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lunes, 25 de enero de 2010

El regalo de Honduras

Mañana tomará posesión el nuevo presidente de Honduras, el electo Porfirio Lobo. Con ello se pondrá fin, ¡esperemos!, a todo una serie de acontecimientos y despropósitos que alentados desde Venezuela y asumidos inmediata y erróneamente por la “comunidad internacional”, terminaron por desconocer primero al gobierno de Micheletti y luego las últimas elecciones generales. Sin embargo, el ejemplo de los ciudadanos hondureños perdurará y dentro de algunos años, tardíamente como suele ser, será un icono de la exaltación de los principios democráticos y de la lucha por la separación de poderes que Montesquieu nos donara siglos atrás.
Confusa y equivocadamente, el debate se presentó como la lucha por una nueva alternativa, cuando en el fondo es un duelo entre los valores de la democracia liberal y el autoritarismo más descarado. Lo ocurrido evidenció el ansia del modelo presidencialista latinoamericano por acaparar todo el poder en un gobierno de hombres y no de leyes, algo que comenzó en Venezuela y se fue extendiendo a Bolivia, Ecuador, Nicaragua y lo intentó en Honduras. A fin de cuentas, una burda copia de la nefasta, trasnochada y criminal dictadura cubana.
El tiempo, afortunadamente, ha evidenciado el fracaso del experimento que se pretendía extender y que ya tiene suficiente contraste con los más de 50 años de tiranía en la isla. Todos los países que pretendieron seguirlo ocupan los últimos puestos en desarrollo económico, libertad de expresión, corrupción, respeto a la propiedad privada y, en general, libertad del ser humano, lo que hace no sea válido como opción. Aunque disfrazado de “socialismo del siglo del siglo XXI”, el absolutismo que se nos avecina dista mucho de cualquier alternativa democrática, sea esta de izquierda o de derecha, y por tanto de un modelo que pueda encajarse dentro de los parámetros de la política moderna. Destruida la libertad como consecuencia del irrespeto a los derechos individuales y por medio de manipulaciones del Estado de Derecho, la convivencia no es posible.
Lo ocurrido en Honduras sirvió de freno para la pretensión del movimiento albista de expandirse por la región (razón del enojo de todos esos energúmenos) y posiblemente nunca lleguemos a saber el impacto real en Guatemala de los acontecimientos que aquel domingo se dieron en el país vecino. Muchos dejaron de reconocer al régimen y otros, contumazmente, no quieren aceptar al nuevo presidente. Se equivocaron los primeros e insisten los segundos en la misma línea. Guatemala, sin política exterior coherente, empleó ese doble e indefinido discurso que nunca dice nada pero que no es propio de quien desea liderar una política regional. A la fecha se sigue sin saber con certeza que se hará porque continúan las declaraciones políticamente correctas y son dependientes de su propia ineptitud y, otro tanto, están vendidos a ideólogos perdidos y obsoletos. Nunca saldremos del atasco nacional, pero por méritos propios y sobrada incompetencia.
Pronto veremos el nuevo régimen hondureño reconocido y aceptado mundialmente y aquí se habrá perdido una gran oportunidad de hacer algo sensato en política exterior. El mundo aceptará tarde que ese movimiento retrogrado venezolano no lleva sino a la destrucción y al caos, aunque algunos sigan dudándolo. En lo político y en lo económico, el intervencionismo nunca ha sido la solución y, aunque el efecto Chávez primero y Obama después -con sus diferencias- fueron la plataforma de muchos ideólogos para presentar una nueva era, ya vimos cuales son los resultados de uno y otro. Todo eso y mucho más ha sido la lección rápida pero contundente, que nos han dado los hondureños.

