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lunes, 29 de mayo de 2023

Un viaje a ninguna parte

Ninguna sociedad ha evolucionado o se ha desarrollado sin enfrentar las vicisitudes que, según el momento, la historia ha puesto delante de ella

Sume los votos que recibieron en las pasadas elecciones personajes y partidos políticos de los que ahora nos quejamos permanente y preste atención a la cifra resultante. Naturalmente ganaron y colocaron a sus representantes en puestos de gobierno.  Y es que los corruptos no florecen en las instituciones por generación espontánea, sino que es el ciudadano quien los sitúa allí con su voto.

Nos hemos acostumbrado a culpar a medio mundo de nuestras desgracias político-sociales: que si la Conquista, los criollos, la élites, el conflicto armado o cualquier otro difuso grupo/concepto de moda, sin advertir que el verdadero culpable aparecería si nos miráramos al espejo. La callada realidad es que no somos los mejores a la hora de asumir responsabilidades ciudadanas. Leemos poco, por eso la mayoría de los partidos carece de programa político, y no dedicamos tiempo suficiente a investigar a quienes votamos, mientras se camuflan detrás de eslóganes, colores o cancioncitas del momento. Nos dejamos impresionar por mafiosos conocidos y algunos se preocupan más por la foto con el candidato delincuente de turno que  por el futuro que le deparará cuando lo vote.

Ninguna sociedad ha evolucionado o se ha desarrollado sin enfrentar las vicisitudes que, según el momento, la historia ha puesto delante de ella. Ya basta de victimizarnos constantemente, de berrinches e infantiles pataletas, de ejercer de plañideras profesionales y de rogar que otros vengan, con sus intervenciones, a solucionarnos nuestros los problemas. Dejemos de promover el mensaje de no podemos, cuando realmente no queremos complicarnos la vida y asumir responsabilidades, mientras esperamos que otros pongan la cara y el dinero, y asuman los costos que no estamos dispuestos a aceptar. Lo triste es que no nos avergonzamos del presente ni mucho menos del futuro que dejamos a nuestros hijos, a quienes preferimos sacar del país antes que hacerles ver que merece la pena seguir luchando por lo que hay por construir.

Dejemos de proclamar que no hay opciones porque quitan del listado a dos o tres, ya que siguen quedando veintitantos más el voto nulo. Y si todos esos no son alternativas, entonces tengamos el valor de cuestionarnos el modelo “democrático” que hemos organizado y debatir los cambios oportunos para que la mayoría no siga imponiendo a aquellos a quienes se parecen. 

Rompamos las cadenas de sindicatos mayoritarios que arrastran a sus afiliados y familiares a votar para seguir contando con privilegios propios de chantajistas, y cada año depredan los pocos recursos disponibles para salud y educación. Tumbemos a grupos mafiosos de otros sindicatos como los del puerto que generan ganancias para ellos y son una fuente de trabajo para sus familias y allegados. Cerremos los del organismo judicial, municipalidades, ministerio público, Congreso y demás entidades del Estado que se reparten bonos, fiestas, vehículos y privilegios ¡Pero digámoslo alto y claro!, y no con timidez ni con vacías y floridas palabras.

Algunos dicen que tenemos el gobierno que nos merecemos, pero seguro es al que nos parecemos, porque es votado por esa mayoría que vive del cuello, de los privilegios, de la toma de las instituciones estatales y de la coerción. Se eligen narcos porque hay narco; delincuentes y corruptos son designados por sus pares; mafiosos votan por otros iguales…, y al final esa sociedad podrida es la que coloca a quienes nos “gobiernan” por los siguientes años, porque el clientelismo da de comer, y es mayoría.

