El nuevo comisionado de CICIG ha sido
nombrado y tomará posesión en fechas próximas. Muchos hablan de las “expectativas” sobre el
personaje y lo que hará (o podrá, o le dejarán hacer). Esperanzas
tradicionalmente frustradas no solamente en esta instancia ¡Siempre esperando
que harán otros y poca -o ninguna- preocupación por qué haremos nosotros!
Mezcla de malinchismo necio, de irresponsabilidad constante y de enardecido
positivismo cegador.
El comisionado es un tuitero que a través de dicha red deja
ver su perfil, y su ideología. Creo -aunque pendiente de prueba- que tendremos
“más de lo mismo”. Un juez que dice: “Afirmo que los graves y serios
cuestionamientos que se le hacen a una persona no pueden desecharse con el
argumento de la presunción de inocencia”, seguramente encontrará aquí abono
para sus ideas y sustento de sus opiniones, especialmente usando los
tradicionales procedimientos CICIG. Siguiendo el perfil del twitter, podría sobrarle un poquito de ego y de mediaticidad, especialmente
para un juez “neutro”.
Los dos anteriores ya nos vacunaron de
casi todos los virus. Al final de CICIG, el país habrá perdido y los
quejumbrosos vividores, se reciclarán y buscarán otra forma de rentar la venta
de esperanza que es periódicamente comprada por ciudadanos cobardes e inactivos
¡Bienvenido al talibán!, perdón… al tal Iván (“dichoso corrector automático”).
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