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lunes, 18 de noviembre de 2024

El buen gobierno y el gobierno bueno

Muchos siguen sin ver ni aceptar que esta situación de impasse, confrontación o como le denominen, viene de 2016 cuando se modificó la ley del MP

La renuncia del ministro de Comunicaciones es trascendental y supone un punto de inflexión en el gobierno. Félix Alvarado es parte sustantiva de SEMILLA, financista de dicho partido y un importante activo político. Dejar el Ejecutivo y aducir “discrepancias con el Presidente” para acometer ciertos problemas, deja ver una grave crisis interna y puede ser punto de no retorno de la administración Arévalo. 

Concurre con el caso de Ligia Hernández, que pende sobre SEMILLA, y posiblemente abre la puerta para la consolidación de otros liderazgos diferentes que permanecen en la sombra sin tapar el insignificante protagonismo presidencial. Personajes notables cercanos al partido se han manifestado repetidamente,  contra la inacción presidencial y por haber “dejado sola” a Ligia.

El Presidente -en retrasada “conferencia de prensa” de un par de minutos- vino a repetir dos cosas insustancialidades, producto de un mal diagnóstico con sugerencias de peor remedio. La primera, que las fuerzas del orden no obedecerían órdenes ilegales del MP. La afirmación es comprometida y grave porque dicha institución solicita a los jueces las actuaciones que propone, y sería desobedecer la orden de un juez. La segunda, que “citará a la Fiscal General para que explique…”, algo que ya hizo en su momento y fue contestado de manera clara y contundente con la ley en la mano: el Presidente puede invitarla a Consejo de Ministros, pero no exigirle que explique casos en investigación. Desconozco quien redacta los comunicados del Presidente -seguramente nos sale carísimos-, pero requiere un jalón de orejas, un llamado de atención o un fulminante cambio de puesto. 

Muchos siguen sin ver ni aceptar que esta situación de impasse, confrontación o como le denominen, viene de 2016 cuando se modificó la ley del MP -con aquiescencia de la CICIG- para proteger a Thelma Aldana. Se niega u obvia el origen de este entuerto, del que sencillamente no se puede salir, salvo modificando dicha ley, y seguramente en una nueva administración del MP, porque sería difícil aplicarla con carácter retroactivo. Lo mal hecho -entonces- provoca esta situación de crisis institucional que se vive, y pagamos errores de imposiciones autoritarias de modelos legales hechos a la medida con un propósito. 

Muchos hablan de justicia y democracia, pero realmente lo que desean son “sus” jueces y “sus” gobernantes. Esa es la razón de aquella felicidad suprema en 2016, cuando se imposibilitó legalmente destituir a la Fiscal General, pero también el motivo actual de frustración. Si se permite el autoritarismo y la arbitrariedad, se abre una puerta para que llegue un autoritario que no coincide con sus pensamientos, lo que pareciera ser que no han entendido los cegados ideológicos.

En todo caso, la situación no se puede comprender sin otros tres pilares. La CSJ es uno de ellos, y ya se ha visto hacia donde jala. El Congreso dejó claro que la mayoría de votos se consigue en ciertos temas, y que SEMILLA se puede sumar a lo que otros propongan. La situación en USA, desinformada por muchos medios que crearon una falsa ilusión de la realidad que parecían no entender, cambiará sustancialmente en un par de meses. Así que el potaje está más que cocinado, y entre mitad de enero y Semana Santa del 2025, explotará todo esto de una forma catastrófica, escenario que se veía venir desde hace meses, pero que se ha ignorado, e incluso criticado.

O aprendemos a hacer política o mejor volvemos a las consultorías, a los trabajos académicos y a las propuestas para mejorar el país, que parecieran no servir cuando se aplican.

Y es que quizá tengamos un gobierno bueno, pero en modo alguno un buen gobierno.

lunes, 11 de noviembre de 2024

Goebbels tiene fecha de caducidad

En estas elecciones, extremadamente  polarizadas, la mayoría de los medios de comunicación hicieron evidente campaña a favor de Kamala Harris

Las recientes elecciones en los Estados Unidos representan, sin duda, un punto de inflexión en muchos temas, pero especialmente en los relacionados con los medios de comunicación y las encuestas. 

Después de conocer los resultados del triunfo republicano, hay quienes todavía justifican su frustración enfatizando sobre el empate técnico del que se habló, y cómo cualquier resultado era posible, lo que no es del todo cierto. No recuerdo haber escuchado que el Senado y la Cámara de Representantes serían republicanos o que Trump ganaría el voto popular además del colegio electoral con un 58% de aceptación.

