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lunes, 25 de febrero de 2019

Lo público como botín familiar


Toda sociedad tiene los gobernantes que se merece que son aquellos que se les parece
  
En este atípico proceso electoral -entre otras cosas- intentan privatizar, cual herencia familiar, algunos partidos políticos e incluir en los mismos a candidatos apenas conocidos en su casa a la hora de comer. Los Arzú, los Lau, los Medrano, los Bac, los Ubico, los Alonzo o los Cabrera, a través del el FCN, el PAN o TODOS, han decidido que sus retoños, familiares y allegados, ocupen puestos como diputados, aun siendo absolutamente pipiolos. Pero, ¿a qué político le interesa la política más que rentabilizar su puesto? Cuando son cuestionados responden que no es “ilegal” o que nadie quiere presentarse y no les queda “de otra” que enlistar a amigos, parientes o “colaboradoras” más cercanas, como eufemísticamente le denominan a sus parejas. Eso si -¡Dios me libre de no mencionarlo!- con apoyo abrumador y aclamados por las bases del partido, vayan a pensar maliciosamente que son puestos dedo.
Chequee las listas y verá a un montón de impúberes e inexpertos dispuestos a vivir de la política nacional; lo primero no es delito, lo segundo una falta de respeto al elector. Se engolosinan mientras disfrutan de las mieles de los vehículos asignados, los guardaespaldas o disponen de combustible pasando la factura a los fondos rotativos del Congreso -privilegios que aturden y atolondran a la muchachada- pero terminan manipulados por los mañosos habituales. Moceríos que apenas han concluido el bachillerato o se limpian solos la nariz y adultos desempleados que se dormirán -como don Jimmy- en las reuniones porque habitualmente no amanecían antes del mediodía.
Uno de esos muchos es el hijo de actual ministro de ambiente y recursos naturales, aquel que contrató a dos madres de sus hijos -que luego tuvo que despedir- y cuando fue nombrado ministro -y dejó de ser fotógrafo- tuvo que sacar al vástago a quien ahora le encuentra un puesto como candidato a diputado por el partido PAN junto con el nieto de Arzú; otro, incluido en el listado del FCN-Nación, es hijo del vicepresidente Cabrera ¡Qué lindo es el amor!, pero que caro para el contribuyente mantener a familias de gorrones.
Quienes hacen esas listas siguen el principio de: jefe que no abusa pierde prestigio, usan el dedo índice como filtro de calidad académica y carecen del nivel ético para estar en política. Inescrupulosos personajes -inmorales o amorales- que no siempre distinguen el bien del mal y que conceptos como la honestidad, la honorabilidad, la decencia o la ética jamás estuvieron en su vocabulario ni presentes en su conducta. Sinvergüenzas hay en toda sociedad -aunque no es excusa para que sigan ahí- así que tome nota porque deberá votar el próximo mes de junio y decidir qué desea para este país. Aquellos que usted seleccione con su voto serán electos y ocuparán una curul, un sillón presidencial o un asiento municipal. Toda sociedad sin valores, sin principios y sin capacidad para distinguir lo decente y descartar contundentemente lo incorrecto, tiene los gobernantes que se merece que son aquellos que se les parece ¿Piensa usted asumir su responsabilidad y votar por partidos que no incluyan a personajes cuestionados o a quienes carecen de experiencia suficiente en gestión pública? Esa, y no otra, es la pregunta que debe hacerse antes de seguir manteniendo un sistema clientelar, autoritario y familiar.
Sea libre, en la medida que le dejan seleccionar y no elegir, pero sobre todo sea responsable y recuerde que en esta ocasión el voto nulo tiene valor y es una opción para desechar un proceso electoral que no le gusta ni satisface las necesidades del país.
¿Tomará cartas en el asunto o seguimos con lo mismo?

lunes, 18 de febrero de 2019

Si fuera candidato (que no lo soy)


Como ciudadanos nos merecemos una oportunidad que debemos provocar y promover nosotros mismos 

