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lunes, 27 de julio de 2009

El Sombreron

Sigue con su insistente peregrinar y con querer retornar al país que lo sacó por corrupto, abusivo, prepotente y delincuente, mientras sus amigos no cesan de fustigar. Primero, fue el comandante Chávez al enviar un avión a sobrevolar el espacio aéreo hondureño en una temerosa pantomima de acrobacia circense, por cierto, sin don Mel quien se quedó escondido en tierra nicaragüense. Ahora, es el comandante Ortega el que incita a manifestantes para provocar incidentes en la frontera. Ambos, únicamente quieren alguno que otro muerto (o mejor si son muchos) y violencia extrema para justificar un casus belli que les permita desatar el odio violento que acumulan e invocar el empleo de la fuerza y nuevamente promover una reacción internacional que esta vez se justificaría apelando a cualquiera de todos esos tratados y convenios que nunca sirven para nada, salvo para invocarlos y manipularlos en situaciones como esta. No cejan en su cometido expansionista y para esos déspotas el fin justifica siempre los medios, tal y como lo han demostrado en el ejercicio político en sus respectivos países.
Si analizamos los hechos, veremos que, habiendo sacado a Mel del país o habiéndolo dejado detenido, la situación a la fecha sería, institucionalmente hablando, la misma. Se le habría sustituido en el poder, tal como ha ocurrido, el presidente sería el mismo que ahora hay y el resto de cosas continuarían igual. Por tanto, para los que justifican el regreso como la necesidad de “volver a la institucionalidad”, el razonamiento no tiene sentido, ya ha ocurrido y gracias a ella las cosas están bien. La única diferencia que existiría es que estaría recluido en una prisión o con alguna medida sustitutiva. De no haber actuado como se hizo, la consecuencia previsible es que narraríamos revueltas, hablaríamos de muertos y veríamos a diario manifestaciones violentas. Eso es lo que hay que poner finalmente en la balanza y no el tema institucional que, como queda aclarado, no sería absolutamente distinto. En resumen: irregularmente sacado del país, pero constitucional y legalmente relevado del poder.
La “comunidad internacional”, que convierte a un delincuente en mártir y a unos dictadores en defensores de la democracia, debe saber que el proceso es irreversible. Reponer al ex presidente en el poder no solo generaría un estado de calamidad mayor, sino que traería consecuencias imprevisibles. El diálogo y la negociación son los únicos vectores posibles y cualquier solución debe desechar la vuelta al poder de Zeleya.
Es por ello que algunos países comienzan a desbancarse de esas propuestas, lo que seguramente, generará un importante efecto dominó en el futuro próximo. Insulza criticó el protagonismo chavista en este asunto, mientra Costa Rica y Estados Unidos también han cuestionado la bufonada del intento de entrar por la frontera con Nicaragua.
Al igual que en la leyenda del Sombrerón, parece aplicable aquella frase de: "estoy al mal tan hecho que desde aquí mi amor perdí, que el mal me parece bien y el bien es mal para mí”, algo que sin duda piensa o recita don Mel desde el exilio en tierra sandinista. Y, como eso de las leyendas dicen que termina por parecerse a la realidad más de lo debido, de la misma forma puede aplicarse la aparición permanente, al recordar a su “amada Honduras”, de las (o los) cuatro mulas: Chávez, Correa, Castro y Ortega, aunque en este caso la leyenda se quedó corta porque si afinamos la vista podemos ver algunas mas. Como ven toda una premonición de aquel Sombrerón de leyenda chapina que hoy termina por transformarse en realidad y superar la ficción.