En estas elecciones, extremadamente polarizadas, la mayoría de los medios de comunicación hicieron evidente campaña a favor de Kamala Harris. El periodismo, en general, tomó partido, militó, y enfatizó una alternativa que conducía el proceso electoral en una única dirección. No me refiero a columnistas de opinión, cuya función es precisamente la de emitir su parecer, sino la del resto -la mayoría- que debería presentar la información de una manera no sesgada. Sin embargo, la opinión pública -claramente reflejada en el voto- se sustituyó por la opinión publicada que consideraron las salas de redacción. Se utilizaron, además, descalificativos -El País es una muestra, aunque no el único-, como el de “ultraderechista”, a uno de los candidatos, palabra que ni siquiera el medio emplea -en sentido contrario, por supuesto- para designar a dictadores o autoritarios regionales. Se construyó un “efecto tren” al repetir quien tenía más probabilidades de ganar, lo que se contrapuso con las debilidades del contrario, para incorporar a los votantes a una corriente de opinión creada, en lugar de que meditaran libremente su voto. 

Con las encuestas ocurrió lo propio. El ciudadano, que se siente vilipendiado en redes y medios si opina contra la corriente dominante publicada, prefiere ocultar sus preferencias para evitar la crítica y la cancelación, y se incluye en ese grupo de “no sabe/no contesta” que le permite un cómodo anonimato frente a quienes se dicen defensores de la democracia, aunque no estén dispuestos a que les lleven la contraria ¡En verdad son autoritarios que todavía no lo saben!

Noelle-Neumann presentó todas estas tesis en su libro “La Espiral del Silencio”, y parece ser que hasta Goebbels tiene fecha de caducidad. El votante, mucho más listo que todos ellos, cambio esa “opinión publicada” internacional y mostró la verdadera opinión pública norteamericana.

En estas elecciones perdieron los medios de comunicación -posiblemente porque quisieron recuperar el ejercicio del cuarto poder, en lugar de ser contrapoder-, pero también las encuestas, los “niños bonitos” de la costa Este, el grupo de "expertos" electorales y la mayoría de las artistas de Hollywood que con sus intervenciones se sumaron a esa falsa causa, aunque mediáticamente difundida, del voto progresista, femenino, negro y latino, que fue lo que les hicieron creer, 

Las redes sociales han venido a crear un efecto de inmediatez que no siempre coincide con la realidad. No suele ser tendencia lo que realmente se piensa, sino lo que más rápidamente se posiciona, y valida aquello de que “el que más grita no siempre tiene la razón, pero es al que más se le escucha”.

Habrá que ir tomando nota, y en futuras ocasiones analizar apropiadamente resultados electorales, pero también otras cuestiones relaciones con la información y la “opinión pública”. El problema de la pérdida de confianza es que se suele tardar un tiempo exponencial para recuperarla, respecto del utilizado para perderla, y medios, periodistas, influenciadores y artistas parecieran haber perdido el referente que eran hasta el momento.

¿Cuánto se sorprendería Goebbels si levantara la cabeza?


lunes, 4 de noviembre de 2024

Sobre las no relaciones con China

El gigante galantea su autoritarismo y embarga mercancías cuando le conviene ¿A qué tribunal se puede acudir en aquella dictadura para resolver conforme a Derecho?

La semana pasada el Doctor Mayora publicó una columna titulada “Sobre las relaciones con Taiwán”, en la que cuestionaba que Guatemala no tuviera relaciones con China. Se preguntaba: ¿qué razones pueden sustentar la posición del gobierno de Guatemala?, y agregaba que “el hecho de entablar relaciones diplomáticas no conlleva ningún juicio de valor…”. Sin embargo, cuando los Estados actúan lo justifican, precisamente, con juicios de valor, especialmente cuando acuerdan sanciones internacionales, condenan ciertos regímenes o rompen relaciones diplomáticas con aquellos que vulneran principios relacionados con la democracia, la libertad y el respeto a los derechos humanos. 

China, Cuba, Venezuela, Nicaragua o Corea del Norte -auspiciada por China-, son dictaduras, y en ninguna se respetan los derechos humanos, por lo que hay sobradas razones para condenarlas. Otra cosa es que una mayoría de países, por intereses, conveniencia o presión de China, cedan e ignoren valores y principios que dicen defender, y por los que aseguran luchar ¿Es de recibo esa doble moral internacional? Si aceptamos que en política sólo hay intereses, y que reconocer realidades permite ignorar principios, entonces asumamos las consecuencias de la falta de ética.

Se argumenta también sobre la oportunidad para mejorar e incrementar el comercio. Hemos visto de lo que es capaz China cuando decide arbitraria y abusivamente, retener contenedores guatemaltecos de café y macadamia en sus puertos, conducta que, por cierto, la OMC no ha condenado. El gigante galantea su autoritarismo y embarga mercancías cuando le conviene ¿A qué tribunal se puede acudir en aquella dictadura para resolver conforme a Derecho? Guatemala, además, tiene una capacidad de producción que difícilmente atiende a un mercado pequeño, por lo que cualquier macromercado -como el chino- es impensable surtirlo cuando la demanda supera exponencialmente la capacidad de oferta. 

