Una sociedad requiere reglas claras, precisas,
generales y sustentadas en responsabilidad
El lamentable
suceso ocurrido en el “Hogar Seguro” que costó la vida a muchas niñas y dejó heridas
a otras, promueve un intenso debate. Se ha aprovechado para criticar al MP por
“su lentitud y ausencia”, aunque a los pocos días dictó orden de detención
contra presuntos responsables. El punto: tildar al MP de ineficiente a pesar de
lo que hagan. Algunos se echaron a las calles para pedir la renuncia
presidencial, a pesar de que el Ejecutivo cesará a cargos políticos. El
objetivo: tumbar el gobierno, al precio que sea. Los radicales habituales
acuñaron el término “femicidio de Estado” o hablan de crimen de Estado y
masacres, dando por sentado que el aparato gubernamental ha hecho converger esfuerzos
y provocado esas muertes. Lo que pretenden: seguir la lucha ideológica. Siento
que la muerte de las niñas será un medio para alcanzar diversos fines porque Maquiavelo
sigue presente en la mente de demasiados. Ese triste, penoso y lamentable
suceso, servirá en el futuro inmediato para justificar cualquier cosa, desde la
subida de impuestos, hasta la pena de muerte; desde la reforma política hasta
el cambio de gobierno. Un emotivo comodín que permitirá construir no importa
que discurso.
Se ha
obviado -no genera réditos- la discusión de ciertas razones de fondo que
podrían servir como solución o paliativo ¿Por qué no aprobar una ley de servicio
civil que selecciones a burócratas sobre perfiles de idoneidad? Porqué resta
poder a sindicatos y políticos ¿Por qué no agilizar la ley de adopciones,
asegurando que todo sea correcto, pero que los menores no se hagan adultos sin
ser adoptados? Porque la burocracia -nacional e internacional- lo impide ¿Por
qué se mezclaban en ese Hogar niñas en conflicto con la ley, abandonadas,
violadas por familiares o adolescentes? Porque les ha pelado a quienes han
pasado por ahí, y como sociedad a todos nosotros ¿Por qué no privatizar esos servicios
si el Estado no puede? ¿Por qué no diseñar políticas públicas sobre la base de
principios y responsabilidad, y si sobre asistencialismo? Porque generan votos
de “minorías” vulnerables y lo importante no es difundir responsabilidad -paternal
y maternal en este caso- sino vender la imagen de un estado lastimero que se
“preocupa” por los débiles y abandonados ¡Mentira!, tal y como el triste resultado
demuestra. Había escrito que un día iba a pasar lo mismo en una prisión, un
psiquiátrico o un centro de detención juvenil, cuando el fin de semana ocurrió
lo del Centro Etapa II ¿Realmente nos importa?
Conformar
una sociedad requiere reglas generales, claras, precisas, que se apliquen y sustentadas
en responsabilidad. Quienes tenemos hijos debemos asumir el rol de padre o
madre. El que carece de medios debe saber hasta dónde comprometerse. Todos
tenemos que aportar y no esperar que otros paguen la educación, la salud, las
carreteras o la vivienda. Nos han engañado -y lo hemos creído- con inexistentes
derechos colectivos cuando no son más que aspiraciones sociales, metas, objetivos,
y no otra cosa. El liberalismo clásico, al que acusan de “egoísta”, admite la
subsidiariedad del estado, pero exige compromiso de los miembros de la
comunidad. Reprueba, sin embargo, a quienes no quieren asumir su papel
igualitario en una sociedad diversa, con voluntades diferentes, deseos variados
y fines complejos. Solo nos une la igualdad como seres humanos y la responsabilidad
de nuestras acciones y eso, es lo que estamos destruyendo permanentemente por
intereses espurios y políticas que fomentan la asistencia sin obligaciones.
Bienvenidos
a Los Coco´s country.
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