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lunes, 10 de diciembre de 2012

Dall´Anese´s List



Cuando algunos piden justicia, lo que quieren es que le den la razón

CICIG presentó un informe titulado “Los jueces de la impunidad” que prejuzga y dispone la lectura desde el inicio. Quizá haya que procesar, condenar o expulsar de la judicatura a los jueces que incluye, pero el principio de presunción de inocencia se lo pasan por las horcas caudinas y así es difícil abordar el análisis. La Comisión internacional ha venido pregonando esta “denuncia” durante el año y trasladado la discusión a los medios, muy alejados del lugar donde deberían hacer las acusaciones: el MP o a la junta de disciplina judicial. Pero ante el fracaso estrepitoso de numerosos casos “emblemáticos” prefieren predisponer a ciudadanos, amedrentar a magistrados para impedir que les lleven la contraria o callar a columnistas (¡ni sus habituales entusiastas han escrito del tema!). Ese panfleto debería ser el primer tomo de una obra inconclusa que incluyera mafias, inconsistencias y trabajo mal hecho en el MP, cuando no el manipuleo o el direccionismo político que imprimen a ciertos casos. Culpar a los jueces de no apreciar las pruebas que presenta CICIG-MP es -cuanto menos- eludir la parte de responsabilidad en investigaciones mal hechas y peor sustentadas. Prefieren llevar su pleito inquisidor a los medios e intimidar a jueces que deberán resolver casos respaldados por testigos protegidos, rebuscados o entrenados, declaraciones anticipadas sin abogados defensores y dizques peritajes de devotos. El mercantilismo jurídico, el miedo, la publicidad o el uso de jueces afines es la estrategia para evitar acumular más descalabros. Mejor deberían investigar a cierta jueza cercana -excluida de la lista- a su pareja y a otros abogadillos que dicen ofrecer soluciones jurídicas favorables previo pago en dólares ¡Ya liberaron a algunos/as así!
Evidencié en esta columna (Romería de vende patrias) a personajes -magistrado de la CSJ incluido- que se habían reunido en una embajada europea buscando apoyo para debates que se avecinan y no quieren que se caigan. Hete aquí un resultado de aquellas secretas transacciones. Teniendo en cuenta que a partir de enero próximo se abrirán juicios de impacto y a la luz de la sentencia de la CC que exculpó definitivamente al señor Giammattei, la CICIG y vividores de proyectos pagados por ayuda internacional, desean impedir a toda costa sentencias absolutorias que pongan en jaque su salario, incidencia política y “prestigio”. Lo tragicómico es que el Comisionado Dall´Anese está denunciado en Costa Rica por utilizar testigos falsos y pruebas inconsistentes, similar o peor de lo imputado aquí, con su particular vara de medir, a esos jueces. Protegen, sin embargo, a un ex fiscal con la cola machucada y otros juicios pendientes contra CICIG por despido improcedente de abogadas embarazadas y colaboradores imputados de agresión/acoso sexual que sacaron del país.
Aunque alguno de los jueces señalados no sea condenado, pagará un alto precio en su honra -y económico- no podrá actuar contra la Comisión porque sus integrantes son inmunes y será motivo de recusación por figurar en la lista. Esto es lo más parecido a la Inquisición que se creía superada, a absolutismo jurídico y apesta a farsa judicial. Se fue uno malo-bocón y conflictivo y vino otro peor-sibilino y acusado, ambos -con idénticos colaboradores mediáticos- sustentaron esa estrategia de la que no escapa quien se les atraviese, convirtiéndose en todopoderosos pretores imposibles de desmentir, desdecir y mucho menos acusar. La CICIG ha mutado a uno de esos poderes paralelos que vino a combatir; un ogro que pretende asustar a quienes les contradicen ¡Una pena la quema del diablo!, parece que no sirve para mucho.

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