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lunes, 28 de abril de 2014

Día del trabajo


El trabajo es el refugio de los que no tienen nada que hacer (Wilde) 
Me sigue llamando la atención que se conmemore el día mundial del trabajo no trabajando. Desde el Génesis el trabajo se convierte en maldición necesaria para acceder a la alimentación, con aquella sentencia de: “ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Es el punto de quiebre -muy cercano a la “creación” del hombre- en el que la vida placentera se trastoca en suplicio: “con penosos trabajos comerás de ella [de la tierra] todos los días de tu vida”. Aquel inicio posibilitó, seguramente, otras expresiones posteriores, como la del “tiempo libre”, referida al periodo en que una persona no trabaja y, consecuentemente es “libre”. Pareciera  presuponerse que el trabajador es esclavo de lo que hace, razón por la que hay que contar con periodos de tiempo para hacer lo que a cada quien le gusta.
En todos los países se llega a una edad oficial de jubilación -derivada de júbilo- que representa el momento en que se deja de trabajar y comienza a “disfrutar” los años que puedan quedar de vida. En ocasiones muy pocos, para quienes, felices con lo que hacían, tienen necesariamente -y por ley- que abandonar su trabajo y dedicarse a ver cómo llenan el “tiempo libre”. El trabajo se visualiza y posiciona como una pena, un castigo que hay que pagar y soportar por el hecho de ser humano, y al que hay que abocarse para poder mantenerse. Nada más lejos de la realidad. Quien trabaja en lo que le gusta es capaz de dedicar jornadas completas sin inmutarse ni cansarse, y no precisamente por dinero. Muchos deportistas, por ejemplo, practican/juegan por horas o días mientras disfrutan de lo que hacen. En todas las profesiones hay personas felices con aquello que desempeñan y el trabajo no es una maldición ni un suplicio, sino una actuación natural que permite realizarse y disfrutar.
No se puede continuar lanzando el mensaje de la maldición del trabajo. Muchos jóvenes ven el acceso al mercado laboral como una necesidad, una condición sin la cual no se puede ingresar en una sociedad formal, y en lugar de hacer aquello que les gusta y apetece -por lo que seguramente se harían más rico y serían más felices y exitosos- buscan la necesaria complacencia social, y formal. Tampoco habría que prescindir de las personas que desean continuar con su vida laboral después de cierta edad, en tanto les acompañen las condiciones adecuadas para desempeñar la labor que hacen. Se desaprovecha un capital humano porque “la ley” decidió que se tiene que marchar al cumplir la edad -arbitrariamente determinada- de retiro. Debe de apartarse de lo que le gusta y hacerse a un lado para “disfrutar” la vejez, sin que nadie le haya preguntado si quiere continuar con su actividad o replegarse a un rincón de su casa en busca de qué hacer o cómo llenar ese tiempo que ahora le sobra. La expresión -más gringa que latina- de “gracias a Dios, es viernes”, agrega una guinda a estos comentarios.
¡Yo soy muy feliz con lo que hago! No me agota, no me aburre ni me cansa, y el tiempo da para mucho más porque gozo lo que hago. Quien se contraríe o crea que es castigado, medite cuál es la razón de no hacer lo que desea. Es normal que mucho frustrado loquee en este día o se manifieste con jolgorio por los “logros laborales” ¿Será que ese es su trabajo. El de no hacer nada?