En el periodo 2000-2020 el comercio chino con América Latina pasó de 12 mil a más de 315 mil millones de dólares, y en Centroamérica la balanza comercial es enormemente deficitaria a favor de China, lo que incrementa el poder y la influencia política. Honduras exportaba el camarón a Taiwán a un precio aceptable antes de establecer relaciones con China, ahora bajaron las ventas y se redujo el precio. En el año 2023 Guatemala importó de China más de 68 veces lo que le vendió, volumen que representa el equivalente de todo lo que Taiwán ha exportado al país en las últimas tres décadas. Y es que, una vez en el poder, el gigante asiático impone sus reglas, precios y condiciones. 

A China no le preocupa la democracia, sino reforzar regímenes autoritarios. Está interesada en minerales y materias primas, invierte en centros de datos, control del espacio electromagnético e infraestructura estratégica, y termina apropiándosela o controlándola de no cumplir con el pago de los préstamos. El caso del puerto de Montenegro ejemplifica esa forma de acción.

No se puede defender la democracia, el libre mercado, el Estado de Derecho y el respeto a los derechos individuales y mantener relaciones diplomáticas con un país que no observar ninguno de esos pilares fundamentales. El error no es fuente de Derecho, y si 183 países no observan -hipócritamente- esa alineación entre el ser y el deber ser, no significa ni justifica hacer lo contrario. Las dictaduras únicamente existen porque las democracias lo permiten con sus tibiezas.

Entablar relaciones diplomáticas con China sería atarnos más fuerte la cuerda al cuello, dejar de tener la ventaja competitiva que ahora disponemos -tenerlas con Taiwán- y perder la coherencia política mantenida hasta la fecha. La ética no debe de estar al servicio de los intereses o, caso contrario, ¡vámonos y el último que apague la luz!


lunes, 28 de octubre de 2024

El estatismo de los estatistas

Los Estados, cada vez más, se apoderan de espacios de libertad individual para condicionar a los ciudadanos sobre qué pueden hacer, cómo y cuándo 

En el espectro político hay quienes abogan por un estado todopoderoso e interventor; otros, contrariamente, por un mundo sin Estado, aunque entre los dos polos hay un elemento sustancial que distingue a uno respecto del otro. Mientras el intervencionista aboga por un grupo de personas que decidan por los demás, el anarquista defiende su libertad de hacer y decidir, lo que resulta loable e infinitamente más responsable. En medio, encontramos aquellos que defienden un Estado mínimo y los que prefieren que el Estado les arregle problemas relacionados con la salud, el medioambiente, las carreteras, la educación y una largo etcétera. De igual forma, entre estos grupos -no extremos- son nuevamente el aprecio por la libertad y la asunción de la responsabilidad las diferencias. El Estado mínimo reduce sustancialmente la dependencia y permite que sea el individuo quien busque soluciones en función de sus preferencias, puesto que los problemas son muy diferentes para cada uno.

En ese espectro político-conceptual -que da para reflexionar mucho sobre quien prefiere ser más libre e independiente o estar manejado por otros- hay cuestiones que hemos terminado por asumir sin cuestionarnos. Los Estados, cada vez más, se apoderan de espacios de libertad individual para condicionar a los ciudadanos sobre qué pueden hacer, cómo y cuándo, e imponen el coste de su ineficiente gestión. Quienes aceptan el estatismo apuestan “por el suyo” -o por el que hacen los suyos, porque son ávidos cuestionadores de los demás-, en una contradicción ilógica al buscar hacer libremente lo que desean, siempre después de imponer sus condiciones de gobierno al resto.

Además, pareciéramos no haber advertido sobre el dinero que se dilapida, tanto en esa amplia gestión estatal como en otros aspectos fuera del marco general descrito. No se trata ya de cómo o con cuánto se financia la salud, la educación, la seguridad o la carreteras, pozos sin fondo para los que el dinero asignando nunca es suficiente y siempre pide más, sino que lo trascendente es que todos esos fondos son pagados por ciudadanos trabajadores, a quienes les reducen el poder adquisitivo y la capacidad de inversión, al sustraérselos arbitraria y violentamente de sus bolsillos. No son partidas presupuestarias que tengan un reflejo social, como pretenden justificar muchas de ellas, sino gastos hormiga que desangran las arcas públicas: salas VIP en aeropuertos, orquestas nacionales, subvenciones al cine o a determinada música alternativa que no es demanda en un mercado libre, festivales populares, pactos colectivos, timbre de colegios profesionales, ferias y patronazgos municipales, vehículos oficiales, transporte aéreo en clase preferente, residencias oficiales, distinciones a los conyugues y familiares, contrataciones discrecionales, servicio doméstico y pago de comidas, teléfonos celulares, seguros de vida y enfermedad, combustible, pensiones vitalicias, etc. Todo ello representa centenas de millones en privilegios que pagamos los contribuyentes y que detrae el Estado del bolsillo del contribuyente, a quien disminuye su poder de compra. 