Los demás, cobardemente pusilánimes, solo saben quejarse, mendigar y aguantar estoicamente el sacrifico permanente, sin avergonzarse, porque, como dijo Maquiavelo, “quien controla el miedo de la gente se convierte en amo de sus almas”.

lunes, 22 de mayo de 2023

Apocalipsis en Narnia

A 500 años de conquista -y 200 de independencia- seguimos sin advertir que tenemos un país que se hunde ¡Vaya futuro el nuestro!

La hoja de ruta electoral nos lleva a algún lugar recóndito, fantasioso y desconocido que no se parece en nada a lo que debiera ser un espacio de reflexión racional y meditada sobre el futuro del país, que falta nos hace.

La candidata Torres, “Sandra la desenfrenada”, propone en Twitter, cada 15 minutos, una ocurrencia nueva: quita el IVA, duplica la pensión a los jubilados o propone arreglar el problema del tráfico con transporte colectivo, entre otras “novedades”. Dos respuesta omite sistemáticamente: de dónde piensa sacar el dinero y por qué no lo hizo en todos los años de gobierno de la UNE, tanto en el ejecutivo como en el legislativo y municipal, donde contó con al menos un tercio de los diputados y alcaldes ¿Cuántas deudas por pagar y cuánto botox más deberemos soportar? 

“Zury la prudente”, pasa el tiempo sin apenas decir nada, mientras exhibe sombreros aristocráticos propios de eventos en cortes sajonas o largos vestidos de hechura decimonónicas ¡Ven HOLA, que habemus reportaje!, porque propuestas de campaña nell.

Don Manuel Villacorta “el jubilado progre” critica el transfuguismo sin advertir -o se hace el loco- que está en un partido de tránsfugas de la UNE y que él mismo es uno de Winaq, como Aldo.

Pineda, “el rey sol tropical, cree que la labia es la llave de entrada a todas partes y agarra el discurso manido de “el pueblo” para sustentar cualquier despropósito y sostener interminables peroratas que no pasarían desapercibidas para cualquier estudiante iniciado en ciencia política. Se enoja, altera, llora y hace siempre lo que quiere porque “sigue siendo el rey”, como en la canción.

Mulet, al mejor estilo Reagan, contesta sarcásticamente a unos y otros. A quienes le llaman viejito los reta a remar en el lago, mientras a la candidata de la UNE le responde que no la invita a leer vaya a ser que se le caigan los papeles. Ya sabemos aquello de “más sabe el diablo por viejo…,”

Bernardo Arévalo, “el de discurso florido”, es censurado por muchos que confunden el significado de conservadurismo, porque no han aprendido que ser conservador no es un tema de derechas, sino que tiene actitud propia. Por eso, cuando no satisfizo a la tribu sobre temas relacionados con la unión de parejas no heterosexuales se lo reprocharon, y ahora Semilla "es más de derechas". Debió aprender del exPDH que no condenaba el aborto -porque estaba en contra- pero callaba para no ser cancelado.

Los veintipico restantes no se han enterado de que inició la campaña y si lo hicieron andan despejando la selva o seleccionando la fotografía que figurará en los carteles. 

Mientras tanto, ciertos diputados se acusan entre ellos de copy-paste, y de que yo fui quien primero propuso la ley que, por cierto, nadie aprobó, así que por acción u omisión todos se señalan como incapaces de llegar a un acuerdo en el que todos “están de acuerdo”. 

Por su parte, los candidatos a la Muni capitalina andan perdidos por las distintas zonas, quizá porque como no hay transporte colectivo y se tardan horas de ir de uno a otro lugar, no son visibles para nadie.

