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lunes, 29 de abril de 2024

¿Y para cuándo el salto?

Hay que eliminar dos cosas: el temor de un mal futuro y el recuerdo de un mal pasado, pero para ello se requiere vivir el presente con esperanza de cambios concretos

La nueva administración gubernamental ha puesto sobre la mesa la cantidad de marrullerías que tradicionalmente cometen los políticos mientras ostentan el poder que ciudadanos, no siempre responsables, les otorgan con sus votos. Quizá el ministerio que más ha evidenciado el problema haya sido el de Comunicaciones: obras sin construir, enormes deudas de arrastre y pagos anticipados por trabajos no realizados. En Salud detuvieron a trabajadores que sustraían medicinas y posteriormente las vendían en un mercado paralelo, lo que nos impulsa a preguntarnos sobre la certeza de tratamientos que se aplican a pacientes con graves enfermedades o quizá utilizan placebos. Del resto de ministerios no hay muchas noticias, aunque todos dicen haber encontrado irregularidades, especialmente en inexistentes personas contratadas o en amigos del poder. En esto último, por cierto, hay que reconocer que este gobierno ha hecho lo propio y tambien se ha dedicado a entregar puestos y favorecer con contratos a quienes bien les sirvieron o son familias de militantes ¡Tampoco nos engañemos!

Para presumir de ser un gobierno de transparencia, falta informar sobre lo que está ocurriendo en Educación, el ministerio más cerrado en información, especialmente después del desastre que fue la gestión anterior, las condiciones tanto de la alimentación escolar como del seguro médico y, muy especialmente, las negociaciones secretas que se llevan con los sindicatos magisteriales, liderados por el chantajista oficial. Preocupa que ocurra lo que tradicionalmente ha venido sucediendo, y la falta de información al momento parece indicar que las cosas pueden avanzar en esa dirección.

Tres meses después de la toma de posesión, seguimos subidos al trampolín esperando saltar “de un momento a otro”. Falta un programa activo de gobierno que diga qué se pretende hacer en los próximos meses porque ya es sabido el diagnóstico sobre lo encontrado y las críticas a gestiones pasadas. Se echa en falta la proactividad, la visión de lo que hay que hacer para avanzar y no seguir parados en una especie de contemplación de lo mal que nos fue, lo que por otra parte es cierto y genera desasosiego, especialmente si falta un horizonte claro que impida pensar que puede ocurrir lo mismo. Alguien dijo que hay que eliminar dos cosas: el temor de un mal futuro y el recuerdo de un mal pasado, pero para ello se requiere vivir el presente con esperanza de cambios concretos y no con recreaciones pretéritas en espera de planes por hacer. 

Para liderar se requieren, al menos, dos cosas fundamentales: tener poder y voluntad. El poder entregado en las urnas es muy débil en el Legislativo, pero claramente mayoritario en el Ejecutivo, por lo que desde ahí, y con las dificultades propias, se pueden hacer cosas. La voluntad requiere carácter y claridad de ideas y en eso puede que estemos un tanto deficitarios. Hasta ahora una supuesta conciliación pareciera ser la ruta que ha tomado el gobierno, y eso lo sitúa en desventaja respecto a la percepción ciudadana de que se están haciendo cosas, y lo expone a que el cansancio se vaya acumulando y provoque la baja de popularidad y la confianza. 

Los golpes de efectos en política son necesario porque la mayoría de las personas únicamente perciben la sensación, y no profundizan en el impacto real de la acción. Aquí seguimos faltos de esas decisiones que hagan exclamar aquello de ¡por fin se hizo algo!, y da la impresión de qué seguiremos creando expectativas.

El tiempo es el peor enemigo del político, porque se acaba,  y lo que no se haga ahora será difícil hacerlo después.

lunes, 22 de abril de 2024

Recomponiendo el poder político

En política no hay socios ni amigos, sino intereses, y pierdes valor una vez te conviertes en tercer país seguro, extraditas a quienes te piden y colaboras con el poder que te imponen 

A los cien días del nuevo gobierno, una frase puede sintetizar el resultado político observable: “perdieron la oportunidad y están perdiendo poder”.

Aquello de “más sabe el diablo por viejo que por diablo” se confirma en el Congreso, mientras la inexperiencia política de unos, la bisoñez de otros y la inacción de todos, dejan espacios libres que son llenados inmediatamente por la oposición. El alegrón inicial, con descomunal metida de pata en la primera elección de la mesa directiva -luego anulada- permitió que los muchachos de la UNE -mañosos, experimentados, glotones y zorros- tomarán las riendas de la carreta haciéndoles creer a algunos que eran buenos, santos y probos, y que las cosas tomarían rumbo distinto en el futuro. Apenas un par de meses después, el poder se recompuso y ahora las iniciativas van de la mano de aquellos lobos con piel de oveja quienes, a pesar de ser suficientemente conocidos, engañaron a incautos y cándidos legisladores ¡La inexperiencia se paga!, aunque seamos los ciudadanos quienes asumamos el costo.