Los binomios presidenciales declarados y aquellos pendientes de hacerlo -como casi todos los políticos- tienen algo en común: el misterioso silencio que guardan sobre los acontecimientos del país. Se habla de prudencia, miedo al TSE, falta de planes, pasar desapercibidos, complicidad y otras cosas. De los candidatos conocidos -la minoría- ya sabemos que esperar, salvo que piense que van a cambiar -“me pega pero me quiere”-; de los nuevos es fácil predecir que no harán absolutamente nada por su inexperiencia. A todos ellos podemos situarlos entre la incapacidad y el oportunismo, con una alarmante y sustantiva mezcla de ambas.
Si fuera candidato, que no lo soy, incorporaría a mi campaña un significativo eje transversal: la probidad. Explicaría de qué vivo, mostraría mi declaración de la renta y declararía mis bienes porque como ciudadanos no debemos mantener a más vagos que adoptan la política como recurso para hacer dinero fácil a costa de los demás. Lo mismo exigiría a todo mi equipo ¿Está usted listo -candidato- para decir de que ha vivido los últimos años mas allá de hablar de “sus empresas” que generalmente no existen? ¿Está dispuesto a abrir la puerta de sus finanzas antes de pedir el voto? Seguramente no y evadiría la pregunta y la discusión del tema.
Si fuera candidato, que no lo soy, me enfocaría en pocos temas, porque prometer arreglarlo todo sería engañar, como siempre han hecho. Sin vías de comunicación y energía eléctrica sencillamente no hay manera de promover desarrollo. Ninguna empresa vendrá al país si sus costos de transporte y energéticos están sobrevalorados, por tanto es sencilla la fórmula para atraer inversiones. La salud y la educación son fundamentales como los ejes anteriores y generan capital humano. Sin mejorarlos seguiremos con mano de obra poco cualificada y altos índices de absentismo laboral, lo que resta en la ecuación de cualquier cálculo económico que genere desarrollo. Me centraría en la justicia, en la nacional, en la que debemos ir configurando para no ser CICIG-dependientes. Hay que incrementar el presupuesto de justicia y modificar la elección de jueces y magistrados amén de potenciar la carrera judicial. Finalmente, la seguridad es clave para que lo anterior sea posible. Una PNC fortalecida, un sistema de inteligencia eficiente y una carrera policial son los tres pilares para construir un mejor modelo que continúe reduciendo los índices de violencia.
Si fuera candidato, que no lo soy, presentaría a mi equipo de trabajo -a mis ministros- y retaría al electorado a darme la oportunidad de ejecutar planes concretos y sencillos de implementar como la ley de servicio civil para que el “cuello”, la amistad o la familiaridad, en lugar del historial profesional,  dejen de ser méritos para trabajar en la función pública. A la fecha, sin embargo, el silencio es la postura que como telón de fondo antecede a multitud de promesas volátiles e inútiles que arrancarán a mediados de marzo, proclamadas a los cuatro vientos por ineficientes candidatos, muchos desconocidos en los alrededores de su cuadra, cuyas espurias intenciones nos hacen víctimas propicias para los próximos cuatro años.
Creo, no obstante, que nada de lo anteriormente propuesto -como parte de un hipotético programa político- pasará de ser un sueño de noche de verano. El manejo mafioso del país ha sido constante desde 1821 y quiere perpetuarse otro siglo, dejando sin esperanza a jóvenes que claman porque las cosas cambien en beneficio del futuro y la oportunidad que nos merecemos, pero que debemos provocar y promover nosotros mismos.
Si fuera candidato, que no lo soy, seguro que con ese programa ganaba las elecciones en primera vuelta.

lunes, 11 de febrero de 2019

¿Para qué tantos años de conflictos?


Ahora, ninguno de esos movimientos -FMLN, FSLN y URNG- cuenta con notoria representación social

El FMLN de El Salvador obtuvo un escaso porcentaje de votos en el pasado proceso electoral y deja el gobierno con un paupérrimo índice de aceptación. Dicho de otra manera: su acción política ha sido un fracaso o muy poco exitosa si usted todavía quiere pensar en positivo. Nada diferente, por otra parte, de lo que el FSLN de Nicaragua suscita. La perpetuación en el poder de los Ortega-Murillo se ha tornado una dictadura igual o peor que aquella que en su momento combatían con las armas. Por último, la URNG guatemalteca no ha conseguido nunca más de un 5% de votos en las urnas y a lo sumo agregado al Congreso uno o dos diputados. Se puede concluir que todos esos grupos regionales -de origen subversivo- cuentan con escasa aceptación social y, algunos, incluso con fuerte rechazo e indignación. En las décadas de los setentas, ochentas y principios de los noventas, fueron, sin embargo, protagonistas sociales con voces que se escuchaban en muchos lugares del mundo, desde donde se les apoyó económica y políticamente. Luchaban contra el poder constituido y sostenían sus discursos sobre la base de la defensa del proletariado y del indigenismo, confrontaban las dictaduras o hablaban con soltura -no siempre con conocimiento o razón- contra las oligarquías dominantes a las que había que combatir y aniquilar. Era la época del rancio e inútil comunismo soviético que se extendió por la zona, apresó la mente de muchos e hizo matar a no pocos bajo una militancia que se mostró cruel y equivocada con el tiempo, además de sumamente inútil para resolver problemas.
Décadas de conflicto armado que dejaron miles de muertos, desaparecidos y provocaron el éxodo de una parte importante de la población. Ahora, ninguno de esos movimientos cuenta con notoria representación social. “La gente no los quieren” y surge preguntas: ¿Dónde está aquel apoyo social que decían tener? ¿En qué momento cambiaron su discurso y se prostituyeron con actitudes autoritarias? ¿Dónde quedaron los principios que decían defender? Un enorme cúmulo de cuestiones afloran y la mente contrasta la perorata del momento con la realidad medible -y triste- que vivimos. A pesar de ello, los liderazgos de esos movimientos todavía apuestan por dictaduras -como la cubana, la venezolana o la nicaragüense- que bajo el pomposo nombre de socialismo del siglo XXI, campean a sus anchas por la Región. Visitan y apoyan a los dictadores, se fotografían con ellos -Pablo Monsanto o Rigoberta Menchú- y defienden lo que realmente practican: el autoritarismo y la imposición de una forma de ser trasnochada, apagada, inútil para el desarrollo y manipuladora de pobres. Es increíble lo que la dictadura nicaragüense deja ver sobre los auténticos fines de estos movimientos o el nulo éxito electoral de la URNG cuando promueve un discurso vacío y huero sobre indigenismo y pobreza. Quizá, en orden a la honestidad, el FMLN haya sido, en el fondo, el menos impúdico y deshonesto de todos ellos.
Aprendido de aquello que no funcionó -aunque no estoy muy seguro de ello- pasamos de una lucha ideológica cuestionada e inútil a otra de valores, principios y ética en el quehacer. Algunos toman similar partido como en aquella ocasión y pretenden acallar la confrontación contra la corrupción. A ver si dentro de unos años pasa como ahora y comprobamos que los vicarios del discurso nacionalista, de la dignidad, y de la soberanía terminan por llevarnos a un inútil espacio de confrontación sin conseguir, como los subversivos, el cambio que afanosamente proclamaron.
¿Aprendemos de la historia o estamos listos para repetirla?, ahí está la decisión.

