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lunes, 21 de enero de 2013

Nacionalismo chocho


Amo demasiado a mi país para ser nacionalista (Camus)

El sentimiento nacionalista se ha alentado y utilizado en infinidad de ocasiones y por motivos muy diversos. Casi siempre -con pocas excepciones- la visión ha sido aislacionista, endógena, agresora o justificadora de ciertas falencias frente a realidades más exitosas o contrastadas y sustentada en el pensamiento de que “yo llegue antes que tú y, por tanto, tengo más derechos que tú”. Propio de situaciones de conflicto o previas al mismo, se ha hecho valer como detonante encubierto de fracasos políticos donde el autoritarismo ha estado presente en cierta medida. Se ha acudido al nacionalismo cuando la capacidad de razonar, de dialogar o de descubrir soluciones más propicias no ha sido el horizonte a alcanzar. Cuando se desea encerrar a alguien en un determinado espacio del que no puede sustraerse para interpretar determinadas realidades políticas o sociales se le sindica de nacionalista, y no escapa al analfabeta ni el estudiado. Ciertos países actúan con alto grado de nacionalismo, miran hacia el interior sin ver que fuera de sus fronteras existen otras realidades y en múltiples ocasiones esa visión o argumento ha servido para establecer barreras a la inmigración. Se olvida, por otra parte, que muchas de esas naciones que se quejan de los sistemas migratorios de otras más desarrolladas, cuentan con el mismo alto grado de sentimiento nacionalista que limita el actuar de ciudadanos libres o, simplemente, es un fenómeno posicionado en la mente de sus habitantes que usan tal expresión para desdecir, acusar de “extranjeros” o mostrar la antipatía personal y visceral que la razón es incapaz de justificar. Es el arma escondida del perdedor, del necesitado de argumentos, del carente de capacidad de diálogo, del hepático. La piel de cordero del lobo racista criminal.
Nadie escapa a tan particular y ñoña forma de ser. Prominentes consultores engreídos y vanidosos; habituales columnistas y novelistas afamadas; analfabetas que comentan donde le dejan y pueden empleando frases apenas comprensibles por expertos en lenguas raras; insanos que lo usan para esconder su soberbia o cobardía (casi siempre unidas la una a la otra); ideologizados que pretenden reconstruir pilares derribados por la razón y la historia, y políticos desprovistos de argumentos ¿Qué sentido tiene todo esto en un mundo globalizado? Seguramente ninguno, pero tampoco hay que dar por hecho que la reflexividad es obligatoriamente una cualidad inherente a todo ser humano. Demasiados acostumbran a abonar diariamente el rancio y chocho nacionalismo que termina por crear guetos y lleva al poder a mesiánicos profetas que se convierten en empleados públicos dignos de gerontológico estudio o son sorprendidos por la muerte en el ejercicio del poder público permanentemente usurpado: los dictadores.
El nacionalismo atonta, alela y aturde. Es una “enfermedad infantil” que “se cura viajando” (Cela), la antítesis del pensamiento critico, de la humidad, de la actitud curiosa, del respeto al prójimo, de la libertad. Amigo y compañero de la ignorancia, de la incultura, del mercantilismo, del insulto, de la ausencia de la razón, de la imposición, y es sobre todo idiotizador. Con frecuencia no se percibe ni se es consciente de ello, pero está implantado en lo más profundo del alma y de la mente, como la corrupción más hondamente aferrada. Basta leer algunas columnas, escuchar ciertos comentarios y opiniones o mantener conversaciones en redes sociales o en tertulias, aunque sean superfluas. Aflorará en algún momento el sentimiento nacionalista, propio de sociedades cerradas, de miedo a la competencia, de desprecio y odio, de aislacionismo, de estupidez humana. En este caso, como en otros, la túnica hace al monje.

1 comentario:

BlacklionTj dijo...

Un discurso muy completo, lo felicito
Opinión Personal: Creo que le han dado mal uso a esta ideología a través del tiempo ,hay detrás del nacionalismo virtudes insustituibles y necesarias para la unificación del un país donde donde la ignorancia y la incultura no son el principal problema , si no la legalidad de :la des-humanidad ,la neo-esclavitud y la injusticia.En donde la vida de un hombre no vale ni un centavo. Las imperfecciones del nacionalismo se minimizan comparándolas con realidades como estas .

TRES PREGUNTAS.

Y si el nacionalismo aporta mas de lo que perjudica ?
R= Entonces es hora de perfeccionar a esta ideología.

Y si su aportación es mínima
R=Es hora de reinventar el nacionalismo.

Es posible? (Abierta al publico)