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lunes, 24 de septiembre de 2018

¿Embrollo, quilombo o despelote?


La resolución representaba un desenlace políticamente correcto que se congraciaba con el Gobierno

El pasado domingo 16, la Corte de Constitucionalidad con nocturnidad -no se si con alevosía- emitió una resolución por unanimidad en relación con amparos interpuestos contra el veto del Gobierno al ingreso a Guatemala del Comisionado de la CICIG. En una entrevista televisada pregunté a una magistrada cómo deberían interpretarse los dos puntos sustanciales del fallo: ingreso del Comisionado y auspicio de negociaciones ONU-Gobierno. Me contestó que eran hechos independientes, es decir, que el Comisionado podía ingresar en cualquier momento y, además, debía impulsarse la voluntad negociadora. Una cosa no estaba encadenada a la otra.
El lunes, a las pocas horas, el Gobierno interpretó que ambas acciones estaban supeditadas, justamente lo que la magistrada negó el día anterior: había que negociar y proponer candidatos para dirigir la CICIG; el Gobierno debería estar de acuerdo con quien finalmente se designase y conminaba a la ONU a presentar en 48 horas el listado de candidatos. Era evidente que ante dos conjeturas había que esclarecer eldudoso” comunicado de la Corte, por lo que solicitaron la aclaración.
El miércoles, Naciones Unidas confirmaba al actual Comisionado y aceptaba el diálogo planteado, además de instruir para que se nombrase un Comisionado Adjunto. Por la noche, la CC ratificaba la teoría expuesta por la magistrada Porras en TV, pero en esta ocasión el voto no fue unánime sino tres a dos ¿Cómo pudo adoptarse una resolución y a la hora de explicarla en detalle se dividiese el “unánime” criterio? No creo que un grupo “engañara” al otro sino que ambos aceptaron -sin debatir- el documento que posiblemente alguien externo elaboró como solución de compromiso. La resolución representaba un desenlace políticamente correcto que se congraciaba -sin compromiso explícito- con el Gobierno y dejaba puertas de salida que inmediatamente -y con manifiesta torpeza- el Presidente cerró. La pimienta la puso la actual magistrada-presidenta que tardó dos días en redactar e intentar explicar su razonamiento -a mi entender sin conseguirlo- con divagaciones jurídicas y variadas citas de apoyo.
Aclarada nítidamente la situación por parte de la CC y con el trabajo hecho por la ONU, el Gobierno se tomó apenas unas horas -otra inmadurez política- para emitir un comunicado en el que manifestó su voluntad de hacer “uso de las facultades y recursos que la ley le otorga para defender la Constitución….”, algo que podía haber dicho cualquier día desde enero de 2016 porque no deja de ser su principal cometido, salvo que pretenda, con lenguaje deslucido y encriptado, advertir que no acatará lo ordenado por la CC ¡De nuevo hay que andar descifrando jeroglíficos!
Esta pugna trasciende al Comisionado, a la CICIG y al propio Presidente. Lo dejó claro uno de los abogados defensores en el juicio del “agua mágica”: desconocido el Comisionado por el Gobierno, no hay autoridad delegada válida que represente a CICIG en los juicios y consecuentemente, las pruebas, testimonios, investigaciones y debates de abogados del ente internacional, no tienen validez. Conclusión: se caen todos los casos en tribunales y quienes están procesados, encausados, encarcelados o pendientes, quedan sin cargos y libres ¡Esa es la grosera estrategia que realmente persiguen los mafiosos!
No es momento de tibiezas políticas ni mucho menos jurídicas. No nos jugamos el favor de una persona o el futuro de la CICIG, lo que realmente está en peligro es Guatemala y su esencia misma. O superamos el punto en el que podemos recaer en un narco-estado o vamos a estar lamentándonos por algunas decenas de años, si es que seguimos vivos ¡Elija reflexivamente el bando y construya país!