Les hicieron pensar que tenían el poder, y poco a poco fueron ajustando agendas, proyectos y estrategias. La última será sin duda el rechazo a las propuestas de reforma a la ley electoral para retomar el proyecto de la UNE liderado por el diputado presidente de la comisión correspondiente, Adim Maldonado, con apoyo de sus cuates -todos de la UNE- aunque anden repartidos por diferentes partidos. Una especie de hálito con el que SEMILLA resucita a la UNE y provoca una metamorfosis inversa, en la que las mariposas vuelven a ser gusanos.

El primer aviso lo vieron venir tarde, y coincidió con la exclusión de Samuel Pérez cómo posible integrante de la Junta Monetaria. El segundo, más visible, fue la negativa a aprobar el estado de calamidad. A partir de ahí ignorarán las recomendaciones de la comisión de reformas electorales -porque impondrán las suyas, transfuguismo incluido- y liderarán el nombramiento de jueces y magistrados, si es que eso llega ocurrir.

En todo caso, el proceso nacional no hay que verlo aislado, sino paralelamente al que transcurre en los USA, y asociado además a las próximas elecciones mexicanas y venezolanas. Es muy probable que la dictadura de Maduro -oxigenada por Biden- termine triunfando, y el partido de López Obrador imponga a su candidata. Se visualizan fuertes críticas a los demócratas por no haber sabido cambiar panoramas políticos de escasa utilidad para los norteamericanos, y salvo condena judicial en contra de Trump el ambiente en el Norte no será propicio para seguir convocando reuniones bi y multilaterales de esas que tanto gustan a los políticos para no avanzar en nada. Así las cosas,  dejarán de ver con benevolencia el régimen guatemalteco, especialmente una vez plegado a los temas que interesan por allá: la migración, el narcotráfico y el crimen organizado, algo que han impuesto para que cooperemos fuertemente en solucionárselo.

En política no hay socios ni amigos, sino intereses, y pierdes valor una vez te conviertes en tercer país seguro, extraditas a quienes te piden y colaboras con el poder que te imponen, el resto son circunstancias que nadie atenderá. No habrá inversiones millonarias -mil veces prometidas- para luchar contra la migración ni macroproyectos y fondos ofrecidos cientos de veces.  

¡Haz lo que te dicen y aléjate de China, y para lo demás búscate la vida que ya eres mayorcito! Cien días no son muchos, pero suficientes para entender lo que se viene, salvo que siga en la inopia y perdonando lo que no se ha sabido hacer bien. Seguir fielmente la política exterior de otros nos puede costar la doméstica.

lunes, 15 de abril de 2024

Carta a un Presidente mal asesorado

Debe pensar muy seriamente en cambiar inmediatamente a aquellos que han propuesto o tomado determinadas decisiones que usted ha avalado con su acción o silencio.

He dicho públicamente varias veces que el presidente Arévalo me parece una persona decente, equilibrada, correcta. No tengo duda de lo contrario, y por eso lo expreso libremente. Sin embargo, a casi cien días de gobierno, es necesario plantear algunas críticas, porque en la medida que fracase el país se hundirá más.

¿Quiénes le asesoran Presidente?, porque no se pueden cometer tantos errores en tan poco tiempo. Debe pensar muy seriamente en cambiar inmediatamente a aquellos que han propuesto o tomado determinadas decisiones que usted ha avalado con acción o silencio. Comencemos por las contrataciones a dedo de personas afines al partido o hijos de políticos de SEMILLA. No es de recibo sostener que “son personas de confianza”; ese es el argumento que blandieron otros a quienes se tacha de corruptos. Respecto a su fotógrafo, permítame recordarle que usted cobra un salario altísimo -pendiente de reducirlo- y lo prudente sería pagarlo de su bolsillo. De nada sirve que los ministerios persigan plazas fantasma y puestos de favores otorgados por anteriores gobiernos, si consiente que se actúe de igual forma ¡Dejemos ya las justificaciones!

Tampoco fue muy acertada su conducta con la exministra de ambiente. Su Vicepresidenta le echó un pulso mediático y lo ganó, y evidenció que no habló con ella a la hora de tomar la decisión inicial. Lo mismo ocurrió dos días después con el pleito del cese/no cese del gobernador del Quiché y lo propio con el de Guatemala, con quien ni siquiera se había reunido antes de nombrarlo, según él mismo explicó ¿Reflejan seriedad esas decisiones, publicarlas en redes y desmentirlas a los pocos minutos? 

