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lunes, 26 de mayo de 2025

Las puñaladas de frente, por favor

Esta situación plantea preguntas sobre la falta cohesión interna del oficialismo y los desafíos que enfrenta esta nueva agrupación política en su camino hacia el 2027

Hace unos días, Radio ConCriterio sorprendió con una primicia: la formación de un nuevo partido político liderado por Samuel Pérez integrante del SEMILLA. Inicialmente, la información no fue confirmada, pero rápidamente se propagó la noticia, causando sorpresa y hasta desconcierto entre varios diputados de dicho partido que la desconocían.

Esa ignorancia entre los legisladores pudo deberse a que se trataba de una confidencial estrategia política impulsada por dicho diputado y un grupo cercano de aliados. Durante una comparecencia que capturó la atención de medios, las fotografías mostraron que el movimiento no contaba con la participación de un significativo número de actuales diputados. Incluía, sin embargo, la incorporación de personajes externos, algunas de las cuales han sido contratadas a dedo por el gobierno actual, marcando un nuevo rumbo en la esfera política nacional. Esta situación plantea preguntas sobre la falta cohesión interna del oficialismo y los desafíos que enfrenta esta nueva agrupación política en su camino hacia el 2027.

Conocida la noticia, se desplegó inmediatamente una estrategia mediática destinada a presentar a SEMILLA como un partido unido y cohesionado, en el que todos sus miembros apoyan unánimemente al presidente. Es evidente, no obstante, que bajo esta fachada se esconde una ruptura interna, más allá de simples discrepancias o diferentes visiones. La división es el resultado de, al menos, tres liderazgos distintos que se han evidenciado a lo largo del último año: el del presidente, el de Samuel Pérez, y el de otras figuras menos visibles dentro del partido. El movimiento proyecta una fractura interna en el partido que, aunque no se ha reconocido oficialmente, se manifiesta a través de declaraciones contradictorias, decisiones divergentes y la aparición o consolidación de un nuevo liderazgo, consecuencia de la inacción presidencial y del coste político que el partido está teniendo debido a diferentes y poco fructuosas acciones del ejecutivo.

Varios indicios la hacen innegable: la renuncia de Félix Alvarado del ministerio de comunicaciones, el manejo autónomo de negociaciones clave por parte del diputado Sanabria en el Congreso, y el aparente desplazamiento de Samuel Pérez de la dinámica del presidente, en favor de otros actores, son reflejos de ese nuevo escenario político que se está gestando y desgastando al mismo tiempo. 

La formación de este nuevo partido político -RAICES- está directamente relacionada con la cancelación del actual partido SEMILLA y con la necesidad de trazar un nuevo proyecto para las próximas elecciones, aunque el verdadero problema no reside en la creación de nuevos partidos, ya que hay razones válidas para llevar a cabo tal iniciativa. La preocupación surge porque muchos diputados no estaban al tanto de estas maniobras, algo éticamente cuestionable, y que evidencia un preocupante individualismo, una implosión interna, y una actitud de "sálvese quien pueda" que resulta alarmante, particularmente en un momento de confrontación política en el Congreso. 

La situación invita a una reflexión más profunda sobre las dinámicas internas de SEMILLA y sus futuros pasos en el ámbito político nacional. Apenas ha transcurrido un año y medio desde el inicio de la actual administración, y hay una marcada inacción de gobierno y de los gobernadores -en el seno de los CODEDES- incapaces, ambos, de gestionar el presupuesto, lo que genera una “competencia” entre el Ejecutivo y estas nuevas opciones que desean atraen, desde ahora, a estructuras locales y departamentales, porque de lo contrario el 2027 no le deparará éxito alguno.  Como me dice un diputado de SEMILLA: “Nos hemos quejado durante años de que no hay partidos políticos reales en Guatemala, que solo hay “vehículos electorales”, y parece ser que es lo que está, precisamente, sucediendo”.


lunes, 19 de mayo de 2025

Un Estado con vocación carcelaria

Las comparecencias públicas de la CICIG y el Ministerio Público saciaron el deseo de muchos de disfrutar de unos minutos de atención orwelliana

Guatemala en un Estado con vocación carcelaria. No es nada nuevo, aunque si intensificado en los últimos años, producto seguramente de las dictaduras, de la represión y de ausencia de acción judicial eficaz. Tampoco hay respeto por el ser humano, lo que conduce a no valorar la libertad como un elemento sustancial y característico, el mayor valor que posee y que hay que proteger.  

Las comparecencias públicas de la CICIG y el Ministerio Público saciaron el deseo de muchos de disfrutar de unos minutos de atención orwelliana, con otros que realizaban el trabajo sucio. Apenas transcurrían minutos desde los allanamientos sistemáticos hasta la prisión preventiva; y de ahí, la condena mediática y el regocijo colectivo llegaban en tan solo un instante. En poco tiempo, únicamente quedaba "disfrutar" del encarcelamiento de los "mal vistos" -independientemente de su culpabilidad-, ya que la acusación recién comenzaba y podían pasar meses o años hasta el juicio que condenaba o absolvía. 

