Émulos de fariseos políticos que se
rasgan las vestiduras por una vulva de papel couché
Valiente trifurca se armó con la exhibición
de la imagen de una vulva en la manifestación del día internacional de la mujer. Desde mi óptica -ni santa ni atea-
me pareció irreverente y fuera de lugar. Mi educación -quizá ruca- rechaza ese tipo de expresiones públicas grotescas. Ahí dejo el punto de partida.
Sentado lo anterior, el respeto a los derechos de los
demás me predispone a aceptar las opiniones de otros -aún con las objeciones
indicadas- especialmente cuando
se trata de creencias
religiosas, siempre
subjetivas. Si por autoritario o fanático politizo, impido o castigo esas
actuaciones, debo asumir que en algún momento alguien decidirá, con idénticos argumentos, suspender o condenar mi proceder. El liberalismo da la
solución: respetemos los derechos de todos; el cristianismo también: perdonemos a quienes nos ofenden.
Sin embargo, un grupo de diputados oportunistas -mezclando peras con
manzanas- convocó al PDH para pedirle
explicaciones, no se bien de qué ni porqué, salvo por conveniencia política. Entre
los congresistas convocantes
hay uno pendiente de antejuicio por tráfico de influencias, muchos denunciados y casi todos conocidos por ser parte del denominado “pacto de corruptos”. Los
honorables no se
preocuparon tanto por la muerte de las niñas del Hogar Seguro o por el
general deliberante y retador del Estado, a cuyos jefes nunca citaron. Diputados que ríen y facilitan la extorsión de talacheros
universitarios y regalan dinero -algunos
de fondos públicos- para promover manifestaciones -Viernes de Dolores
o Carnaval- tan críticas,
rechazables o condenables como la que ahora les ofenden.
O ignoran la humillación a que son sometidos estudiantes de nuevo
ingreso, la agresión con
armas o la fornicación pública en la USAC, sin que citen al rector ¡Émulos de fariseos políticos que
se indignan y se rasgan las
vestiduras por una vulva de papel couché!
Agregado a lo anterior, muchos
de los golpistas
aficionados y recolectores de firmas que animan
el actuar de los diputados,
están a favor de la pena de
muerte, no han protestado un solo minuto por los miles de homicidios anuales ni tampoco se han preocupado por los miles de menores abusados sexualmente o desaparecidos, pero ahora plañen descorazonadamente ¡Linda esa ética que permite
graves licencias pero irrita con otras que no son de su parecer! Nada de
defensa de la religión, esto
es un conflicto promovido por pillos aprovechados, tal
como aclaró la Conferencia Episcopal.
Esos
“valores tradicionales”, a los que aluden como excusa, son una suerte
de extremismo populista o perverso actuar de estado
teocrático. Tanta queja de la conquista y herencia españolas pero algunos son incapaces de
olvidar aquel lema carlista de: Dios, Patria y Rey,
el último, por cierto, todavía presente en el “Palacio” -Municipal
o de la Loba- que anima diariamente a un alcalde a poner
citas bíblicas en sus redes a modo de padrinazgo moral de sus súbditos, y para “mejor gloria de Dios” ¡Abajo la democracia. Viva la Inquisición! ¡A la hoguera el PDH!, gritar la chusma. Explicito y sesgado autoritarismo radical, no muy diferente del que llevó a extremistas islámicos a asesinar a varias personas en aquel atentado contra el semanario Charlie
Hebdo ¿Recuerdan? Quienes ahora se irritan corearon
aquello de “todos somos Charlie” ¡Valientes
meapilas irredentos!
Nada como
esta doble moral nacional que
nos evidencia a diario, sin hacernos cuestionar lo jodidamente mal que estamos. Rechacemos, condenemos,
critiquemos, pero respetemos
a los demás. Dejemos de ser
hipócritas, manipuladores y mirarnos en un espejo que nos refleja únicamente a nosotros. Salgamos de los dinosaurios y superemos de una vez la Edad Media.
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