lunes, 21 de abril de 2014

De munis y maras


 "La buena ocasión, propicia al ladrón"
En estas fechas y otros momentos vacacionales, es frecuente observar a funcionarios de ciertos municipios cobrar una determinada cantidad de dinero al atravesar la localidad en vehículo, so pretexto de mejorar la dizque seguridad, la limpieza municipal o cualquier otra pinche justificación. Entre ese chantaje y el que hacen delincuentes talacheros sancarlistas, mareros en tiendas de barrio o es cobrado por extorsionistas a los buses, no hay más diferencia que el uniforme de PMT que utilizan aquellos, la venía municipal y la colaboración ciudadana.
Me he negado a pagar esos asaltos, y lo continuaré haciendo. Esta temporada de turisteo he documentado tres casos. El primero en La Antigua, donde a la entrada ofrecen voluntariamente un marbete con el fin de poder aparcar en la calle. Es optativo y responde al uso de la vía pública para estacionar, algo que podría sustituirse por parquímetros. Es discutible, pero tiene un cierto sentido y no es obligatorio. Otro caso vivido fue en Sololá, a la salida del municipio ni siquiera a la entrada. Un grupo de PMT,s impedía continuar hacia Panajachel porque exigían pagar el "arbitrio" que arbitrariamente cobraban. Provocaban colas y obstaculizaban la libre locomoción, recordando asaltos de antaño en las montañas sololatecas. Viejas prácticas que parecen no olvidarse y se oficializan sin pasamontañas. La tercera y última experiencia fue a la entrada al Puerto de San José. Una situación tan deleznable como el de la antesala del lago Atitlán. Idéntico atraco con similares uniformes y modos.
Lo malo no es la situación delictiva en la que incurren esas municipalidades sino el desinterés general por atajar el problema y mucho peor, la complacencia, pasividad o conformismo con que se aceptan sin rechistar esas situaciones. En esta ocasión la víctima es corresponsable del delito. El silencio cómplice o cobarde -mismo que alienta a los talacheros sancarlistas y a los mareros extorsionadores- es el caldo de cultivo que reproduce esas actitudes con asombroso grado de impunidad. El absurdo -para explicarlo mejor- sería viajar de Guatemala a Puerto Barrios o Quetzaltenango, pagando en cada municipalidad que se atraviesa. Si entendió el despropósito pregúntese ahora por qué paga, aunque solo sean "Q5 que no van a ninguna parte" o "que no lo empobrecen", argumentos que escucho cuando cuestiono esas situaciones. Si no entiende el problema y lo confronta contundentemente, los chantajes y extorsiones seguirán por culpa de la inacción. Se pagan impuestos para invertirlos en seguridad, adecuadas vías de comunicación y limpieza de la ciudad. Pero cuando el dinero público se malgasta o se roba -práctica demasiado frecuentemente-, queda un déficit que se pretende equilibrar no importa como ¿Fiscalizará la Contraloría de Cuentas ese dinero que ingresan las munimaras? Es más, ¿se enterará siquiera de esos ingresos?
Estamos mal y permitimos que pisoteen nuestra libertad y derechos, sin hacer mucho al respecto. Con actitudes serviles o permisivas de las que culpamos a otros, transmitimos la sensación de que pueden seguir haciéndolo, sin advertir ni reparar en nuestra responsabilidad. Lo próximo será consentir que ciertos avaros populistas se queden con el país a pesar de que muchos se llenan la boca diciendo que lo aman, pero en la práctica no hacen mucho por valer sus derechos ni dan la cara. Esos ladronzuelos municipales son delincuentes. Sin embargo, no los mire con desprecio, obsérvese al espejo con pena y vergüenza mientras -incapaz de otra cosa- prepara los cinco quetzalitos y busca cualquier excusa que justifique su cobardía frente a sus hijos o amigos.

Questions


 Verdades a medias que suelen ser sutiles mentiras
El Consejo Superior Universitario (CSU) "conoció" la Baldicopia y dictaminó que cumplió con los requisitos administrativos y legales. Sin embargo, dejó más interrogantes que respuestas. Obvió el tema de la comprobable copia y eludió cuestiones trascendentales que necesariamente debería haber aclarado. Por ejemplo, queda pendiente explicar:
-     ¿Qué quiso decir -si tiene explicación- con solicitar a la Dirección General de Docencia, que presente un informe en torno a los procedimientos de investigación en torno a la tesis del doctorado…” (sic)? ¿Pudo hacer una redacción más clara y precisa, o no interesó?
-    ¿Por qué en la tesis se habla del Dr. Arturo Fajardo y en el informe del Director General de Docencia del Lic. Arturo Fajardo? ¿Qué grado tenía? ¿Puede un licenciado examinar tesis doctorales?
-   Dice el informe que el trabajo de tesis llena los requisitos establecidos por la unidad académica. Entonces, ¿cuáles son los dos artículos científicos -al menos- publicados en revistas con Consejo Editorial que hizo el doctorando como requisito de graduación? (art. 7). Además, si reconoce que debe ser un trabajo original y por tal entiende, citando el DRAE:que resulta de la inventiva de su autor, al haber copia -que la hay- no es de su inventiva ¿Llena requisitos o no los llena?
Los informes culpan al autor -que la tiene- y a su asesor el doctor Mosquera, aunque hay evidencias suficientes de manipulación de la tesis, algo que debería haber investigado el CSU o denunciado aquel (¿Le preguntaron? ¿Debieron haberlo hecho?). Entre las dudas que surge destacan:
-     El asesor dictaminó -según el documento- el febrero22 de junio 2006 (sic). Es decir, en "esos meses" se entregó la tesis finalizada, requisito para proceder al examen. Sin embargo, el cuerpo de la tesis -páginas 45 a 50 y en la 70-  incluye documentos y actuaciones posteriores, lo que indica que tras haber sido depositada, alguien o algunos, introdujeron párrafos. ¿Dejaron al asesor fuera del juego sin su conocimiento? ¿Ingenuidad? Además de vulnerar los requisitos administrativos y legales -que dicen se observaron-, una “nueva” tesis, ¿no hubiera requerido un nuevo dictamen?
-     Un documento incluido en la tesis, certifica el acta del examen doctoral de fecha seis de marzo de 2007 (casi un año después de haberse entregado). El CSU no la solicitó ni aparece en ningún otro informe ¿Qué ocurrió en el examen? ¿Hubo únicamente ese o en otro anterior decidieron cambios?
-    El asesor incluye un párrafo en su dictamen y afirma que el doctorando pasa revista a juristas como John Jackson, Mitsuo Matsushita y otros... No obstante, ninguno de los dos está citado en el trabajo o en la bibliografía  ¿Está hablando de otro trabajo diferente? ¿Cómo explicarlo?
-    El título del trabajo citado en el informe del asesor no se corresponde con el que figura en la tesis ¿Cuantas cosas se cambiaron sin conocimiento de aquel? ¿Qué fue de la tesis original?
No despejaron dudas ni pareciera haber mucha voluntad de hacerlo. Se cumplió y observó el formulismo, mismo que se hizo con la tesis pero en modo alguno la intención fue otra, lo que representa un engaño más a la ciudadanía cuyos impuestos pagan a muchos de esos "académicos". Hay más, y el CSU debería tomar la batuta y aclarar lo que pasó con la tesis objeto del dictamen que pareciera no ser esa que, además, no responde a parámetros de una tesis doctoral ¡No acabó la discusión ni se cerró el tema! Hay muchos irresponsables, y al menos un embustero ¿O será a la inversa?


