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lunes, 26 de diciembre de 2016

Élites y desarrollo

¡Que vengan muchas élites que traigan innovación, inversión y empleo!

La hipótesis de los autores del libro “Por qué fracasan los países” -regalo de un amigo que leo vorazmente- es que en estados sin institucionalidad y corruptos las personas no pueden utilizar su talento, ambición, ingenio y capacidad y, consecuentemente, el desarrollo es lento, imperceptible e inaceptable. Culpan los autores -propuesta que comparto- a ciertas élites que se apoderan del poder y promueven una dinámica de ambición personal que enriquece a unos pocos, mientras empobrecen al resto, lo que genera, además, desigualdad.
Esos países fracasados se pueden agrupar en dos bloques. Uno, dictaduras y regímenes autoritarios como Venezuela, Cuba o Corea del Norte, amén de muchos africanos. En ellos, élites usurpadoras del poder se enriquecen y manejan los asuntos públicos a discreción, con desprecio del estado de derecho e inobservancia de los derechos individuales. Otro, aquellos que cuentan con una democracia aparente y formal. Un estado de legalidad, normado y normativo, pero en modo alguno con leyes generales, universales y que se cumplen por todos los ciudadanos. Es en este último grupo que se camuflan muchos países latinoamericanos; Guatemala no es la excepción.
Ciertos personajes han centrado su discurso -que no cambia al igual que ellos- en la crítica continuada a las “élites económicas tradicionales”. Olvidan interesadamente élites de poder local que han alentado intervenciones militares y que Gustavo Porras señala abiertamente como incitadoras del conflicto en el triangulo ixil. Elites ixiles -¡por supuesto!- que no querían ver cuestionado su poder. El interior del país está lleno de élites que imponen normas, justicia, parámetros de conducta, alientan linchamientos y no permiten movimientos fuera del guión ¿Se ha preguntado usted en qué punto está, por ejemplo, la revolución juvenil maya? ¿Existe siquiera o es acallada porque no permiten argumentos diferentes al de las élites comunitarias tradicionales?
Más modernamente, élites políticas como la de los Barquín, Loaizas, Baldizones, Arzús, Taracenas, Bac, Villates, Colom, Riveras, etc., asaltaron el estado. Si “la Línea” sorprendió, la estafa del IGSS alarmó, la “Cooperacha” indignó y la millonaria subvención al transporte públicos abrumó, todavía queda capacidad para soportar las coimas millonarias que pagó la empresa Odebrecht y así olvidarnos de todo lo anterior. No son, sin embargo, las únicas. Proliferan élites ecologistas que deciden cuándo y a quiénes permiten construir hidroeléctricas o explotar recursos naturales; élites sindicales que paralizan el país y chantajean anualmente con bonos cuyos nombres darían risa sino fuera por el alto costo que representan; élites de opinión que determinan qué posicionar como noticia o usan los medios como arma y chantaje; élites de cambio forzado que ignoran la democracia como sistema de toma de decisiones y el estado de derecho como norte; élites jurídicas que inundan con antojadizas normas positivas queriendo cambiar el sistema para adaptarlo a su conveniencia; élites oenegeras y de funcionarios internacionales que imponen su agenda ideológica de forma que parezca políticamente correcta; elite religiosas que determinan el bien y el mal, mientras los asaltan…  ¡Claro que la élites impiden el desarrollo!, pero de todas ellas únicamente hay un grupo que lo genera: las élites económicas -las criticadas- que crean puestos de trabajo y riqueza.

Oído al dato: “Los países pobres lo son porque quienes tienen el poder toman decisiones que crean pobreza”. Feliz 2017 y que vengan muchas élites que traigan innovación, inversión y empleo y no consumidoras de recursos que nos anclan en la miseria. Esas y sus objetivos extractivos, realmente sobran en el país.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Carta a Santa Claus 2017

Al exPresidente Maldonado recuérdale los sucesos de Cambray y sus promesas de hace un año