Estatismo de estatistas que realmente es imposición de sinvergüenzas y aprovechados que toman y disfrutan esos lujos porque la enorme mayoría lo permite irresponsablemente y sin cuestionarlo abiertamente, además de censurarlo públicamente. Los países cambian en la medidas que exijamos libertad y seamos consecuentemente con la responsabilidad que conlleva. Cuando por recibir miserias -que pagamos muy caras- agachamos la cabeza y doblamos la columna, estamos condenados al espolio permanente de estatistas coartadores de la libertad. 

Mientras cada cual prefiera que otros hagan las cosas por él, sólo promoverá una suerte de esclavitud progresiva y de abuso consentido.

lunes, 21 de octubre de 2024

De la revolución a la involución

El Presidente -siendo una persona honorablemente y no cuestionada, algo que reflejan los sondeos- no toma las riendas del país, al menos como era de esperar

Si después de más de 200 años de independencia seguimos echándole la culpa a la Conquista -posiblemente para evitar echárnosla a nosotros- a los 80 años de la revolución del 44 parece seguirle la involución de 2024. Da la impresión de que nos gusta perder el tiempo e ignorar la responsabilidad que tenemos en los fracasos que como país evidenciamos cada día.

Las encuestas de mayo pasado dejaban clara una caída estrepitosa en la popularidad presidencial -unos 30 puntos-, y ahora que hay nueva encuesta, el gobierno la esconde -como hiciera Gimmattei con el Informe de Desarrollo del PNUD que no le favorecía- para evitar que se comente el batacazo en aceptación. 

Sondeos de opinión -que en mayo hablaban de un 28% de aprobación- reducen en octubre a un 15% quienes opinan que la gestión presidencial es excelente o buena. Sin embargo, “la impunidad mediática” oculta y calla este tema, y mucho menos reclama al gobierno que si ha hecho el estudio con dinero público lo dé a conocer. Independientemente de lo anterior, una entidad gubernamental no tiene el derecho de ocultar a sus ciudadanos esos análisis.

La estrepitosa caída tiene diferentes causas: el mal estado de la carreteras -pero sobre todo la incapacidad mostrada para arreglarlas-, el estado del aeropuerto -y las famosas escaleras mecánicas-, el dengue y, en general, la falta de acciones contundente en salud, el pulso silencioso del sindicato con el ministerio de educación, la inoperatividad de los ministerios de agricultura y desarrollo, y ciertas contrataciones arbitrarias de amigos, novias, simpatizantes, hijos -lo mismo que le reprochaban a Miguel Martínez-, además de ciertos gastos suntuosos de la SAAS, señalados en época de Jimmy Morales. Hay que sumar el papel jugado por los congresistas oficiales en sus pactos en el Congreso para elegir magistrados y su actuación en al PARLACEN para permitir el ingreso de Rusia como observador.

La “inacción es incompatible con el ejercicio del mando” y “de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno” son dos afirmaciones que, por activa y pasiva, tanto nacionales como extranjeros, han utilizado para hacer ver que el Presidente -siendo una persona honorablemente y no cuestionada, algo que reflejan los sondeos- no toma las riendas del país, al menos como era de esperar por ciudadanos cansados que, quizá, elevaron sus esperanzas más de lo que los números y la realidad electoral indicaban. En cualquier caso, la luna de miel pareciera haber concluido.

La pugna con el MP, y el mal funcionamiento de la justicia, es algo con lo que no ha podido el Ejecutivo, y los amparos y consultas que en su momento hiciera se revirtieron mediáticamente en su contra, lastrando la percepción positiva del votante. No es que se pidan acciones ilegales, como algunos han señalado en ciertos medios, es que ni siquiera las legales parecen advertirse, y quienes están exiliados generan tal cantidad de reclamos y críticas que se han convertido en oposición, y reflejan esos bajos números.

Es posible que el Presidente deba de hacer cambios ministeriales, promover un acuerdo nacional de mínimos o buscar cualquier otro tipo de “pacto estatal”, eso si desea seguir protagonizando mínimamente la política nacional, y sobre todo debe intentar cambiar el rumbo del país. Aquello de fuera el ejército de la seguridad ciudadana o “un mundo sin CACIF”, parece que les ha generado algo de gastritis política, porque han tenido que acudir a ambas instituciones para que las cosas no les vayan peor.

