viernes, 5 de julio de 2013

Serr-ano


Golpistas novatos que acuden a la justicia que ellos mismos intentaron desmantelar, negaron y quisieron suprimir. Cobardes huidos que tergiversan y retuercen la historia o se permiten dar lecciones de decencia a quienes pretendieron humillar, destruir o cooptar ¿Quién -y por qué- veinte años después le reconoce derechos? Pareciera que los caraduras son eternos, se envalentonan con los años y creen poder seguir engañando perpetuamente ¿Habrá mano de mona en todo esto?

La justica da vergüenza no pena. El país se pierde por centímetros, culpa no de inescrupulosos sino de inútiles incapaces de comprender, analizar, contextualizar y decidir con objetividad o con honestidad y decencia. Destruyen lo que tocan, lo que miran, donde actúan. Sólo falta que ahora haya que restituirlo, indemnizarlo o recibirlo con honores. Esto hace perder la poca dignidad que nos queda. La miseria y el subdesarrollo permean la mente de muchos. El liderazgo, la capacidad de decisión ética, el buen hacer y un par de cosas colgantes, faltan o están muy alejados todavía del comportamiento de los funcionarios públicos ¡Claro que la guayaba tiene dueño! y ya sabemos quien es.

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