país, teniendo que soportar acoso de parte de ellos obligándonos a identificarnos y verificar que no trabajamos para un proyecto de estos, realmente yo no me sentí intimidado, mas bien me causo enojo saber que no hay modo de hacer entender a estas personas que Guatemala es solo una, Ley hay solo una para Ladinos e Indígenas, Mestizos y Garifunas, extranjeros de nacimiento como ud, pero que ya ha adoptado a nuestro país como suyo, o viceversa; no quise tomar fotografías de las arengas escritas por ellos en rótulos en donde es muy tajante su NO A LA MINERÍA E HIDROELECTRICAS y su SI a la vida, o la otra que rezaba: COMUNIDAD EN RESISTENCIA CONTRA ENERGUATE, DEOCSA O DEORSA, pero es a la vez lamentable como ellos mismos mantienen un constante desamor a la naturaleza cortando cuanto árbol se cruza en su camino para volverlos leña, ver las montañas que no tienen la mas mínima capacidad de producir cultivos, arrasadas por los quemas o incendios intencionales, la forma de como los ríos ya escasos están llenos de basura de todo tipo, porque aunque existan recipientes de basura a ellos no les da la gana tomarse un minuto de su tiempo para que con esas acciones digan con hechos SI A LA VIDA, le comento además que mi hija ya cerro su carrera de Ingeniería Ambiental y daba pena ver su cara al observar todos estos panoramas, en donde y volviendo al punto central, estos lideres no se preocupan de generar esa verdadera conciencia en sus comunidades, y que si tienen que denunciar algo, esta bien, lo hagan, y que peleen por sus derechos, pero que se sujeten a las leyes para determinar si son justos o no, ya que con sus acciones de bloqueos y manifestaciones, lo que se aprecia es únicamente una Extorsión, en la cuál personas que como yo generamos y producimos, nos vemos sumamente afectados y si definitivamente con la Paciencia a punto de acabarse. Finalmente le comento que al final de cuentas el viaje fue muy agradable por los lugares visitados y que ojalá, mas guatemaltecos pudieran visitar y apreciar, entre ellos Rio Azul, Jacaltenango; Río Lagarteros y Cenote de Candelaría en Aldea Chicaj, Nenton, ambos de Huehuetenango , en fín saludos cordiales, ánimo a seguir con el ojo critíco y espero comunicarme en una próxima ocasión.
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