¡En política hay que aprender en no escupir al cielo!

lunes, 14 de octubre de 2024

Sandra la incombustible

Lo entiendo más por parte de ella -acostumbrada a hacer y deshacer a voluntad desde 2008- porque no fueron únicamente los años del poder oficial

El pasado fin de semana se celebró una Asamblea General de la UNE, capitaneada por Sandra Torres. Expulsó a los diputados díscolos, se paseó por los indecisos y conformó una directiva con aquellos que todavía hacen genuflexión a su paso. Doña Sandra no pasa de moda.

Más como una reliquia del pasado -con valor de antigüedad- que como modelo del presente, y no digamos de esperanza de futuro, la eterna política parece no querer aceptar la realidad de los votos ciudadanos que la desecharon varias veces de la opción presidencial. Además, la CC no la dejó participar, en otra ocasión, por actuar de mala fe con aquel divorcio exprés, toda una burla para perpetuar el nefasto gobierno de la UNE que lideró desde la sombra con el apoyo de la mayoría de quienes ahora la critican y se pasan al lado de la oposición, en otra burla de la política.

Quisiera, sin embargo, entender a aquellos que la sostienen en el poder, porque desde luego no es por el liderazgo de la señora, las posibilidades de que pueda llegar a ser presidenta ni cuestiones relacionados con la ideología del partido. Solamente se me ocurre -quizá porque no hay otra cosa- una relación de poder y dinero que no quieren soltar sus afines, lo que es realmente pernicioso para un país que no termina de iniciar su transformación hacía prácticas políticas correctas.

Lo entiendo más por parte de ella -acostumbrada a hacer y deshacer a voluntad desde 2008- porque no fueron únicamente los años del poder oficial, sino que después, por el número de diputados -solos o en coalición con LIDER- y la cantidad de alcaldes del partido, pudieron nombra a magistrados de la CC, como la insigne Gloria Porra -en dos ocasiones nombrada por la UNE y una tercera que frustró la CC-, pero también contralor, magistrados a la CSJ y salas de apelaciones y otras autoridades no menores. Sin embargo, la implosión interna, producto de ese ambición desmedida que parece no tener límite, pareciera que reduce su influencia, pero no la deja en la cuneta porque cuenta con seguidores amarrados, y eso es lo que intento comprender.

Así que desde esa última asamblea seguramente muchos cambiarán lealtades y veremos al menos, dos grupos, aunque da la sensación de que a la hora de votar por ciertos intereses como los magistrados de la CSJ y la ampliación presupuestaria, los cuates de siempre no olvidan lo que siguen teniendo en común.

Hay personajes que, como Freddy Krueger, parecieran ser una pesadilla permanente en la política nacional y se aparecen periódicamente para recordarnos que lejos de estar dormidos seguimos despiertos. No se frente a qué auditorio se pondría Sandra Torres en 2027, a quienes convencería todavía o qué promesas traería que ya no se conozcan, hayan evaluado y desechado en diferentes momentos. Quizá pase a la historia como la persona que más presidentes ha puesto, porque pasar con ella a la segunda vuelta garantiza, sin duda, alcanzar el poder, incluso contando con una apoyos insignificantes, como en este último caso.

Será cuestión de prestar atención a sus ofertas y actuaciones, porque basta recordar algo que demasiados olvidan y es que la inmensa mayoría del gobierno de la UNE fue procesado por el “fiscal estrella” Sandoval, aunque ese proceso permanece en silencio, soslayado y sin avances, aunque no recibe las críticas de quienes cuentan la falta de actuación del MP en otros casos. Una especie de memoria selectiva nacional versión 2.0, porque la 1.0 -que era igual- fue superada hace unos 10 meses.

¡No salimos del atolladero!


lunes, 7 de octubre de 2024

Las hojas que no dejaron ver el bosque

Quedó claro que el partido SEMILLA sólo cuenta con alrededor de 55 votos lo que deja una ajustada mayoría cualificada de 105 a la oposición

Tanto la selección como la elección de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, tuvieron una fijación sobre ciertos aspirantes. En análisis y debates era frecuente exponer que “lo importante era que no pasaran los afines al MP”, y se logró, porque ninguno entró. Esa fijación, especialmente por el partido oficialista y sus aliados en medios y redes, hizo que se desenfocaran en el proceso de elección y, finalmente, ingresaran alrededor de diez magistrados -de los 13- con cuestionamientos, y apadrinamientos de los habituales: rey del tenis, los Alejos -Gustavo y Felipe-, Gálvez y los habituales de la mafias en la judicatura.

Después del conformismo de las comisiones de postulación, cuyo mensaje fue: “elegimos lo mejor en las condiciones existentes, ahora le toca al Congreso”, la batalla de los pactos y la fijación contra el magistrado afín al MP, concentró la atención e hizo perder el equilibrio.