lunes, 4 de febrero de 2019

Esos perfectos desconocidos


En un sistema presidencialista sin reelección el presidente pierde valor el día que toma posesión del cargo

Tómese el tiempo de ver las propuestas de binomios -presidente/vicepresidente- que para las próximas elecciones han hecho algunos partidos políticos y tenga en cuenta otras que se barajan para los que tienen pendiente tal tarea. Seguramente un alto porcentaje de los nombres -y caras- no le sonarán; no los ha escuchado antes ni ha oído hablar de ellos. En estas elecciones, a diferencia de otras, hay mucho desconocido. En las pasadas, la mayoría eran caras habituales y alguno nuevo, sin embargo ahora es a la inversa ¿A qué obedece esta particularidad?
Pudiera ser que el ambiente -sobra decir que revuelto- amilane a algunos de los que nos hubiese gustado ver ahí y que, contrariamente, anime a caras nuevas a salir a la palestra, sin olvidar el grupo de quienes piensan que “si Jimmy pudo, él también”. Una última suposición -de eso se trata- es que todo esto obedezca a una casualidad o a una estrategia planificada, algo que un conocido mío ilustra cuando dice que los políticos son tan retorcidos que no se puede pensar en casualidades, aunque tan torpes que no le daría la cabeza para grandes planes estratégicos.
Con motivo de las modificaciones a la ley electoral y de partidos políticos, al estricto control del financiamiento del dinero invertido en las elecciones y a la mayor “garra” del TSE, muchos partidos se han visto disuadidos de promover una campaña para dar a conocer a sus candidatos y alcanzar la presidencia. De esa cuenta, los binomios presidenciales no son importantes ni trascendentes -más allá de servir para temas de publicidad electoral- y “cualquiera” puede ser incluido en una propuesta aunque de entrada sea perdedora. Los partidos apuestan realmente por el poder en el Legislativo y, los que pueden,  complementarlo con el poder local, razón por la que usted no conoce a la mayoría. Han entendido que en un sistema presidencialista sin reelección -como el guatemalteco- el presidente pierde valor el día que toma posesión del cargo, algo así como cuando usted saca un carro nuevo de agencia que se devalúa en la puerta. Por tanto, contar con un capital humano de diputados dispuestos a negociar con otros en similares condiciones, es una oportunidad de oro en el momento actual, y concentra el poder real de este sistema. Baste remitirse a las pruebas de lo hecho por este Congreso cuando una bancada paupérrima del FCN -en sus inicios- terminó por aglutinar a todo un #PactoDeCorruptos, primero con tránsfugas y luego con aliados y arrimados unidos con un mismo fin: saltarse las trancas de la justicia, servir fines perversos y perpetuar la actual debacle. De esa cuenta, muchos partidos de un determinado espectro ideológico podrán incorporar al Congreso dos o tres diputados cada uno y, aunque de procedencia distinta, formar una sólida unión que empuje la agenda de la discusión política nacional y de camino “secuestren” a un posible Ejecutivo no afín a sus intereses. Nos distraemos y prestamos demasiada atención a los presidenciables -excepción hecho de partidos con posibilidades como la UNE, VAMOS o SEMILLA si finalmente incluye a Thelma Aldana- pero el análisis hay que hacerlo escarbando en las listas de diputados y alcaldes para entender el verdadero fondo del asunto: la estrategia de control desde el Legislativo.
Hágase la pregunta -sobradamente sabida- de quienes confeccionan esos listados de diputados y proponen los binomios para la presidencia ¿La bases del partido dice usted?, eso no ha ocurrido en este país jamás y ahora no es excepción, pero además, en este momento, se ha convertido en la forma más segura de seguir ostentando el poder.