lunes, 7 de abril de 2014

Al oído de MB


No ofende quien quiere sino quien puede
Desde que se hiciera público la “falta de citas” en aquel libro “del” señor Baldizón y se comprobara que había “presunto” plagio en la ideología del partido y en su tesis doctoral, los campos pagados en prensa “perdonando” a sus “ofensores”, los sistemáticos ataques anónimos, las querellas y otra suerte de actuaciones agresivas no han cesado, sean firmados por él, por ayudantes, por “amigos” -algunos de los cuales dicen no haber autorizado dichas publicaciones- o por colaboradores conocidos. La estrategia de regar basura, pretender ocultar el problema: está dolido en su ego porque hizo fraude, copió trabajos y vendió una prefabricada e irreal imagen. Se evidenció la farsa, y fue descubierto
Sin remontarnos muy lejos, recordemos la Venezuela de finales de los 90,s. Muchos cándidos -hoy desposeídos, desterrados o asesinados- creyeron las cantaletas de Chávez y sus amigos (ahora en el poder). Años después, la cuña populista que se abrió brecha entre disputas ideologizadas, hunde y destruye aquel país. Eso es exactamente LIDER en el espectro político nacional. Suerte de populismo que puede empoderar a personajes de los cuales nos arrepentiremos cuando sea tarde.
Desde tribunas anónimas o camufladas se producen diariamente ataques contra quienes ejercen el periodismo libre. Páginas anónimas (Conciencia Guatemala) que contienen ataques contra personas pero que ensalzan a Baldizón y a su grupo, y borran videos cuando se descubre quienes están detrás. O un pasquín (La Tribuna Guatemala), dirigido por Eugenia Ramírez, que calumnia, desprestigia o ataca a todo aquel crítico de LIDER -o sus cabecillas- que considera mediáticamente influyente. En la sombra, personajillos que hacen videos, los montan y manipulan, y promueven fotos de mítines amañados. También anónimos escribidores que redactan con el hígado más que con el diccionario y utilizan esa su escasa ventaja competitiva, puesto que es lo único que saben y pueden hacer, y por lo que les reconocen.
Mal camino ha tomado el populismo de LIDER. Si lo mejor que tienen es promover el insulto y reaccionar atacando la libertad de expresión -directa o indirectamente-, eligieron el camino incorrecto para alcanzar el poder que erróneamente creen tener en la mano, sin darse cuenta del desprestigio que cada actuación les provoca. La ambición por apoderarse del país les ha hecho atragantarse y piensan que pueden convencer, influir, coaccionar o comprar voluntades, sin advertir que muchos no se venden, nos no vendemos -ni a ellos ni a nadie-. Somos libres y hacemos de nuestra libertad y ética profesional el más preciado patrimonio. El país no es una finca petenera ni un Departamento de esos que manejan ciertos diputados a su antojo. Hay muchas personas honradas que no se prestan a modelar sus escritos ni a recibir pagos mercenarios.
Señor Baldizón (y amigos), ¡deje de hacerse el distraído! Reconozca que mintió con sus infames “presuntas” copias y no desvíe la atención de hechos suficientemente constatados y probados. En su lugar, muestre más caballerosidad, rectitud y hombría, y asuma sus responsabilidades. Gaste su dinero (¡porque espero sea suyo!) poniendo los campos pagados que quiera, permita, consienta, aliente o ignore a quienes bajo su manto o control se dedican a difamar, insultar, calumniar o amenazar, pero quede advertido que esa no es la ruta correcta. Muchos no nos vendemos ni nos asustamos y la responsabilidad de lo que pueda pasar o pasarnos -por su acción u omisión- es exclusivamente suya. Por la presente queda enterado, en esta ocasión sin posibilidad de almuerzo de disculpas como la última vez.