Ciertos medios de comunicación y redes sociales celebraron el poder de transmitir ejecuciones públicas en directo, satisfaciendo así el deseo morboso de venganza que algunos albergan en su interior. No había necesidad de convocar en una "Plaza de la Revolución" ni de montar un patíbulo, mucho menos de la presencia de un verdugo enmascarado, ya que todo quedaba oculto y anónimo detrás de pantallas de celulares, televisores o radios. Incluso durante el gobierno de Colom se habilitó una cárcel específica para esos "criminales", y el interés público se centró en ese nuevo penal que ha continuado siendo un referente de la ola de detenciones e ingreso en prisión, hasta nuestros días. Aquellas decisiones han generado estas consecuencias, y ahora, por venganza, vivimos una tercera fase de esa actitud represiva, mientras seguimos encarcelando a quienes nos desagradan.

Como sociedad, no hemos comprendido la justicia más allá de la simplicidad de lo que colectivamente nos satisface y consideramos justo, frente a aquello que nos molesta, y rechazamos, aunque con preocupante arrogancia, nos convertimos simultáneamente en fiscales, defensores y jueces. No se trata de establecer un sistema que sólo encarcele a quienes verdaderamente lo merecen, sino de llenar los centros de detención con aquellos que creemos que deben ser ocupantes obligatorios, siempre según nuestro atrevido criterio. Tampoco se respetan los tiempos legales de prisión o atención judicial, y quienes caen en las garras del sistema quedan bajo la fuerte sospecha de que "algo habrán hecho", siendo abandonados a su suerte.

El país vecino es un reflejo de esta situación. Con alrededor de 80,000 detenidos -muchos sin juzgar-, su gobierno ha alcanzado altos niveles de popularidad, a pesar de estar liderado por un aprendiz de dictador con tendencias autoritarias, a quien tanto locales como foráneos "valoran" y aplauden como verdugo nacional.

Cambiar esta situación requiere comprender cuáles deben ser los principios para elaborar las normas y valorar adecuadamente la libertad. Además, es necesario superar el analfabetismo judicial para entender los procesos de manera correcta y respetuosa.

Sin embargo, en su momento celebramos aquello que ahora condenamos, lo que se refleja en un cambio de perspectiva -a menudo infantil- que evidencia una gran falta de madurez social. No avanzaremos mientras la lucha sea entre "los tuyos" y "los míos"; la "derecha" y la "izquierda"; "chairos" y "corruptos". Una sociedad infantilizada no tiene la capacidad de autocorregirse, ni tampoco diseñar un futuro, y lo que no hemos sido capaces de aprender en décadas, no lo resolveremos en días, muchos menos con actitud poco crítica.

lunes, 12 de mayo de 2025

Ser madre desde la paternidad

Desde el punto de vista biológico y psicológico, hay diferencias significativas entre madres y padres: una mayor tolerancia, protección hacia los hijos y dedicación casi exclusiva

Existen dos afirmaciones que parecen ser ciertas o de las que pocos pueden estar en desacuerdo: la maternidad se inicia desde la primera experiencia del embarazo -algo que no ocurre con la paternidad- y hay más mujeres que asumen roles paternos que viceversa. Los hombres, normalmente, no llegan a desarrollar ese "instinto maternal" que suele caracterizar a las mujeres; sin embargo, lo contrario sucede con mucha más frecuencia.

Desde el punto de vista biológico y psicológico, hay diferencias significativas entre madres y padres: una mayor tolerancia, protección hacia los hijos, dedicación casi exclusiva, y vínculos emocionales que se fortalecen con el tiempo. Este amor incondicional se refleja en acciones cotidianas: doblar la ropa escolar, considerar cuidadosamente cada artículo que se incluirá en la lonchera, o estar atentos a fechas y eventos importantes en la vida de los hijos. En ese sentido, es revelador notar la existencia de chats de mamás de grado, algo que raramente se ve entre los papás

He tenido la fortuna, con mi quinto hijo, de poder "ser mamá", y esto me hace inmensamente feliz. Estar al tanto de cada detalle a su alrededor representa una oportunidad para enfocar y expandir mi lado femenino, ese que todos poseemos pero que no siempre desarrollamos debido a roles tradicionales o circunstancias personales. Este proceso me ha permitido aumentar la tolerancia hacia los adolescentes, advertir detalles que antes pasaban desapercibidos, como una mancha en el uniforme escolar, o considerar la distribución adecuada de nutrientes al hacer las compras, lo que ha significado un salto cualitativo en mi vida y mi forma de desarrollo personal.

Normalmente, los padres no opinamos sobre vestidos de graduación, aunque desfilamos con nuestras hijas en ese evento. Tampoco solemos recopilar fotografías escolares para los álbumes del colegio, ni revisamos diariamente sus habitaciones para adaptarlas a sus necesidades cambiantes o modificamos el cuarto de baño en función de su crecimiento. Son las mamás quienes mayormente toman estas iniciativas, lo que nos hace perder un valioso espacio en el mundo de nuestros hijos.