lunes, 17 de septiembre de 2018

Las Crónicas de Narnia


No esperaba don Jimmy que Pompeo afirmarse que: “Estados Unidos aboga por una CICIG mejorada

Cuentan las crónicas que cuando el Secretario de Estado Pompeo dijo aquello de que: “reiteraba su apoyo a la soberanía del país”, se desataron los asesores presidenciales e interpretaron que había luz verde para cortar a CICIG. A partir de ahí, el Presidente se lanzó con aquella puesta en escena en la que, rodeado por numerosos militares y policías, anunció para 2019 el fin de la CICIG y lanzó el mensaje de “no pienso obedecer órdenes ilegales”. El alegrón de burro fue vitoreado y acompañado mediáticamente por quienes apenas unas horas antes le recriminaban no hacer nada y lo animó a aparecer nuevamente en medios afirmando que el Comisionado tenía prohibido ingresar al país por “razones de orden y seguridad pública.

No esperaba don Jimmy que Pompeo, poco después, afirmarse que: “Estados Unidos aboga por una CICIG mejorada”. Entonces, las sonrisas se convirtieron en lágrimas y Morales ordenó cancelar la participación en la reunión de cancilleres del Triángulo Norte en EE.UU, tema en el que Washington había puesto mucho empeño. Ese despecho desató los demonios en el norte porque vieron peligrar inversiones comprometidas pero sobre todo cuestiones relacionadas con la seguridad nacional norteamericana. Cuando Morales quiso desdecirse, Washington había anulado la reunión y activado la guerra de las galaxias, en sus versiones “el imperio contraataca y el regreso del Jedy”. Los hechos que se sucedieron fueron, la renuncia del ministro de Finanzas e inmediatamente después, la de la ministra de Trabajo. Aceptadas ambas, se pasó a la acción.

Los norteamericanos dejaron el fin de semana para que se celebraran las fiesta patrias de la independencia y se consumó el grotesco espectáculo del registro de personas antes de ingresar a la plaza de la constitución, algo que enojo a muchos y alegro a otros que confundían en sus explicaciones y justificaciones lo público con lo privado y la acción antiterrorista, ejercitada en cualquier lugar del mundo, con la represión ciudadana que se padece en países autoritarios.
El domingo, adelantándose quizá al lunes marcado en el calendario, y una vez la ministra de trabajo quedó fuera del gobierno, la corte de constitucionalidad, de forma inusualmente repentina, admitió por unanimidad una serie de amparos y ordenó fundamentalmente dos cosas separadas: el retorno inmediato del Comisionado que designe ONU y utilizar el artículo 12 del convenio vigente como base de la resolución de controversias. Los estrategas gubernamentales comenzaron inmediatamente a difundir en redes que una cosa estaba unida a la otra y que la orden era negociar y posteriormente permitir la entrada del comisionado, algo desmentido por diferentes constitucionalistas.
La incertidumbre no duró mucho y en pocas horas -el día de ayer- de todas las posibles soluciones, en relación con la resolución de la CC, el Gobierno, asesorado por el Consejo Nacional de Seguridad, y de la manera más infame, asumió la peor en el menor tiempo posible. En el fondo, mostraron su forma de tomar decisiones, ausente de la más mínima racionalidad y cargadas de visceralidad e irreflexión. Hace tiempo que vengo diciendo que estamos ante un golpe de estado -versión siglo XXI- o un autogolpe en el que todos los ciudadanos honestos terminan perdiendo. El Presidente y las ocultas fuerzas del mal, han apostado por la confrontación directa en una especie de última batalla en la que todo vale. Parece que el mandatario no es capaz de deshacerse de la guardia pretoriana que lo somete, aturde, confunde y le complica el futuro. En poco tiempo veremos las consecuencias legales de la desobediencia y el desacato y, para algunos, vendrán los lamentos y el crujir de dientes ¡Al tanto!