Se pudieron ver pactos entre todos, incluido SEMILLA-UNE; ceder espacios a magistrados muy cuestionados en beneficio de ingresar otros afines, y ese largo etcétera que representa una elección política -nada de judicial- para dejar claro de qué lado queda la prostituida y desajustada balanza de la justica, porque nada que ver por establecer un sistema neutral y técnico, como debería ser.

Varios diputados declaraban contar con la mayoría necesaria, pero se inició la votación cuando todos estaban convencidos de que ganarían, de lo contrario seguirían entrampados. Finalmente 10 de los electos cuentan con graves cuestionamientos y tres de los 13 actuales han sido reelegidos, a pesar de las críticas sobre sus pasadas resoluciones. Quedó claro que el partido SEMILLA sólo cuenta con alrededor de 55 votos cuando ellos y sus aliados se unen contra algo, lo que deja una ajustada mayoría cualificada de 105 a la oposición, algo a considerar para la votación del presupuesto 2025, la elección de mesa directiva en el Congreso, las leyes que quedan por votar y el pendiente antejuicio presidencial.

Además, y aunque se pregonó lo contrario, el partido más fragmentado en las votaciones de los 13 magistrados fue SEMILLA. El resto, aun con votos no unificados, presentaron porcentajes muchos menores en su división interna. En SEMILLA llego al 50% en las votaciones de los magistrados Galicia y Cifuentes, lo que no se observa en otro partido ¿Fueron engañados?, ¿Hubo libertad de voto? ¿Los convencieron? ¿Hubo dinero de por medio? Son algunas de las preguntas que hacen quienes no alcanzan a entender aquel partido unificado y unido que decían tener.

El descontento, a pesar de la condescendencia de ciertos medios y analistas con esta administración, se pudo ver rápidamente en redes sociales a través de los comentarios de personas que están fuera del país y que mostraron su contundente rechazo a esta nueva corte, al considerar que no es diferente a la actual. El propio Presidente Arévalo tuiteó sobre la responsabilidad de cada diputado por lo que hizo con su voto, y otros personajes fueron mucho más contundentes y críticos con el resultado, aunque quieran aceitarlo con suaves declaraciones.

Se demostró quien tiene el poder en el país y aquellos otros que no harán nada para que las cosas cambien, por más que digan que quieren cambiarlas. El MP quedará, ahora, subordinado a la nueva CSJ que lo está a su vez al Congreso y a los oscuros personajes que tradicionalmente dirigen la marimba nacional. Se elegirá una futura CC que integrará a parte de los magistrados actuales, y se esperará un 2026 sin sorpresa que agiten las aguas más de lo debió. 

Todo cambia para que nada cambie, en esta repetición habitual de la historia nacional.

lunes, 30 de septiembre de 2024

El PARLACEN, Rusia y el partido SEMILLA

Y mientras eso ocurría, el Presidente Arévalo, en su gusto y disfrute por la diplomacia más que por el Ejecutivo, se distraía por New York y alrededores 

Muy tangencialmente se conoció el ingreso de la Federación rusa en el PARLACEN. La propuesta, sorpresiva para la mayoría de los diputados, se presentó por la comisión de relaciones exteriores presidida por Manuela Alvarado, diputada del partido SEMILLA. La iniciativa habría sido del diputado Guillermo Daniel Ortega Reyes, un sandinista operador de la dupla dictatorial nicaragüense, y fue operada con apoyo de parlamentarios de aquel país, pero también de este. Poco más de un año después del ingreso de China en el mismo organismo, lo hace Rusia y en compensación -porque nada es gratis-, Nicaragua firma compromisos de cooperación “con iniciativas relacionadas con la modernización de infraestructura, el intercambio cultural y educativo; así como el fortalecimiento de la cooperación en áreas de seguridad regional y energía sostenible”.

Si en la década de los sesenta la crisis de los misiles de Cuba, y la posterior proyección del comunismo hacía Centroamérica desde la isla, fue una estrategia de penetración, ahora sólo es necesario pactar con Nicaragua -seguramente más adelante con Honduras- para desde ahí incidir en los USA. Una suerte de sustitución exitosa del hard power por el soft power que se torna mucho más eficiente y rentable.

Y eso ocurre con la colaboración especial de la diputada Alvarado y del también diputado de SEMILLA Ruddy Girón, un lobo con piel de oveja colaborador del criminal confeso “Pirulo” que posteriormente fue denunciado y vilipendiado por aquel (cría cuervos…). Girón tuiteó a favor de lo que hizo la diputada Alvarado y afirmó que “SEMILLA no votó la propuesta”, lo que nunca desmintió la diputada Alvarado en radio ConCriterio, y que no es posible comprobar porque el voto en el PARLACEN es secreto. Parece ser que tampoco lo creyó Alessandro Mecca -asesor del gobierno- quien tuiteó: “El partido y este gobierno somos los primeros molestos con esto. Es una desviación inaceptable de la línea del partido y del Ministerio de Exteriores en materia de política exterior”.  

