Si consideramos la finalidad rentista se podrá comprender mejor la debacle del debate político nacional
El COVID-19 ha paralizado la discusión nacional más allá de la pandemia, y la pugna política se ha tintado con debate ideológico. La habitual izquierda radical: Winaq o URNG -ahora con el MPL incluido- no levanta cabeza. La UNE, tradicional líder de la izquierda moderada sufre una fuerte convulsión interna que, unido al rechazo ciudadano de Sandra Torres, la coloca al borde de la autodestrucción, y una facción pretende quedarse con el poder que la otra le niega. En ese espacio ideológico, el partido SEMILLA surge con más fuerza, liderazgo y oposición que mostrara en su momento Encuentro por Guatemala. Por primera vez hay una opción real a una UNE sacudida, y al estar mucho menos contaminado, hay temor -u oportunidad, según se mire- en que pueda ocupar los espacios que aquella vaya dejando vacíos. En la derecha -o centro derecha- dos partidos se sitúan muy a la par: CREO y VALOR. El primero renovado, con gente joven y una fuerza moderada pero más activa; el segundo, liderado por Zury Ríos, levanta pasiones entre ciertos conservadores, aunque su candidatura fue rechazada en las pasadas elecciones. El resto son partidos bisagras, narcos o repletos de corruptos. Si consideramos la finalidad rentista, es decir, la intención de obtener más recursos para pagar las deudas electorales, así como este otro ideológico, se podrá comprender mejor la debacle del debate político nacional.
La lucha interna en la UNE, junto con la pugna por conservar el liderazgo de la izquierda, pasa por aprovechar cualquier ventaja donde son más fuertes: el Congreso. Es desde ahí que se promueven frecuentes confrontaciones con el Ejecutivo y el partido VAMOS para obtener ventaja y rentabilizar sus esfuerzos, especialmente ahora que una fracción de la UNE -que lidera Sandra Torres y que pelea el control del partido- vota junto al oficialismo. De otra forma: la pugna interna se traduce, políticamente hablando, en una confrontación contra los aliados que son socios de la facción contraria.
SEMILLA, por su parte, se intenta alejar de ese escenario en una actitud de laissez faire, y deja que se destruyan -que seguro lo consiguen- sin presentar más alternativas que lo que el tiempo disponga, y sin promover confrontación, tal como lo hacía Encuentro por Guatemala, justamente la razón de su desaparición con el tiempo: la falta de acción contundente cuando debió de hacerlo.
A VAMOS no le queda de otra que pactar para tener el poder que la urnas no le concedieron, y es evidente que no encuentran fácilmente socios. La izquierda -SEMILLA, WINAQ, URNG y UNE- estará siempre en contra de ellos, y la derecha -CREO y VALOR- buscan su propio espacio y evitan coaliciones innecesarias. Lamentablemente, solo quedan partidos bisagras, narcos o corruptos, que son los que se han asociado, y deslegitiman al oficialismo. Como alguien me dijo “yo no quisiera estar en el lugar del Presidente”, quien lidera el país en unos de los momentos más difíciles de su historia moderna. Para mientras, la pugna sigue al margen de la realidad porque, en el fondo, lo que se pretende es mantener el poder y continuar con las misma barrabasada de siempre, lo que se traduce en el saqueo del Estado y la piñatización de los fondos públicos, a fin de cuentas lo que persiguen la mayoría de los políticos que llegan al poder. Eso del bien común o el interés por el ciudadano que se lo digan al espejo frente al que ensayan sus discursos, igual algún día el espejito, como el de Blancanieves, termina por decirles la verdad y entonces sabrán lo feos que son.