Esto sería un perfecto y exitoso monólogo de stand-up si no fuera porque llora sangre tanta estupidez, incapacidad, mediocridad, populismo, tropicalismo y bananerismo. El votante, acostumbrado a refugiarse en tik-tok y reírse de visuales obras de arte a la estupidez humana, parece ignorar que el futuro del país está en juego. A 500 años de conquista -y 200 de independencia- seguimos sin advertir que tenemos un país que se hunde ¡Vaya futuro el nuestro patrón!

lunes, 15 de mayo de 2023

Resabios de autoritarismo presidencial

El diseño institucional -cuestionado hace tiempo por Juan Linz-  viene creando problemas con el tiempo al generar pugna entre poderes

Bukele, Pedro Castillo y ahora Petro pareciera que llegaron al poder sin enterarse de que en sus respectivos países hay un sistema presidencialista. Bukele entró con militares a la Asamblea porque aquella -en la que no tenía mayoría- no hizo lo que él quería. Castillo intentó disolverla, y le costó un proceso judicial y prisión preventiva, de momento. Petro, al advertir que el Congreso no apoya sus reformas, ha amenazado con utilizar la lucha callejera, actividad en la que demostró ser experto en el pasado.

Los tres actúan de igual forma autoritaria, porque no comprende ni aceptan el modelo de organización político-estatal de sus respectivos países: la república presidencialista. En ella, el ciudadano elige y deposita simultáneamente su confianza en el presidente y en el diputado, de forma que la representatividad está igualmente repartida, y ambas instituciones simbolizan y representan la unidad nacional. Por lo tanto, cuando el poder ejecutivo toma una decisión, puede ser vetado o no apoyado por el poder legislativo, y viceversa, porque ambos cuentan con idénticos argumentos de representación y legitimidad popular. El diseño institucional -cuestionado hace tiempo por Juan Linz-  viene creando problemas con el tiempo al generar pugna entre poderes -más que un equilibrio que debería conducir al diálogo-, especialmente cuando los presidentes no cuentan con las mayorías parlamentarias necesarias para sacar adelante sus proyectos y se creen únicos representantes de la voluntad popular, sin aceptar que el poder está igualmente repartido.

Las experiencias citadas deberían hacernos reflexionar seriamente sobre lo que aquí ocurre, y se nos viene nuevamente. Desde hace tiempo se ha estado produciendo una marcada divergencia entre legislativo y ejecutivo, y a los sucesivos presidentes no les ha quedado de otra que acercarse al legislativo y alentar el transfuguismo político para conformar bancadas más numerosas que les permitan gobernar sin negociar. Prohibido aquello, se dedicaron a comprar votos en un Congreso prostituido y absolutamente mercantil y rentista. Unos más que otros, hemos visto a casi todos los partidos políticos votar con el oficialismo. En ocasiones -no hay que negarlo- por coincidencias programáticas o necesidad nacional, pero en la mayoría de ellas ha sido patente la compraventa de favores en beneficio de aquellos que otorgaron votos cuando fueron necesarios.

Esa práctica ha ido creciendo y con lo años el costo también ha aumentado, por lo que es de esperar que el gobierno próximo no sea una excepción, especialmente si alcanza el ejecutivo un partido con escasa red de infraestructura política nacional, y ejemplos sobran. De ser así, se desencadenará una pugna por el control de Congreso y, si no se consigue -que será lo normal-, el presidente de turno querrá meterse “al pueblo” en el bolsillo para tomar las calles, como Petro ha amenazado en Colombia, y en Perú se intentó. Se perderá la poca cordura que queda y las batallas callejeras, “el serranazo 2.0” o la compra carísima de diputados serán las opciones.

Algunos piensan que votar en línea es la solución, lo que podría aceptarse si hubiese partidos mínimamente decentes, cosa que no ocurre, así que darle el poder total a un montón de delincuentes, chabacanos o sinvergüenzas es acelerar la muerte civil, y poner a plazo fijo de cuatro años el futuro político nacional, porque no hay marcha atrás para ese lamentable error.