lunes, 20 de julio de 2009

Jardin de infancia

Son como niños y actúan según la neurosis pueril del momento. Empujan, golpean, amenazan, dicen mentirijillas, lanzan agua unos a otros o se llaman por el apodo. Lo lamentable es que cobran como adultos, tienen un montón de asesores, gran responsabilidad y, encima, hacen leyes que los demás tenemos que cumplir.
A los de prepa, cuando hacen escándalo, los llevan a la dirección y llaman a sus papas, en un afán por educarlos y corregir esas salidas tempranas e inapropiadas de tono. A esos “honorables”, en su adultez, no hay manera, salvo despedir a muchos de ellos por, ridículos, choleros, vulgares y aprovechados, cuando no deshonestos.
Ese cuchubal de la zona 1 tiene todo tipo de socios. Están los sordos y mudos. Una suerte de colectivo que apenas sabe leer y escribir, mucho menos hablar, pero que alguien les compró la plaza y el voto y devengan mensualmente el salario de tres años de uno de esos pobres que “salvan” todos los días. Incluye también a los “operadores políticos”, quienes destacan por ser siempre los mismos, aunque se postulan por partidos diferentes en cada legislatura, lo que refleja su catadura moral. El grupo de los cara duras no pueden faltar. Se quedan irregularmente con dinero de viáticos y no los devuelven o les cuesta un montón. Hacen de los viajes su agosto o cambian de partido más que de calzones, traicionando al electorado. No faltan aquellos cuyos nombres salen siempre a la palestra cada vez que se habla de carteles de droga, mafias o crimen organizado. Afortunadamente, el listado se completa con algunos pocos de personas honradas, capaces y creíbles.
Se hacen llamar los “padres de la patria”, por la que, desde ahora, inauguro el club de hijos de madre-patria soltera. Quieren “dignificar” el Congreso, pero se comportan frecuentemente de forma indigna. De cuando en cuando, organizan un show cuyos protagonistas son los mismos payasos de siempre y van agregando a unos u otras nuevos, según sea el acto circense o la pendejada en cuestión.
Desde las gradas, un grupo de embajadores tuvo el privilegio de ver el estreno de la última obra. Abochornados, abandonaron el lugar exclamando, más o menos y traducido al chapín: ¡cuando dejarán de hacer el idiota y de verdad harán algo por este país!. Sin haber reparado que cada día asesinan a un montón de personas, lo que agrava todavía más el comportamiento que tuvieron. Sin embargo, mis amigos, y no se ofendan, ustedes tienen parte de culpa por darles ayuda, dinero y apoyo, lo que les permite seguir viviendo del cuento, del presupuesto y del escándalo. ¡Déjenlos hacerse mayores solitos y salir del kínder político en el que se encuentran!.
Se excusarán sin ningún tipo de vergüenza y continuarán preparando su próximo espectáculo o vagando por el hemiciclo perfeccionando esa carrera inútil y descabellada y sin hacer nada fructífero por este país al que dicen amar o llenaran su boca con elogíos a la bella nación que conformamos, mientras pactan y jinetean cualquier proyecto en función de sus mezquinos intereses.
A mí, personalmente, el espectáculo me dio vergüenza, pero mucha más repugnancia. A los honestos, entre quienes señalo a doña Nineth, les invito a que se vayan o a que los echen. Si eso es mucho pedir, al menos que los evidencien por descerebrados o que promuevan la elección directa. El país cada vez está peor y con el rumbo que llevamos vamos irremediablemente al fondo y, a esos, les importa un bledo. No aman a su patria y tampoco son buenos funcionarios público. ¡Ignórenlos y no los voten mas!.

lunes, 13 de julio de 2009

¿Mensos o caras?

El titular de prensa: “Cohesión Social no es politiquería, es un concepto de gobierno”, presenta y promueve un nuevo modelo político digno de estudio concienzudo: el desgobierno. Se trata, no de hacer las cosas bien o mal o, incluso de no hacerlas, más bien, el objetivo del desgobierno es no hacer nada y, lo poco que hacen, hacerlo desastrosa o marcadamente peor que los otros. Es una pugna permanente por la inutilidad más manifiesta y por la ineptitud más absoluta.
A modo de ejemplo dos de los más impactantes y preocupantes problemas que nos asolan: la seguridad y las finanzas, aunque se podrían recorrer cualquiera de las políticas sectoriales para encontrar muestras ilustrativas suficientes, ejemplo la arriba enunciada. Comenzando por la segunda, decir que algo no es culpa de ellos, hay que ser honesto. La crisis económica no la crearon, aunque hubieran podido hacerlo de haber tenido la oportunidad. Con su propaganda goebbelsiana, nos narran en radio los malos momentos que vivimos para, inmediatamente después, recordarnos que es hora de aprobar mas deuda que les permita alcanzar los logros que prometieron. Exactamente lo contrario de lo que la experiencia nos dice que están haciendo y la razón aconseja. ¿Acaso el desgobierno tiene lógica o razón?. Quieren endeudarnos más de lo que estamos, pero ocultan como dilapidan millones en propaganda basura, por qué permitieron una deuda flotante en FONAPAZ y Comunicaciones cercana a los Q2500 millones sin que exista denuncia pública del hecho, cual es la razón de que no esté preso el responsable de la perdida de ochenta y pico millones cuando era diputado de la UNE y presidio el Congreso y a quienes la dama, según su elevado saber y conocimiento, les regala, antojadizamente, millones todos los meses, por no entrar en el mal manejo de contratas con ONG,s u otros “logros” similares. Este brillante panorama es decorado por los financistas que aprovechan cualquier oportunidad para llevarse millones en contratos del Estado y proveer servicios bajo el mercantilismo más bajo, descarado y miserable. ¿Mensos o caras?.
El segundo ejemplo es la seguridad. En 18 meses han nombrado con “escasa inteligencia“, a cuatro ministros de gobernación y a tres directores de policía, por ahora. El resultado más visible es el incremento de la violencia y de la criminalidad. Son los antiministros. En lugar de reducir los índices, los aumentan. Uno la deuda, otro el de villanos, siguiendo esa lógica mentecata del desgobierno. Detuvieron al Smile al que achacaban todos los males posibles, hicieron aquella inútil hoja de ruta que pactaron con otros que también querían protagonismo, sin que a la fecha haya servido para nada útil y permanentemente imploran para que la CICIG les haga el trabajo que los desgobernantes no tienen capacidad ni talento para hacer. Cual transformer, se ponen chumpas típicas según al pueblito al que van a contarles a muchos de nuestros compatriotas, lo simpáticos y buenos que son y lo diablos que somos quienes los criticamos. ¡Mas que mensos, son caras!.
Por eso no quieren proyectos como Pro Reforma ya que se implementaría, entre otras cosas, la revocación del mandato presidencial y, posiblemente, a estas alturas alguien estaría pensando hacerlo. Este desgobierno solo muestra la auténtica intención de lo que quieren hacer, algo así como aquella entrevista a Chávez en la que prometía no perpetuarse en el poder, y miren ahora
Eso sí, no son cletos del todo y, entre normas, comisiones, viajes, apaños de amigos, conectes con financistas, compra de voluntades y otras genialidades, nos dejan morir cada día o despilfarran nuestro dinero. Nada de mensos, definitivamente son caras y caras muy duras.