¿Quiénes le asesoran Presidente?

Respecto de la confrontación con el MP, está en su derecho y es legítima, sin embargo creo que no ha sabido planificar la batalla de desgaste adecuada, y puede terminar perdiendo la guerra. A diferencia de cómo parece ser usted, está rodeado de personas más intensas y con diferente grado de inteligencia emocional, que quizá pretenden ocupar puestos de poder a futuro, ambición que usted parece no profesar, aunque paradójicamente sea quien lo ejerza. Un presidente electo deja de tener valor al día siguiente de su toma posesión, porque los buitres comienzan a pensar en las siguientes elecciones -no solamente presidenciales-y cabildean posibles puestos de su interés. Presidente, ésta no es una sociedad mayormente ética -elemento que hay que considerar permanentemente- y usted importa poco comparado con las ansias de poder de muchos que están dentro y fuera de su órbita.

Puede aceptar o ignorar los consejos, es la grandeza del poder y de la libertad, pero me animaría a sugerirle que diseñe una estrategia de reorientación. Su discurso de los 100 días debe de ser un punto de partida, no una evaluación de lo hecho, esa ya la hizo la ciudadanía, y creo que ha leído -como hago yo- las críticas a su gestión de propios y extraños. Haga algo que marque el inicio de un segundo momento a aquel otro del 14 de enero, aunque cueste sacrificios; nadie dijo que estar ahí fuese fácil. Despréndase de las anclas que le arrastran al fondo del océano y de las ataduras que le dificultan decisiones racionales y sensatas. Deje de utilizar las redes para comunicar cosas importantes, ponga la cara y déjese ver, pero especialmente no haga -más bien deshaga- cosas que siempre se hicieron para quedar bien con otros. 

Sea usted mismo, con sus virtudes y defectos -no incorpore los de otros-, porque así lo eligieron. 

Éxitos, y siempre pendiente de los que nos cuente la última semana de abril.

lunes, 8 de abril de 2024

La ética no se improvisa

Se puede llegar al gobierno sin planes y sin personas que los ejecuten -como ha sido el caso en el país- pero es preciso tener unos sólidos e inmutables principios

Atribuida a un mexicano del PRI, la frase “en política la forma es el fondo”, pone sobre la mesa -ahora más que nunca por las redes sociales- la necesidad de que el ciudadano perciba actuaciones del gobierno que le generen la sensación de que algo diferente se está haciendo. Los ejemplos modernos de impacto político de mayor calado los tenemos en Bukele y Milei. Ambos, de forma muy diferente y sin que ello les dé la razón o los compare, tomaron acciones inmediatas y contundentes contra el sistema político de sus respectivos países. En su redes o en comparecencias directas cesaron, señalaron, cambiaron o evidenciaron casos que fueron tomados por la ciudadanía como punto de lanza en la lucha contra la corrupción o en cambios en la política.

Creo que aquí se esperaba lo mismo, pero estuvimos a años luz de aquella forma de actuar de los ejemplos citados, y todavía mucho más lejos de acción alguna que satisficiera la esperanza de cambio suscitada en el último semestre del 2023. Es más, ha habido actuaciones que han ratificado que una sociedad no cambia mientras sus integrantes no tengan niveles mínimos de ética. A fin de cuentas, los políticos son solamente un reflejo de los ciudadanos que los eligen, por muy mal que caiga la catarsis que la afirmación provoca.

Se contrataron a dedo a hijos de personas del partido SEMILLA, jóvenes que militaron en él, fotógrafos que apoyaron la campaña y otros personajes que ni siquiera cuentan con el respaldo académico necesario. La condescendencia presidencial inicial con la delictiva/abusiva actuación de la ministra de ambiente y recursos naturales -cambiada días después, tras manifestaciones públicas de la vicepresidenta y presión ciudadana-, supone un retroceso en aquella ética prometida y sentida en la elección de un gobierno que apostaba por cambios significativos, aunque por ahora solamente hay una cuenta en números rojos.

La ética no se improvisa, como si puede ocurrir con la política. Se puede llegar al gobierno sin planes y sin personas que los ejecuten -como ha sido el caso en el país- pero es preciso tener unos sólidos e inmutables principios sobre los que anclar las decisiones políticas oportunamente, porque eso no se improvisa. Y la justificación de seguidores, medios, periodistas, abogados y, en general, personajes en redes que condenaban a otros políticos corruptos, se torna ahora desvíos de atención amarrados a un fuerte contraste de hipocresía nacional generalizada, que no muestra si no la realidad nacional que nos cuesta asumir: el país está moralmente podrido.