lunes, 18 de enero de 2010

Lo que Rosenberg desnuda

La “resolución” del caso Rosenberg deja muchos interrogantes en el aire. El primero, es lo insólito del caso. Al parecer, una auto ejecución que supera los guiones más imaginativos y sofisticados de Hollywood, aunque existe una película basada en un caso similar. El segundo, más allá de ese por ahora “final”, es la génesis de la trama. Es decir, la búsqueda del motivo del asesinato del señor Khalil Mussa y su hija Marjorie, a fin de cuentas la razón que origina la “inmolación” del abogado y donde podrían encontrarse motivos suficientes para interpretar ese y otros escenarios de diferente manera. ¿Cómo va esa investigación?. Pareciera que lo urgente se paralizó y cedió el protagonismo a lo importante o impactante. ¿Dejadez jurídica o interés de otro tipo?.
Pero, es el tercer aspecto el que merece una atención todavía más particular, porque a fin de cuentas es el primer problema que le preocupa a la ciudadanía, se manifiesta continuamente en las encuestas y es donde el Gobierno protagoniza un fracaso absoluto continuamente puesto de manifiesto: la inseguridad. ¿Por qué ha pasado por alto, sin aparente alboroto, que con una llamada telefónica se pudiera contactar una banda de sicarios, muchos de alta en la PNC, y planificar y ejecutar un crimen con esa celeridad?. Es decir, cualquiera tiene a la mano, como si de urgencias se tratase, y por una módica cantidad, la posibilidad de que le resuelvan su afán de venganza. Esto es como esos teléfonos de citas que nadie publicita, pero que todos conocen o como ese lugar donde se compran cosas robadas, incluso se encuentran las propias, y se sigue consintiendo la venta con el beneplácito y la aquiescencia de todos, autoridades incluidas.
Funcionarios públicos que deberían velar por nuestra seguridad se dedican, en horas de asueto o incluso de trabajo, a delinquir y contribuyen a incrementar el número de asesinatos, de por sí preocupantemente alto. Cualquier problemilla que usted tenga puede ser solventado por la vía del tiro en la cabeza con una simple llamadita, una rápida sentada en cualquier establecimiento de comida rápida y un pago diferido perfectamente asumible. ¿Sabe lo que eso significa?. Estamos reconociendo y aceptando, con una pasmosa tranquilidad, que el crimen organizado forma parte de nuestra agenda telefónica, está incrustado en las estructuras de las instituciones de seguridad y, para colmo, en nuestra mente. Un Ministro de Gobernación que no sabía que tenía en casa (¿o tendrá todavía?) asesinos a sueldo. Un director de la PNC que desconocía, ¡dicen!, lo que hacían sus oficiales en horas de trabajo o incluso ignoraba las actividades “extraescolares” de los mismos y, en definitiva, un gobernante que es ineficiente en conseguir el mínimo grado de seguridad en las calles, admite el nombramiento de esas autoridades (a pesar de las advertencias que le hicieron) y no emprende la limpieza y enjuicia a quienes deberían impedir, pero no cometer, crímenes. Lo peor, una ciudadanía no ajena a todo ello. ¿A donde hemos llegado?. La omisión, el silencio, el que se conozcan teléfonos de bandas de asesinos y no se denuncien, la complicidad manifiesta y otros delitos similares son los que el abogado, suicidado o asesinado, ha dejado en evidencia. Esto es, el Estado desastre, aunque no fallido, en el que vivimos y que consentimos. Menos jactarse y más ejercicio de la responsabilidad por desconocer lo que pasa o por no actuar contundentemente contra lo que, resulta ahora, era evidente.
¡Cuánto irresponsable en el mismo guacal!.

lunes, 11 de enero de 2010

A dos años del final

“El hombre doctrinario (man of system), en cambio, se da ínfulas de muy sabio y está casi siempre tan fascinado con la supuesta belleza de su proyecto político ideal que no soporta la más mínima desviación de ninguna parte del mismo. Pretende aplicarlo por completo y en toda su extensión, sin atender ni a los poderosos intereses ni a los fuertes prejuicios que puedan oponérsele. Se imagina que puede organizar a los diferentes miembros de una gran sociedad con la misma desenvoltura con que dispone las piezas en un tablero de ajedrez. No percibe que las piezas del ajedrez carecen de ningún otro principio motriz salvo el que les imprime la mano, y que en el vasto tablero de la sociedad humana cada pieza posee un principio motriz propio, totalmente independiente del que la legislación arbitrariamente elija imponerle. Si ambos principios coinciden y actúan en el mismo sentido, el juego de la sociedad humana proseguirá sosegada y armoniosamente y muy probablemente será feliz y próspero. Si son opuestos o distintos, el juego será lastimoso y la sociedad padecerá siempre el máximo grado de desorden.
Para dirigir la visión del estatista puede indudablemente ser necesaria una idea general, e incluso doctrinal, sobre la perfección de la política y el derecho. Pero el insistir en aplicar, y aplicar completa e inmediatamente y a pesar de cualquier oposición, todo lo que esa idea parezca exigir, equivale con frecuencia a la mayor de las arrogancias. Comporta erigir su propio juicio como norma suprema del bien y del mal. Se le antoja que es el único hombre sabio y valioso en la comunidad y que sus conciudadanos deben acomodarse a él, no él a ellos. Ésta es la razón por la cual los príncipes soberanos son con diferencia los más peligrosos de los teóricos políticos. Dicha arrogancia les es totalmente familiar. No abrigan dudas sobre la inmensa superioridad de sus opiniones. Por consiguiente, cuando estos reformadores imperiales y regios condescienden a contemplar la constitución del país confiado a su gobierno, rara vez descubren en ella nada peor que los obstáculos que en ocasiones opone a la ejecución de su propia voluntad. Menosprecian la divina máxima de Platón y consideran que el estado está hecho para ellos, no ellos para el estado. De ahí que el principal objetivo de sus reformas sea remover dichos obstáculos, reducir la autoridad de la nobleza, eliminar los privilegios de ciudades y provincias, y lograr que tanto los individuos y los grupos más importantes del estado como los más débiles e insignificantes sean igualmente incapaces de oponerse a sus dictados.” (Adam Smith. La Teoría de los Sentimientos Morales. 1759).
Y, sin embargo, 250 años después, a pesar de la continua queja de los 500 años de opresión, siguen sin aprender nada ni toman nota de que el fracaso permanente es exclusivo producto de su prepotencia, cuando no manifiesta incapacidad. Creen saberlo todo e incluso son tan osados que consideran pueden pensar y decidir lo que es “bueno” para los demás, eso sí, sin consultarles vaya a ser que descubran que los demás no tienen ningún interés en que nadie decida por ellos. A fin de cuentas, pobres diablos…., que cada día nos hacen más pobres. ¡Todo un canto a la irresponsabilidad!.
En el caso nacional, la foto cursi, la pose amorosa y las magdalenas “regaladas” con dinero público, un evento digno del tercermundismo más patente. ¡Cómo nos van a tomar en serio!.