Y mientras el Presidente Arévalo, en su gusto y disfrute por la diplomacia más que por el Ejecutivo, se distraía por New York y alrededores entrevistandose con Biden y Zelensky y apostando discursivamente por la paz, “sus” diputados daban luz verde al ingreso de la Duma rusa en el PARLACEN. El canciller guatemalteco tampoco fue consultado, y la política exterior nacional se ve manchada por esa actitud de los semilleros parlamentarios de quienes, por cierto, el gobierno no ha dicho nada, con un silencio que muestra irresponsabilidad más que corresponsalía, pero también incapacidad y falta de control del partido y de sus integrantes. En la votación, los diputados de El Salvador se apartaron, con un silencio preocupante -o cómplice- mientras otros nacionales y hondureños permitían el dictamen favorable.

Seguramente los norteamericanos -despistados hasta que salta la liebre- tomarán nota de estas “lealtades” guatemaltecas que añade a las dos dictaduras antagónicas a USA un espacio en el parlamento,  y que ya cuentan con un centro de monitoreo satelital y con acuerdos entre medios y periodistas en la región, para promover información afín o manipulada. Un sutil y estratégico golpe al tablero de ajedrez norteamericano que sufre el acoso permanente de esas potencias y que pareciera no darle respuesta la actual administración demócrata, dirigida por alguien que apenas recuerda su nombre. 

Circunscritos al ámbito nacional, sería de esperar una postura del gobierno, pero me temo que nuevamente el Presidente saldrá de viaje, esta vez para departir con autoritarios y dictadores latinoamericanos invitados por la presidente electa de México a su toma de posesión.

¡Parece que lo que florece es la ideología radical!


lunes, 23 de septiembre de 2024

La indolencia como fenómeno nacional

Somos una sociedad indolente, es decir despreocupada, indiferente y apática. No solemos levantar las posaderas, y muchos menos mover los pies

La inteligencia artificial, útil para muchas cosas, define la indolencia como “la cualidad de ser indolente, es decir, perezoso, flojo, abandonado, apático, despreocupado, o indiferente. También puede significar un hábito de pereza, especialmente cuando se trata de evitar el trabajo” ¿Le suenan los términos cuando mira a su alrededor? Pues a mi si, y me convencen.

Somos una sociedad indolente, es decir despreocupada, indiferente y apática. No solemos levantar las posaderas, y muchos menos mover los pies, a pesar de que nos abusen permanentemente, pero siempre esperamos que venga alguien que lo haga por nosotros. Nos habituamos a padecer no importa que encarnizamiento, con la estoicidad propia del conformista; del cobarde le denominarían algunos.

Para compensar tan practicada costumbre solemos quejarnos con frecuencia, pero siempre de forma prudente, vaya a ser que alguien nos escuche y háganos pagar tal osadía. Así que en círculos íntimos, de amigos, familiares o después de que don Baco se cebe con nosotros, son momentos en los que la sensatez suele aparecer momentáneamente, aunque con efecto poco duradero.

No nos inmutamos muchos por los casi tres mil homicidios anuales, los más de sesenta mil -¡oyó bien!- embarazos de madres adolescentes hasta 19 años -casi 2,300 de menores de 14 años-, la enorme cantidad de accidentes de tráfico que consume una sustancial parte del presupuesto de salud pública, la falta de internet en la inmensa mayoría de las escuelas públicas del país -más de 20,000- o los socavones que encuentra usted y las llantas y amortiguadores de su vehículo, tanto en carreteras como en la ciudad.

Eso sí, somos buenos para quejarnos -siempre con la discreción antes apuntada- por las dos horas de tráfico para llegar al trabajo y de las otras dos para regresar a casa, y sin pestañear olvidamos que votamos a los mismos alcaldes que descuajeringaron el transporte público, que por cierto era malísimo. Ahora, la escasez de autobuses ha hecho que aparezcan los “taxis piratas”, muchos de ellos controlados por las maras, y en los que se viola, abusa y roba. También solemos lamentarnos -con cautela- de los abusadores motoristas que circulan sin luces, entre los vehículos o por las aceras, pero cerramos bien las ventanillas y no nos atrevemos a censurar su comportamiento, esperando, como es habitual, a que otro lo haga y corrija lo que uno no es capaz de hacer por prudencia, o cobardía. Es posible que don Jorge Manrique tuviera alguna vida anterior por estos lares, particularmente antes de escribir “Coplas por la muerte de su padre”, porque el verso en el que indica: “…contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando…”, es difícil que lo hubiera escrito sin esta triste experiencia de la indolencia social que practicamos.