lunes, 10 de septiembre de 2018

La estrategia del voto radical


El fascismo, el autoritarismo y la toma radical de poder estarán presentes en el escenario electoral

Parece ser que estrategas nacionales e internacionales que apoyaron en el pasado al Palacio de la Loba siguen activos. Los hechos de las dos últimas semanas son producto de un plan diseñado para generar espacios de “comodidad” a perseguidos por la justicia -o que la sienten cerca- y promover mensajes electorales subliminales. La urgencia por descuajeringar la CICIG, con énfasis especial en que el Presidente está constitucionalmente facultado para no obedecer órdenes ilegales -pero él decide cuáles son-, es la chapucera ejecución discursiva de una planificación estratégica con fines perversos y electoreros.
La prisa por resolver puede sustentarse en varios pilares: detención del general Padilla, casos pendientes sobre cuentas bancarias en que se depositaron donaciones al FCN y el anuncio de la llegada de Baldizón, cacareada generosamente en campos pagados ¿Fue para pedirle perdón al pueblo? ¡Venga ya! ¿Se arrepintió mientras estuvo encerrado en Miami? ¡Anda ya! Entonces, ¿para qué lo hizo? Sencillamente para recordarle a otros mafiosos -que entendieron el mensaje- que quería llegar a un lugar lo más “limpio, pulcro y soleado, judicialmente hablando, y que despejaran el terreno. Los estrategas “internacionales y de la CIA -o de la SIE-activaron planes que fueron penosamente ejecutados por cabezas pensantes del viernes del moralazo, algunos con rango ministerial. Como era de esperar, el resultado de esos mamarrachos brillantes” -algunos discípulas de Arzú- fue tosco porque son aprendices de albañil que se creen arquitectos por estar en la misma obra.
Coincidente con esos planes y la información que controla Baldizón sobre colegas suyos, hay todo un esfuerzo importante con vistas al próximo proceso electoral. En torno a la declaración de non grato de 2017, se concentró un grupo de personas que querían expulsar a CICIG. Más tarde, cuando el exalcalde Arzú la confronta, se cesa al SAT y se nombra nuevo ministro de gobernación -entre otros hechos- el grupo fue creciendo en torno a ideas diferentes pero agrupadas bajo un concepto general: el ardor nacionalista. Quienes idearon tal cosa vieron que podrían incluir en ese mismo paquete a ciertos conservadores, de ahí la manifestación pro vida (realmente antiaborto porque la mayoría de aquellos apoyan la pena de muerte) y a favor de la familia. Lo que pretenden es promover un par de partidos y/o candidatos radicales en las elecciones 2019 cuyo mensaje fuerza se sustente en el nacionalismo conservador: el guatemaltequismo. Ser presentará como patriotas y defensores contra la injerencia extranjera, guardianes de valores familiares tradicionales y abonarán la idea -plasmada por radicales evangélicos en un proyecto de ley- de que las personas no heterosexuales son anormales y “representan una amenaza al equilibrio moral de nuestra sociedad y por ende un peligro para la paz y la convivencia armónica…”. El fascismo, el autoritarismo y la toma radical del poder estarán presentes en el escenario electoral y aspiraremos a ser la Francia de Le Pen, la Italia de Mussolini os modernamente la Venezuela de Maduro o la Nicaragua de Ortega.
Conocidos ilustres e ilustrados critican cómo se compran votos en el interior -indígena y campesino- con camisetas o gorras, sin darse cuenta que a ellos los compra un tuit, un post en Facebook o la frase de un tirano que le activa el corazón -o el hígado- mientras le adormece la razón. Y es que no hay que irse muy lejos para comprobar que seguimos pensando poco, leyendo menos y siendo serviles a las ideas de otros porque nos cuesta generar crítica y racionalmente las propias.
¡Bienvenidos a finales del XIX y listos, en este realismo mágico chapín, para la nueva Independencia!