No tengo muy claro que el tal Santa escuche a quienes le escribimos desde estas latitudes. Igual, como muchos otros, esté enojado con el triunfo de Trump y sabedor de que aquel tomará el poder un mes después de que baje por la chimenea, prefiere no aparecer vaya a ser que se le escogorcie el trineo y lo deporten en avión comercial. En todo caso, se le puede sugerir que, aunque no venga en persona, envíe lo solicitado o el dinerillo (no en bolívares por favor) a través de la gamonal cooperación nórdica, por cierto cercana a su domicilio.
Hace falta urgentemente -don Santa- un cargamento de Sukrol Vigor o sustancia genérica similar, para comenzar el año 2017 con un gobierno “potente” ¡Ya sabes como traducir esto! Puedes traer mitad estimulador cerebral y otro tanto reconstituyente celular. La verdad es que después de ver lo que “han hecho” en 2016 se requiere un empujoncito neuronal, para no pasar otro año en blanco a causa de la parálisis meningítica que padecen nuestras autoridades.
Necesitamos con urgencia un cargamento de asfalto -mejor que sean dos o tres- porque para solucionar el estado en que están las carreteras es preciso un empujón fuerte. Tales deficiencias no serán observadas seguramente en tu venida, porque tu, como la cúpula de gobierno, vas en trineo -ellos en helicóptero- y no padecéis males terrenales. Cuando ingreses los regalos hazlo de noche, ya sabes como son en las aduanas, te cobran mordida, te retienen la mercadería o te desaparecen los productos, así que se discreto. Los de La Línea del año pasado ya no están, pero encontraron relevo. No te fíes mucho y veníte volando, como dice la canción.
Al exPresidente Maldonado déjale en el calcetín una nota recordatoria de lo que paso en Cambray en 2016, y a cuyos deudos les prometió una casa rápidamente. Bueno, “solamente ha pasado un año”, así que no le hagas el comentario con demasiada dureza, si ves que en 2020 las cosas siguen igual, entonces déjale carbón, para que aprenda lo que significa “urgencia”.
Han cambiado muchas cosas desde la pasada Navidad. Este año no se te ocurra traer helicópteros, yates, vehículos o motocicletas de lujo. Quienes pidieron esos regalos el pasado año esperan para lincharte. Un tal Monzón declaró que tu fuiste quien se lo dijo al MP y están encendidos. Venir vestido de rojo LIDER, tampoco está bien visto y hasta el  camaleónico alcalde Edwin Escobar dejó de hacerlo. Quizá un traje formal de Saúl Méndez sea más propio para la ocasión ¡Pero tu verás si es tu onda!
Tráete la póliza de importación de los renos y la calcomanía del trineo. La primera para que no los confundan con tráfico de ganado de Nicaragua y te jodan, aunque es poco probable ya que les pela el tema, pero por si acaso. La segunda, porque la PMT te puede parar. Ya nos han hecho cambiar dos veces el dichoso papelito de la SAT, así que ojo e imprime el nuevo.
¡Ah!, se me olvidaba, consigue, de urgencia nacional -porque es para el Congreso-, una camioneta blindada para don Taracena que dice necesitar una ya que quiere seguir alardeando de poderío, ahora que pierde la suya porque será diputado raso, aunque si te traes un potente virus del ártico y lo dejas caer por la 8a. avenida solucionas los problemas de una vez por todas.

En fin don Santa, aquí te esperamos ilusionados, al menos en estos días dejamos de oír a los de siempre, por escucharte a ti.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Mediocres e intocables

La justicia quiere dejar claro que nadie está fuera de la persecución criminal

Cuando se medita sobre casos judiciales como la Cooperacha, la Línea, TCQ, el fraude al IGSS y otros similares, cuyos supuestos autores esperan en prisión juicios que los dejarán posiblemente tras las rejas de por vida, no se entiende que personajes con ese perfil y capacidad pudieran cometer tales fechorías. Cómo fueron capaces de montar -y explotar- estructuras complejas que robaban sin piedad ni compasión, y sin medida.
La explicación, obviamente, no es la astucia, sagacidad e inteligencia de aquellos, sino la impunidad reinante que les permitió operar con total descaro y desfachatez. Sabedores de que: “aquí no pasa nada”, y: ¡cómo así fue por años! pensaron, equivocadamente, que podrían hacerlo durante un periodo más de gobierno. No le denominaría a eso “crimen organizado”. Estos, a lo sumo, conformaron una “banda de pillos-patanes” que aprovecharon la impunidad que ofrecía -y ofrece aun- el sistema, sin una pizca de ingenio pero con exceso de burla y prepotencia.
La afortunada detención de casi todos ellos, la acción sobre las propiedades de los huidos -como es el caso de las del señor Sinibaldi- o la más reciente de admitir el proceso de antejuicio contra el alcalde Arzú por un delito de instigación a la violencia, muestran una lucha frontal contra ese proceder y dinamita la estructura de permisividad y corruptela de los “intocables”. La justicia quiere dejar claro que nadie está fuera de la persecución criminal y que esto de seguir haciendo lo que les venga en gana, a lo largo y ancho de la geografía nacional, sencillamente se acabó.
Mientras experimentamos diariamente todo eso con diversas emociones, la Asociación Nacional de Municipalidades -con su presidente, el alcalde Edwin Escobar, al frente- organizó una fiesta privado-confidencial en la que según su pueril versión cada quien llevó “sus cositas”, a modo de cuchubal. Un su six-pack por aquí y unas sus agüitas por allá, amén de unas libritas de carnitas y chicarrones que seguramente aportó algún edil goloso-tragón o el licor de tapado que llevó el bolo de turno. Ya se sabe que cuando el señor Escobar pertenecía a LIDER y presumía orgulloso de la camiseta carmesí -tras zafarse aceleradamente la anaranjada del PP que sustituyó a la blanqui-amarilla de CREO- contribuyó con más de dos mil hamburguesitas para una actividad del partido, pagadas en efectivo por una concejala suplente “de su ahorros”. Fue en aquella concentración de vigilia, antes de que fuera señalada la cúpula del partido y condenado por tráfico de influencias el vicepresidenciable Barquín. Además, un semanario cuestionó ampliamente la peculiar forma en qué liquidó otro evento, en este caso un convivio de maestros. En la fiesta de la ANAM se rifaron onerosos regalos, así que habrá que preguntarle quién fue el gamonal donador que seguramente “pago de su bolsillo” todo eso ¡Ven llover pero no abren el paraguas!, quizá porque no saben hacer las cosas de otra forma.
El contrapunto lo pone las fiestas navideñas. Los políticos, y muchos otros, se dedicarán a tocarnos la conciencia porque no hay dinero para combatir la pobreza, la desnutrición, las muertes infantiles y desgracias similares que ocurren en el mundo. En Enero -posiblemente antes- volverá todo a la normalidad y ese dinero -además de parte del presupuesto público- teóricamente para pobres, familias sin recursos, salud, educación y desarrollo, terminará en los bolsillos de muchos mal nacidos.