Repetimos, continua y contumazmente, a los mismos políticos, a quienes elegimos sin compasión propia. Permitimos idéntico chapuz en la selección y posterior designación de jueces y magistrados, y cada cuatro años practicamos nuestros dos minutos del odio, pero mucho más discretamente que en la propuesta orweliana ¡Ni eso lo hacemos bien!

Supongo que para compensar celebramos ruidosamente el mes de la independencia, seguido por el de la revolución. De ahí a Navidad, un pequeño paso que nos hace terminar el año para comenzar diseñando una lista de intenciones incumplibles que nos lleve a otro periodo de tiempo en el que es muy probable, como marca la historia, que no hagamos nada por cambiar, justamente por la indolencia.

Y es que la libertad conlleva acción y la consecuente responsabilidad de los actos, y me da que no estamos dispuesto a lo segundo.


lunes, 16 de septiembre de 2024

Sperisen y la “justicia” suiza

Suiza es el país que ha enjuiciado cuatro veces al exdirector de la PNC, Edwin Sperisen, lo que llama poderosamente la atención al profundizar en el caso

Suiza es la cuna de la Cruz Roja Internacional fundada para paliar los horrores de la guerra, especialmente con los heridos, y promotora de los Convenios de Ginebra que regulan el Derecho Internacional Humanitario. El país europeo es conocido por su neutralidad en los conflictos bélicos, y es referente internacional de pacifismo, orden, justicia y derechos humanos.

Sin embargo, también Suiza es el país que ha enjuiciado cuatro veces al exdirector de la PNC, Edwin Sperisen -por hechos cometidos en Guatemala-, lo que llama poderosamente la atención al profundizar en el caso. En el primero de los juicios fue condenado a cadena perpetua -como autor directo- sentencia anulada posteriormente por el Tribunal Federal. En el segundo, se le condenó a prisión de por vida por la corte de apelación, y fue nuevamente anulado por el Tribunal Federal. En el tercero, sentenciado a 15 años -aunque no se le declaró siquiera coautor-, también se anuló la resolución judicial por falta de imparcialidad de la presidenta del tribunal de justicia de Ginebra, a raíz de la sentencia emitida por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que considero “que el demandante podía temer razonablemente que el juez tuviera una idea preconcebida sobre su culpabilidad”. La cuarta vista inició el pasado 2 del presente mes y en pocos días fue condenado a 14 años, sin testimonios nuevos y con participación de jueces contaminados en procesos anteriores. La sentencia parece ser una “solución salomónica” para evitar, seguramente, el pago de la indemnización solicitada por el afectado al gobierno, y que no tenga que volver a prisión. Las sentencias fueron publicitadas en su momento como un éxito de CICIG, aunque posteriormente -después de las correspondientes anulaciones- tuvieron escasa difusión mediática, a pesar de ser catalogadas por medios internacionales como una vergüenza judicial. No es para menos: mismo error en tres ocasiones, y eso sucedía en Suiza “paraíso de los derechos humanos y paladín de la justicia”.

Detrás de todo este embrollo una ONG -TRIAL International- y algunos de sus socios, integrantes o simpatizantes: fiscales y jueces que, directa o indirectamente, construyen su “prestigio” internacional por medio del ofrecimiento de logros judiciales en los países en que actúan, y así consiguen financiamiento. Nada nuevo ni diferente para quienes, desde hace tiempo, analizamos el funcionamiento de mercenarios internacionales que lucran y se afaman consiguiendo condenas en sus respectivos países, sin importar realmente la justicia ¿Recuerda el juicio por genocidio aquí?, pues eso.

Y aunque se encargaron de difundir suficientes prejuicios sobre el caso, e independientemente de que considere al imputado culpable o inocente, es inconcebible que un país “altamente desarrollado” se “equivoque” en tres ocasiones al impartir justicia, lo que ha evidenciado el tribunal europeo; la cuarta parece ser más de lo mismo, y en unos meses veremos el resultado. Además -y esto agrega mucho- han mantenido en prisión a una persona por años, consumiendo vida, espíritu y entorno ¿Es eso lo que se esperaría de Suiza? El contraste lo ponen las absoluciones de quienes, al igual que él, fueron acusados en Austria y España, dos países en los que no se puede decir que la justicia no cuenta con suficiente grado de credibilidad.

El caso Sperisen evidencia la realidad de una justicia politizada por grupos de poder en forma de ONGs, y la cantidad de influencias que mueven, además del dinero que facturan. Cuestionamos mucho a los políticos, y con toda razón, pero cada vez hay más certeza de que el poder judicial padece la misma miseria de la corrupción que los otros dos, eso sí con una barniz legal que lo disimula.