Solo quiero resaltar lo maravilloso y placentero que es asumir estos roles que tradicionalmente corresponden a nuestras parejas. Cuando surge la necesidad, despertamos cualidades y capacidades latentes, que muchos hombres dejamos en la sombra. No se trata de ser mejores o peores, sino de cómo los roles asignados, junto con aspectos biológicos, nos conducen a comportamientos diferenciados.

Confieso que encuentro gran satisfacción en poder decidir a las cinco de la mañana si pongo galletas dulces o saladas en la lonchera, si incluyo jugo o leche, o si prefiero enviar pasta caliente en un recipiente térmico o agregar una empanada de espinacas. Más allá de eso, resalto el amor silencioso en cada gesto: como el llenar el pachón de agua fría, poner en la mochila aquello que dejaron olvidado, limpiar las lentes o dejar una nota o emoji en la servilleta como sorpresa, para imaginar borrosamente el disfrute y los comentarios mientras almuerza o comparten con amigos.

Con el tiempo, uno comprende y aprecia la mayor tolerancia femenina, la resignada humildad, los pequeños detalles que marcan la diferencia, y el amor genuino que se pone en cada cosa que se hace, aunque sea a altas horas de la noche o en la madrugada

Estoy inmensamente feliz de formar parte de este grupo, y aunque nada me quita la alegre fregadera del "chat de mamás", agradezco infinitamente el bello y tardío desarrollo de mi "maternidad”.

lunes, 5 de mayo de 2025

Camino al populismo

Hay que ser conscientes de hacia dónde caminamos y las consecuencias de llegar al 2027 en las nefastas condiciones partidarias que hoy tenemos.

Le propongo un ejercicio fácil. Durante alguna reunión con amigos o familiares, anímelos a que identifiquen partidos políticos en el Congreso. Los más enterados presumiblemente nombren 5 o 6, a pesar de que hay 17. Antes de que se frustren, rételos a que señalen a lideres de esos partidos para las próximas elecciones del 2027. Le aseguro que, a los más, nombrarán a tres: Sandra Torres, Roberto Arzú y Carlos Pineda. Conclusión: nuevamente estamos muy mal, y además todos ellos -unos más que otras- son populistas de libro.

La propuesta preelectoral será que hay que emprender acciones contundentes contra la violencia, y promover el desarrollo económico, especialmente construyendo o mejoran infraestructura. La masa -Ortega y Gasset habló suficiente de ello- enloquecerá con los vibrantes discursos de esos candidatos -no creo que haya otros que sean conocidos suficientemente en el país- sin advertir que caeremos a los más profundo del pozo. Pero ya se sabe: ¡la miel atrae a las abejas! Con ellos, probablemente estaremos mejor en algunas cosas, pero habremos perdido libertad y democracia, y lo advertiremos cuando que sea tarde.

La situación actual, producto de una ingobernabilidad sin precedentes, provoca desasosiego, incertidumbre y una alta percepción de incapacidad política de quienes tienen las riendas del país. La sensación genera un espacio antagónico en el que se reclama autoridad -suelen referirse a autoritarismo- y decisiones políticas contundentes y radicales, que será lo que prime. Los populistas mencionados y conocidos, prometerán arreglar los problemas que agobian, y ofrecerán acciones para convencer al votante de ello. Callarán que una vez en el poder el camino al autoritarismo está trazado, y el bukelismo servirá como referencia. 

Esa nefasta prohibición de hacer campaña electoral solo tiempo antes de la elecciones, blinda el panorama electoral a los conocidos e impide que otros que puedan surgir y ser conocidos con antelación. La norma cierra la puerta durante los años previos a la elección a potenciales candidatos que deberían irse presentando al público, para que el votante tomara una decisión más informada.

Todo ellos necesitarán enormes cantidades de dinero que extraerán de los fondos públicos, pero muchos antes -necesario para llegar al poder- del narcotráfico, del crimen organizado o de multinacionales sudamericanas relacionadas con medicamentos, que ya financiaron anteriores campañas.  Asegurarán que es dinero “suyo”, de sus cuentas, pero el caso de la UNE de Álvaro Colom y Sandra Torres, expuesto en tribunales norteamericanos, deja claro cómo el narcotráfico donó 24 millones de dólares a la campaña de la UNE, y es una muestra de lo que se nos viene con cualquiera de los señalados y desde diferentes financistas.

Hay que ser conscientes de hacia dónde caminamos y las consecuencias de llegar al 2027 en las nefastas condiciones partidarias que hoy tenemos. Entre los incapaces y los mafiosos de la política, da la sensación de que nuevamente el voto en blanco puede crecer, aunque las condiciones antidemocráticas en las que está legislado sea un obstáculo para los ciudadanos que no quieren a ninguno de los candidatos, a pesar de ser mayoría como ocurrió en las pasada del 2023.

Seguramente, el TSE que salga electo en 2026, junto con otras instituciones, bloquee a alguno de los indicados, o a todos, lo que abrirá la puerta a que un outsider -como el que ahora tenemos o como fue Jimmy Morales- y resulte tan incapaz como el actual gobierno, o mucho más populista o ladrón que los tres citados.

No salimos del entuerto, porque la procrastinación impide modificar las normas que son ineficaces, y nos mantiene anestesiados en la idea de que con lo mismo conseguiremos otros resultados.