La buena noticia es que los dinosaurios intocables están desapareciendo, de ahí la agria reacción contra el sistema de justicia.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Cuando dudas de la duda

“Siempre que enseñes, enseña a dudar de lo que enseñas” (Ortega y Gasset)

Tenía escrita mi columna de esta semana, cuando surge un tema que es preciso abordar por ser más urgente que aquello de lo que iba a hablar: las reformas constitucionales y el show circense en el Congreso.
En conferencia de prensa, el MP explicó con suficiente detalle la muerte del señor Centeno. Algunos -yo entre ellos- insistimos en su momento para que dieran a conocer la versión oficial de los hechos, tardada a mi entender. Por ello, pregunté a la Fiscal General en TV la razón de dicho retraso y explicó que el INACIF estaba a punto de enviarle los resultados de las pruebas y que además era preciso que el juez competente conociera el hecho, razón por la que no habían podido revelar lo sucedido.
En su comparecencia, el MP aportó varias pruebas científicas. Estar en desacuerdo con ellas requiere, al menos, un paquete idéntico de evidencias, más allá de la “convicción” de que no fue como dicen que ocurrió. Cuando en un lado de la balanza se ponen parámetros objetivos -análisis forenses- es preciso colocar en el otro algo más que el discurso, el hígado, la libre opinión o argumentos hueros. No se puede pretender que el sentir -basado en nada- tenga el mismo peso que la exposición respaldada por técnicos. Si se quiere confrontar hay que ser honesto, de lo contrario no se puede -ni se debe- tomar en serio.
El hecho de que personas públicas como Ricardo Méndez Ruiz y Fernando Carrera tuiteen sobre el tema y den a entender que hubo un “crimen de Estado” es preocupante porque son escuchada dentro y fuera del país. Tienen derecho a opinar, cuestionar la investigación, el procedimiento y cuanto deseen, pero permítanme que disienta con la forma. Que un excanciller de la República, que representó al país e intervino en foros internacionales, publique -¡sin más!- que hubo “una posible violación de DDHH encubierta por agentes del Estado” es una grave irresponsabilidad.
Además de tardío -ya lo expliqué antes- no hay elementos objetivos para concluir que el informe del MP está manipulado. En redes se ha leído que los hechos ocurrieron antes de las 6 am., algo que también fue explicado en la investigación. Me tomé la molestia de buscar el original de uno de esos comentarios en la página del autor y contrasté que el utilizado en redes es falso y manipulado, y que “desapareció”. Han cuestionado que el señor Centeno murió en un lugar sin filmar por cámaras, lo que no desvirtúa la versión del suicidio ni señala a nadie externo. La mayoría de suicidios no son filmados y se resuelven, como este, con evidencias forenses.
Digo lo que siento: hay una conspiración manifiesta contra MP/CICIG construida sobre actitudes viscerales y radicales, lo que proyecta una imagen de país distorsionada que afecta a todos los ciudadanos. Si alguien en este país ha sido crítico con la CICIG y con alguna fiscal general, es un servidor. Precisamente por ello, tengo el ascendiente moral de manifestar mi sentimiento de rechazo a posiciones irresponsable y polarizadoras. Hay personajes encarcelados y en “busca y captura” que pretenden subvertir el avance de 2015 en la plaza, sin entender que no hay marcha atrás. Podemos cuestionar otras cosas del señor Velásquez o de doña Thelma, como su presencia en la tribuna del Congreso durante la pasada votación, pero no alentar resentimiento sobre irracionales suposiciones. De lo contrario, el último en salir por las Chinamas o Tapachula que cierre la puerta.

Todo lo anterior, dicho sin acritud, pero con responsabilidad.