lunes, 4 de enero de 2010

Dimes y diretes

Desde que este Gobierno llegó al poder aumentaron los comentarios de qué quien realmente mandaba no era el Presidente elegido sino su esposa. A estas alturas del cuento, la incertidumbre está suficientemente despejada, salvo para los incautos.
Para mayor estafa a la democracia, el equipo en la sombra está conformado por toda una mesnada de la vieja izquierda vengativa, ideológicamente perdida y revanchista. Se pueden ver “grandes figuras” cerca del poder, como la de un ex secretario general de la URNG, condenado por violación y ahora prominente asesor presidencial, quien el pasado 12 de octubre firmó una carta, como representante gubernamental, donde acordó, con otro grupo también de ese ramal ideológico -FRENA-, la intervención de la empresa eléctrica en San Marcos. Los “intelectuales del régimen” y otros interesados, han contribuido creando el grupo FARO y utilizando peroratas de los sesenta, que ya costaron mucha sangre en América Latina, desean impedir que sus amigos que viven de privilegios dejen de hacerlo, USAC especialmente incluida. Promueven “espacios de discusión” donde corean los únicos gritos que aprendieron en las pocas clases a las que asistieron en la misma universidad y los comparten con un representante del sindicato del TSE para dejar claro que están contra PROREFORMA, con posturas que únicamente promueven el rechazo visceral pero nunca la alternativa propositiva, resultado de un trabe ideológico y de una incapacidad manifiesta. El denominado “sindicato magisterial”, representado por un personaje que no fue expulsado por dejadez y frivolidad de autoridades que no cumplen con su deber, promueve la postura oficial y se torna el mejor mercenario para bochinches. Curiosa también, ¡cómo no!, la postura del impávido Ministro de Finanzas quien hace un presupuesto que solamente él se cree para que finalmente lo manosee uno de sus ex subalternos con opuesto criterio y el fin último de financiar toda esa silenciosa involución. La guinda, la ponen otros del entorno próximo que con odio compulsivo, polarizan y homenajean a asesinos y delincuentes de aquel conflicto armado que todavía perdura en sus mentes, olvidándose de otras víctimas, al mejor estilo argentino del momento. La orquesta se acompasa bajo la batuta experta de una embajada isleña y otros caribeños más novatos, asiduos consejeros.
El Presidente está siendo progresivamente apartado de la gestión política, tal como se hizo con el Vicepresidente, y lo contentan con sus programitas de radio y sus “gobernando con la gente”, que le preparan días antes para que todo quede como le gusta y las preguntas sean las “pertinentes”, mientras tras bambalinas otros mueven los hilos. La realidad es que el país está gobernado por algunos que nunca elegimos y manipulado ideológicamente por quienes tampoco fueron capaces de obtener representación política suficiente. Si a ese manifiesto escenario le sumamos los tránsfugas que incorporan al Congreso partidos políticos que nadie voto y tampoco existían durante el proceso electoral, conformamos la debacle en que vivimos y enfrentamos un enorme fraude a la democracia.
Este año 2010 es decisivo. Es la oportunidad de oro para que intenten rentabilizar las “inversiones” que están haciendo opacamente con dinero público. Veremos, seguramente, cosas mucho peores y golpes de timón que serán auténticos golpes de estado, aunque esa denominación la reserven para sus oponentes. Esa trasnochada izquierda codiciosa cuyos discursos descansan en el pueblo y en la gente, nunca se ha preocupado por nadie que no sea su propio ego y sus mezquinos intereses. Promueven la polarización, el miedo, el odio y mucha violencia y se constata que no han evolucionado positivamente en nada.
¡Feliz Año!..., a todos.