Si lo teníamos difícil, ahora está más complicado con este agregado, pero es la responsabilidad histórica en que la vida coloca a cada ciudadano. Deseche a los inservible, que hay muchos, y sea responsable con su voto, el mayor poder con el que cuenta el ciudadano y del que muchos no son conscientes.


lunes, 8 de mayo de 2023

Narcoestado en el horizonte

A medida que surgen noticias y se sabe de los personajes que rodean al candidato, el narcoestado nacional pareciera configurarse en todo su esplendor

La semana pasada advertimos súbitamente que hay un candidato con alta intención de voto. Hasta entonces, Carlos Pineda era alguien que venía “sonando” pero que no había pasado el filtro de la encuesta electoral. Un personaje iracundo, sin conocimiento de política, campechano, hablador, locuaz. Su maquinaria electoral -enorme y mayormente digital- no había sido detectada y quizá esa era la estrategia que ahora se visualiza con mayor claridad.

La idea era posicionarlo sin que llamara la atención, y llevarlo silenciosamente a la parrilla de salida, lo que generaría seguimientos mediáticos del resto de candidatos y la “ignoración” de Pineda, ya que no todo es claro a su alrededor, y cuanto más tarde se supiera de su entorno y amigos mucho mejor, para que el tiempo juegue a su favor. Sin embargo, las mismas redes que lo promoviendo, fueron capaces, en cuestión de días, de exponer la realidad, y ahora inicia la dura batalla.

Pineda comenzó como candidato vice presidenciable -aunque no llegó a ser proclamado- del delincuente Mario Estrada, condenado en USA. Luego formó un partido con los Baldizón, pero Manuel -otro delincuente condenado en USA por lavado de dinero- al salir en libertad condicional, tomó las riendas del partido y lo expulsó. Así que, tras corto peregrinaje, terminó en un partido lleno de personajes señalados de graves delitos, con los que ahora se codea, aunque él diga que no son de su cuadrilla y se distancie de ellos a la vez que pide el voto para “el lápiz”. 

Pineda se enerva, especialmente cuando se le pregunta por la visa que no tiene para ir a EE.UU., algo que los norteamericanos niegan silenciosamente a personas relacionadas con la criminalidad organizada. Dice que nadie lo finanza, pero se mueve de un sitio para otro en caravanas con carros blindado y seguridad con armas largas, al mejor estilo de Sinaloa. Si en verdad nadie lo finanza -algo muy pueril de pensar- la sola “inversión” propia apunta a que terminará por cobrarla, lo que lo hace igualmente peligroso en el manejo de lo público, que por cierto desconoce con grandeza.

A medida que surgen noticias y se sabe de los personajes que rodean al candidato, el narcoestado nacional pareciera configurarse en todo su esplendor. Aquella CICIG que persiguió el financiamiento electoral con ahínco, ignoro, sin embargo, al narcotráfico y al crimen organizado, y dejó vía libre a quienes han crecido en el aporte de dinero para candidaturas municipales y nacionales. Ahora que el dinero se controla teóricamente -lo que es bueno- aflora únicamente el que no está controlado: el dinero sucio.

Dime con quien andas y te diré quién eres, dice ese refrán popular, y de momento al señor Pineda se le ha relacionado con esos delincuentes citados -Estrada y Baldizón-, pero también con el exasesor de la diputada García Navarijo -Ernesto Barrios-, Jorge Tobar Sosa sindicado en 2013 por lavado de dinero, Lesley Buezo exdiputada captura en Honduras, Fredy Salazar con orden de extradición por tráfico de cocaína, y otras bellezas similares.

No se trata de desprestigiar, sino de analizar de quien estamos hablando y las graves consecuencias que puede padecer el país de ser electo. Tampoco es que ahora que ha salido puntero en las encuestas se activen las críticas, sino que hasta ahora no se había prestado atención al personaje porque estaba en “zona gris”. Pineda es un Baldizón 2.0, pero sofisticado y con discurso populista, aunque eso no sería tan malo si sus socios no fuesen delincuentes confesos y personajes señalados por narcotráfico.

