Estas elecciones son atípicas. Los candidatos a la vicepresidencia tienen mejor imagen que los presidenciables
Dos hechos agitaron las redes la pasada semana: la encuesta elaborada por Cid Gallup y presentada por la Fundación Libertad y Desarrollo y un video sobre la situación guatemalteca, divulgado por el espacio de opinión colombiano La Pulla.
La encuesta venía a explicar, resumidamente, que el candidato Giammattei cuenta con mayor intención de voto que Sandra Torres, pero los votantes de ella son más fieles -tiene más voto duro- y consecuentemente los resultados le favorecerían en tanto la afluencia a las urnas, como es previsible, sea baja. Una especie de “si pero no” que hizo dudar a algunos no familiarizados con interpretación de encuestas. Otros, en cambio, vieron una oportunidad para revertir los resultados de la primera vuelta como casi pasó en 2014 en El Salvador y ocurrió en Costa Rica en 2018 en el balotaje: el segundo superó al primero.
Estas elecciones son atípicas. Los candidatos a la vicepresidencia tienen mejor imagen y aceptación que los presidenciables y si hubiese que votarlos seguramente no habría que elegir el menos malo sino que, por primera vez, se podría seleccionar al mejor. Ambos cuentan con simpatías y apoyos, caen bien, son afables, exhiben alto grado de preparación, transmiten honradez y son aceptados. Sin embargo, tanto Giammattei como Torres cuentan con alto porcentaje de rechazo -más ella que él- que viene a refrendar ese tradicional estribillo nacional de: “votemos por el menos peor”.
Por su parte, el video de La Pulla desató reacciones diversas y fue comentado y rechazado por algunos con patrio ardimiento, porque exponía -de una forma muy particular de hacer humor y relato a la vez- una realidad que muchos todavía osan ocultar o negar: estamos bien fregados y no se atisba una solución después del 11 de agosto. María Paulina, la presentadora, describe y critica lo mal que está el país y se centra en la enorme corrupción existente y cómo no somos capaces de erradicarla, lo que molesta a ciertos pobres de espíritu que anteponen el nacionalismo ciego -y cómplice en ocasiones- a una realidad de la que pareciera no queremos escapar. Aunque neguemos lo evidente, así nos ven inversionistas y turistas, entre otros, quienes excluyen al país como lugar atractivo para visitar o invertir. En una palabra: no somos objeto de atención comercial para quienes nos leen allende las fronteras aunque nos queramos ver impolutos y convencerles de que aquí hay “eterna primavera y muchas oportunidades”.
Y para muestra un botón. Coincidiendo con esas dos publicaciones el MP/CICIG evidencia un nuevo caso en el que imputa a más de 120 personas, entre ellas expolíticos y diputados. En época reciente -relata el expediente judicial- situaciones de calamidad fueron aprovechas por personajes inescrupulosos para hacer dinero fácil. Mientras para muchos guatemaltecos las erupciones volcánicas, las lluvias copiosas o los terremotos conllevan destrucción y perdidas humanas y económicas, para otros son oportunidades de negocios sucios en los que se reparte no menos del 20% de comisión sobre los millonarios gastos autorizados de urgencia nacional. Una especie de lucro sobre la desgracia ajena que no deja de ser la tónica empleada por diputados como el tal Galdámez que es la segunda vez que sale a relucir en un caso similar, aunque hay otros colegas suyos con idénticos sentimientos “patrios” y viles.
¿De que extrañarse cuando La Pulla hace su crítica o enojarse cuando las encuestas muestran lo malamente que estamos? Seguimos cerrando los ojos a una realidad que nos supera y no queremos ni verla ni aceptarla, mucho menos cambiarla ¡Eso si, la culpa no es nuestra, que conste!
No hay comentarios:
Publicar un comentario