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lunes, 1 de febrero de 2010

Pollitos en fuga

En octubre de 2008 apareció sorpresivamente -con la publicidad propia de una estrella de Hollywood- el ex presidente-matón. Pretendió convencernos de que se había entregado y regresaba voluntariamente porque quería ser juzgado en este país “al que ama”. Para el juez, la voluntariedad de la entrega fue sustancial argumento que justificó la concesión de la libertad condicional que disfrutaba. De no haber sido así, hubiese procedido no dejarlo libre, ya que era prófugo de la justicia por segunda vez y no mostraba voluntad alguna de colaborar. Sin embargo, resulta ahora que el fugitivo sí fue extraditado de México y sus abogados se amparan en ello para evitar que lo pasaporten a USA. La razón que antes justificó la libertad, es ahora una sinrazón para sostener la no extradición al país del norte. Toda una obra de ingeniería jurídico-política que únicamente se ajusta a un sistema político-judicial tan maleable como el que impera por estos lugares. Al parecer aquí los jueces se conforman con el pollo mientras los gringos tienen los huevos, especialmente el fiscal Bharara, ¡cosas del TLC, supongo!.
El gallito de pelea, travestido en gallina de corral, espera que las “autoridades” decidan qué hacer. Mientras, descarada e impunemente, acondiciona su celda como apartamento privado: microondas, TV, DVD y otros utensilios que le envían sus amigos, entre ellos el diputado del bigotito, aquel bajito que con la cara cobardemente cubierta, animaba a las huestes para que con palos y objetos incendiarios atacasen a las personas decentes durante la impune y criminal jornada del jueves negro. Muchos se alegran de que Quique el gavilán esté enjaulado, aunque sea lujosa jaula de periquita australiana, pero pocos se sienten culpables por haberlo votado. Recordemos que llegó al poder elegido por una mayoría de ciudadanos que conocían su trayectoria de charlatán, matón de pueblo y prófugo de la justicia. Aun así, lo votaron. ¿Habrá servido de lección o en las próximas elecciones corremos el riesgo de votar por otro/a candidato/a con similar perfil y aptitudes para después lamentarnos de nuestra irresponsable actuación?.
La elección de autoridades políticas es mucho más seria que un simple día sin alcohol en el que debemos hacer fila en la escuelita de turno y marcar una papeleta. Se trata del futuro de todos, de la seguridad y de la justicia, de la gestión de nuestros recursos, del futuro de nuestras propiedades, de destruir la metástasis de la corrupción y de no aguantar a diario actitudes prepotentes y discursos amañados de planificadores y “defensores del pueblo” o de vengadores de la historia, cuando no sabedores de todo o irresponsable manifiestos.
Aprendamos de la experiencia y meditemos sobre que esperar de quienes se niegan a dar información de cómo dilapidan el dinero público; de aquellos que promueven marchas y manifestaciones bajo presión o con exigencia de intereses muy particulares y no siempre claros; de los que se asocian con mafiosos, narcos, criminales y cuadrillas parecidas o no hacen nada por reducir la violencia; de quienes negocian a cualquier precio privilegios o benefician a sus financistas y de los que viven del gobierno, en lugar de vivir para gobernar. Esos descarados son los que han quedado evidenciados, al igual que sus viles intenciones, sus descerebrados propósitos y toda una suerte de malas mañas. Pensemos sobre ello, en lugar de regocijarnos por tener al plumífero prófugo entre rejas, algo que no creo dure mucho, y decidamos qué debemos hacer para no volver a errar de semejante forma.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ke buena historia muy interesante la verdad..!!

Anónimo dijo...

muy interesante su forma de analizar el caso de portillo el pollito en fuga muy certero el apodo