De hecho, ha habido una respuesta con advertencias diplomáticas, sugiriendo a Guatemala para que reconozca la "tendencia general" y tome la "decisión correcta"
La política exterior de Guatemala parece haber trazado una dirección firme y contundente hacia dos países en Asia: Taiwán y Japón, de interés geoestratégico para los Estados Unidos, y la reciente visita del presidente guatemalteco a ambos refuerza esta conexión. A nivel logístico y de uso eficiente de recursos, visitar ambos países en una sola gira representa un importante ahorro, debido a su proximidad geográfica, pero también transmite un mensaje significativo en el ámbito de las relaciones internacionales, y de la geopolítica.
En un momento en el que las relaciones con China no son óptimas, Guatemala ha decidido firmemente reforzar sus lazos diplomáticos y económicos con Taiwán y Japón. Recordemos que hace un año, Guatemala enfrentó problemas comerciales cuando contenedores de café y macadamia fueron retenidos arbitrariamente en puertos chinos. Aquel incidente, nunca explicado suficientemente, fue una represalia por la asistencia del canciller guatemalteco a la toma de posesión presidencial en Taiwán. La reciente visita del presidente Arévalo podría interpretarse como una postura aún más desafiante hacia China que seguramente reaccionará en alguna dirección.
De hecho, ha habido una respuesta con advertencias diplomáticas, sugiriendo a Guatemala para que reconozca la "tendencia general" y tome la "decisión correcta", indirectas para que cambie su alianza hacia China continental y rompa relaciones diplomáticas con Taiwán. No obstante, el gobierno guatemalteco ha demostrado valor y compromiso al abrir canales de cooperación en sectores que generan suspicacias y hasta fricción, además de fomentar la cooperación y la inversión y el desarrollo tecnológico con las islas.
Otro elemento crucial -y concurrente con la situación que se comenta- es el papel que desempeñan los ingenieros militares estadounidenses en la planificación y construcción de la ampliación de los puertos nacionales guatemaltecos. Esto forma parte de una estrategia para impedir que China amplíe más su influencia mediante la construcción de una red de puertos a lo largo de América Latina, además del control de infraestructura crítica. La reciente cancelación del contrato con Huawei, por parte del seguro social (IGSS), es otro movimiento en el tablero de ajedrez que refleja la resistencia a la influencia de la dictadura china.
Estados Unidos parece estar reaccionando, aunque quizás tarde, al apoyar a Guatemala después de que otros países de la región -y todos los centroamericanos- optaran por al acercamiento chino continental. A menudo, esos acuerdos incluyen préstamos generosos y construcciones “gratuitas”, como estadios de fútbol o bibliotecas públicas, pero pueden implicar compromisos significativos a largo plazo, como se ha visto en ciertos países europeos y asiáticos, como Montenegro y Sri Lanka.
La decisión del gobierno guatemalteco de fortalecer los lazos con Taiwán y Japón -apuesta valiente y arriesgada- parece haber sido una declaración de política exterior calculada. Será esencial observar cómo responde China en las semanas siguientes y cuál será el costo político-económico de esta movida. Aunque la relación con China se vea afectada, se espera que este paso fortalezca los lazos con Estados Unidos, esperando reciprocidad y apoyo de su parte, y que consolide el esquema de apoyo internacional que construye el gobierno de SEMILLA.
Finalmente, cabe preguntarse si este movimiento será un compromiso firme y sostenido o si se diluirá como en ocasiones anteriores, y la administración estadounidense tiene la oportunidad de mostrar su respuesta a corto plazo. Mientras tanto, es necesario reconocer la dirección decidida tomada por Guatemala, que presenta una de las posturas más claras en años recientes frente a China, rompiendo el silencio políticamente correcto hasta ahora observado o la diplomacia dual insuficientemente definida.