En el fondo -y se ve en la forma- la lucha por el poder es el objetivo de todo político y lo que hace una vez lo logra muestra realmente el carisma de sus intenciones previas. El proyecto de cambio y lucha contra la corrupción fue un lema -también lo hizo Jimmy Morales- que realmente significa “no más a los tuyos, pero déjame cumplir con los míos”, con quienes soy tolerante. No lo hizo así, al menos al inicio, Bukele, y en el mismo tiempo que Arévalo, tampoco Milei, razón por la que ambos son un referente social en sus países. Sensu contrario, vemos una postura similar a la de aquí en Petro y una intermedia, aunque con igual grado de conformismo, en Boric.

Cuando se alcanza el poder hay que tener las cosas claras, y las formas son el vehículo. Ya se ha perdido el efecto de corto plazo, que es el que predomina en política, y ahora sólo queda confirmar, una vez más,  aquello de "El problema no son los sinvergüenzas, sino quienes los votan y justifican".

lunes, 1 de abril de 2024

Las elecciones que se vienen

Cada gobierno, cada grupo, cada ideología y cada mafia, desea colocar a “sus” magistrados, sin importarle parámetros de competencia por méritos

En pocas semanas se deberá de convocar a la Comisión de Postulación para elegir a magistrados a la CSJ. Esas designaciones son las más importantes de un proceso encadenado de elecciones que incluye a otras postuladoras de las que formarán parte magistrados de dicha corte para seleccionar a sus pares de la CC y al Fiscal General. Lo que ocurra en este proceso tendrá una repercusión trascendente en la renovación de dichas instituciones, de ahí su importancia.

El Presidente Arévalo solicitó a la OEA que se comprometa a observar dichas elecciones con el ánimo, supongo, de que el proceso sea transparente -aunque ya lo es- porque en el fondo no se ha modificado ninguna de las condiciones legales que han propiciado escándalos, quejas, amparos y críticas. Es decir: queremos hacer cosas diferentes con idénticas normas y hábitos, lo que alguien que sabía mucho denominó estupidez humana.

Y es que los partidos políticos -SEMILLA no es una excepción- no han presentado reformas sustantivas a la ley correspondiente para, por ejemplo, que la tabla de gradación sea conocida con años de anticipación a la convocatoria -ya que es una relación de méritos muy fácil de elaborar- o que el orden de puntuación que se establezca por los comisionados sea el de selección final, y no prevalezca el capricho o la arbitrariedad de aquellos después de hacer el inútil esfuerzo de clasificar a los aspirantes.

La conclusión es muy fácil: cada gobierno, cada grupo, cada ideología y cada mafia, desea colocar a “sus” magistrados, sin importarle parámetros de competencia por méritos, razón que explica precisamente que la tabla de puntuación sea elaborada al inicio del proceso y que los puntos obtenidos no sirvan absolutamente para nada más que guardar las formas, porque los comisionados pueden elegir arbitrariamente. Similar a aquellas actuaciones de tiempos de la Conquista: “la ley se obedece pero no se cumple”, y lo mismo que en aquel entonces las normas no se observan porque contrarían los intereses de ciertos grupos que dicen querer mejorar el sistema de justicia, cuando a lo que aspiran es a mejorar “su” sistema de justica, tal y cómo lo entienden. Y eso fue en algún momento, lo que ocurrió tanto con la pantomima del juicio por genocidio -luego anulado- como en tiempos de CICIG, en los que se imponían normas, leyes, jueces y fiscales, en función del interés de los que controlaban la justicia. Y no hay que negar aciertos en todos los tiempos, cosas bien hechas, pero en modo alguno es el modelo aspiracional de neutralidad judicial.

La OEA podrá observar libremente la dinámica de un sistema -inútilmente comprobado por años- que no funciona y genera esas discusiones y acuerdos que planifican mafias de la monopólica universidad estatal y de otras universidades privadas creadas por sinvergüenzas con el fin de tener injerencia en esos procesos, además de la actuación sin parangón del honorablemente y corrompido colegio de abogados y notarios, quienes seguramente contarán, desde hace rato, con los listados de los aspirantes -elaborados en la sombra- que les devolverán los favores en el medio plazo. 

Así ha sido, y así será, porque los cambios no se han producido. Luego, habrá un sin número de amparos que, como hace años, hará colapsar el sistema y los magistrados actuales se prorrogarán por un tiempo indefinido con el beneplácito de órganos superiores, protestas políticas y conformismo ciudadano. Un reality show ya conocido que se repite en el tiempo por indolencia y pasividad de mediocres ciudadanos que aspiran a que otros arreglen sus problemas, mientras se quejan permanentemente de lo mal que lo hacen.