lunes, 6 de julio de 2009

Club de Chiflados

Los sucesos de Honduras han hecho correr mucha tinta, alguna de interesada procedencia. Se habló, y se continúa hablando en menor medida, de un golpe de estado y de la ruptura del orden institucional. Empleamos palabras viejas para describir nuevos acontecimientos donde el uso interesado de los términos carga la emotividad, remonta a experiencias superadas y restringe la capacidad de interpretar los acontecimientos.
El presidente Zelaya decidió que, en contra del dictamen del TSE, de la Corte Suprema de Justica, del Fiscal General y de la mayoría de los ciudadanos, podía convocar a una Asamblea Constituyente, disfrazada de consulta o encuesta popular, para modificar la constitución en su beneficio. Hizo como sus vecinos del Sur y, con el apoyo de aquellos que imprimieron las boletas, sobrevolaron el espacio aéreo y enviaron asesores y agita masas, incumplió y dilató el tiempo hasta el límite. Irrumpió en una base militar y se llevó las urnas, el Congreso lo improbó por medio de una comisión de investigación, el jefe de las Fuerzas Armadas se negó a cumplir una orden ilegal y medio mundo le advirtió que cuanto hacía estaba fuera de la ley. ¡Todo le resbaló!. Su soberbia y algunos revolucionarios consejos, le hicieron creerse virrey.
Si se hubiera permitido “la encuesta”, es posible que con la manipulación existente y la ilegalidad manifiesta se habría terminado por justificar la Asamblea Constituyente y mucho más probable que el Presidente desconociera al resto de poderes y asumiera como única autoridad, que es lo que sus cofrades aconsejadores hicieron en esos otros países del ALBA.
Las Fuerzas Armadas, institución del Estado, cumplieron con la orden judicial de sacar al mandatario antes de que se llegara a un proceso irreversible, cediendo el poder inmediatamente, tal y como la constitución lo determina. ¿Fue un mal menor sacarlo del país para evitar violencia extrema?, eso es algo que nunca se sabrá y por lo que tendrá que responder judicialmente su comandante.
La presión mediática de los dictadores del ALBA se notó rápidamente. En poco tiempo se convocó una reunión de aquellos, otra de la OEA y una extraordinaria de la Asamblea General de la ONU, todas con un tufo a izquierda rancia y manipuladora que se siente rabiosa y perdedora viendo como el péndulo de la revolución bolivariana se torna hacia el otro extremo tras las elecciones en El Salvador, la derrota de la pareja presidencial argentina y el triunfo de la nueva visión panameña. La OEA, precipitadamente, dictó una resolución que no deja salida a la negociación, única vía para el arreglo de la crisis. ¿Quiénes apoyarán la reelección de Insulza?.Todo esto es el despropósito de una especie de dictadura cosmopolita que bajo la quimera de “comunidad internacional” representa exclusivamente a los jefes de algunos Estados donde la democracia está matando a la República y el populismo erigiéndose como absoluto soberano.
La solución, como siempre, está en manos de individuos responsables y capaces de tomar decisiones difíciles en momentos trascendentales, sin amedrentarse por golpistas que desaprueban los golpes, dictadores que defienden la democracia ni antimilitaristas que se hacen llamar comandantes y constantemente amenazan con el uso de la fuerza. Nadie debe estar por encima de la ley y cuando eso ocurre, hay que aplicar la ley y actuar sin miedo y contundentemente. Si algo ha quedado claro es que la ola despótica que se aproximaba se puede parar. ¡Oyeron todos!: se puede parar.
Esto debe ser un mensaje para quienes, estén donde estén, creían poder caminar por encima de las aguas.