¡Al tanto con su voto, ahora más que nunca el ciudadano responsable tiene la llave!


lunes, 1 de mayo de 2023

El derrumbe de los muros

Quizá estamos asistiendo al nacimiento de “Latinoamérica” como nueva región que desecha el concepto iberoamericano, pero también el de América latina

El derrumbe del muro de Berlín -porque allí no se cayó nada-, sorprendió en su momento y evidenció que muchas cosas no son previsibles ni siquiera en el corto plazo, mucho menos eternas. Para que ocurriera se dieron determinadas circunstancias, entre otras la concurrencia del liderazgo de Margaret Thatcher, Ronald Reagan, Juan Pablo II y Mijaíl Gorbachov. Años atrás, hubo intentos de terminar con la Unión Soviética, pero no resultó porque el tiempo hace converger actores y situaciones para que ciertas cosas sean posibles. Aquella lección seguramente sirve como elemento de referencia para el análisis de otros escenarios, dando la sensación de que se puede estar llegando tarde al que se manifiesta en América latina.

El “muro de la doctrina Monroe” está, cuando menos, muy debilitado. No solamente por la acción de China y Rusia, que conquistan terreno a velocidad inimaginable hace apenas diez años, sino que hay una confluencia de actores que establecen cierto paralelismo con lo sucedido en la Europa entre décadas de los ochenta y noventa. La reaparición de Lula, el protagonismo de López Obrador y la llegada de Petro, además de la suma de Nicaragua, Cuba, Venezuela, El Salvador, Honduras, Argentina y Chile -por lo menos- genera una dinámica en la que, casual o causalmente, confluyen esfuerzos por promover un liderazgo latinoamericano como pocas veces se puede recordar desde las independencias.

Contrapuesto a la concurrencia señalada -y como pasara con Gorbachov- los Estados Unidos están sumidos en una crisis interna con marcada carecían de liderazgo -demócrata y republicano- que genera una introspección político-social aguda, dificulta el ejercicio político y descuida la política exterior. De esa cuenta, se genera una dinámica continental de la que puede surgir esa nueva referencia opacada, hasta el último cuarto del siglo XIX, por el decadente imperio español del momento y, a partir de entonces, por el naciente norteamericano.

Quizá estamos asistiendo al nacimiento de “Latinoamérica” como nueva región que desecha el concepto iberoamericano -con cordón umbilical en la península que la conquistó- pero también el de América latina, como el sumatorio de un conjunto de países sin dinámica convergente. Los herederos de aquellos españoles, sometidos posteriormente por los USA, recuperan, desconectados de "sus progenitores", el poder político y social y edifican sobre pilares de identidad e idiosincrasia propias. Ese nuevo espacio geoestratégico no solamente tendría vida propia, y una dinámica que se iría alejando de postulados tradicionales de dependencia, sino que se podría sumar, como un peón más, al juego político mundial y confrontar el tradicional liderazgo USA, con el consecuente efecto negativo para los del norte.

La mala noticia es que, de forma similar a cómo ocurriera con la revolución china y la rusa, todo surge de movimientos ideológicos de izquierda revolucionaria-radical, y eso puede terminar por desintegrar la compleja alianza de los países latinos y polarizar o radicalizar la oposición de aquellos que no comulguen con el movimiento o, para ser exitosos, tener que sumar regímenes autoritarios “aliados” como China y Rusia. 

¿Asistimos al nacimiento de "Latinoamérica” como nuevo espacio geopolítico? ¿Qué papel estaría dispuesto a jugar la apocada Unión Europea en todo esto? Difícil a estas alturas tomar posición, pero pareciera que pueden conjugarse y compararse ciertos elementos con los procesos históricos citados. Nada es igual, pero siempre hay signos que delatan situaciones similares de cuyos resultados hay que tomar nota.

Es posible que sin advertirlo, estemos viviendo un nuevo cambio de era, de liderazgo y de tonalidad político-ideológica en el eterno y mal cuidado patio trasero de “las Américas”.