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lunes, 26 de enero de 2015

Mujeres…, ¡divinas!

"En mi casa mando yo, pero mi mujer toma las decisiones." (Woody Allen)

La reciente “democracia” de este país puede dividirse, entre otras ilustres formas, en dos periodos. Uno, aquel en que las esposas de los Presidentes de la República no tuvieron injerencia en asuntos políticos. Otro, una preocupante etapa en la que el protagonismo político-femenino cuestiona, opaca o anula al primer mandatario. Patricia (Arzú), Evelyn (Portillo) y Wendy (Berger), fueron mujeres discretas que, cada una a su manera, estuvieron presentes en la vida pública, pero no política. Desempeñaron su labor -con diferente intensidad y protagonismo- en asuntos propios de la SOSEP sin sobrepasar límites legales ni éticos en el desempeño de sus cometidos. Lo mismo se puede decir de Rosita (Pérez), esposa del actual gobernante.
Se identifica, sin embargo, un grupo cuya actuación se distancia de lo anterior. Sandra Torres controló, manejó, dispuso y hasta gobernó. Su afán de poder, tras haber disfrutado las mieles del uso y abuso del mismo, hizo que se divorciara del ex Presidente Colom para presentarse a elecciones, aunque la justicia no lo permitió. La actual vicepresidenta, Roxana Baldetti, pecando de lo mismo, ha tomado las riendas en algunos asuntos políticos de forma muchos más amplia de la que le correspondía. Además, su continua y protagónica aparición junto al presidente -aniversario de los kaibiles incluido- ha dado mucho que hablar. Su omnipresencia, sus declaraciones y más recientemente sus imprecisas ganas de ser alcaldesa la posicionan en ese grupo de mujeres protagónico-anhelosas.
Parecería haberse acabado el comentario cuando me llega la denuncia que tres damas presentan contra la esposa del Baldizón, candidato en el proceso electoral venidero. Rosa María Morales -elude su primer apellido: Vargas- quiso saltarse la fila en una Mini Muni de Fraijanes. Al ser cuestionada por quien le correspondía en turno, comenzó a ofenderla y maltratarla “con palabras obscenas fuera de la moral”, según consta literalmente en la diligencia 19-2015/Chávez. Otra mujer que observó los hechos intentó mediar en la agresión por lo que “la señora hoy denunciada [Rosa María Vargas] la insultó abalanzándose contra su integridad Física [sic]”. Fue en ese momento que la hija de la agredida, de 19 años, se interpuso para evitar que lesionaran a su mamá “por lo que la señora DE VALDIZÓN, la agredió con una bofetada en la mejía [sic] lado izquierdo”. La señora Vargas se retiró y aproximadamente quince minutos después llegó una camioneta. Tocó fuertemente la puerta quien dijo ser “el hijo de la señora DE VALDIZON” [sic]; iba acompañado de varios individuos, “vestidos con trajes de seguridad ejecutiva portando armas de fuero de forma ostentosa con la intensión [sic] de intimidar a las denunciantes”. La denuncia firmada por un agente de la PNC tiene sello de entrada en el MP, además de incluir las placas de los vehículos en que se trasportaron los protagonistas ¡Si están son las vísperas..…, mal vamos! Padecimos a Sandra Torres y vivimos/soportamos las vicisitudes propias de este gobierno. Sin embargo, no tomar en cuenta lo que se avecina y prevenir el futuro, se traduce en ser tachados de ciudadanos realmente irresponsable. Esto último podría ser el resumen de la ilustrativa y premonitoria denuncia comentada.

Mientras me aireo leyendo deportes, encuentro en el prestigioso diario deportivo MARCA el titular: “El extraño fichaje del hijo del candidato” ¡Curioso relato! Se asemeja a lo que hizo el dictador Gadafi cuando compró un equipo para que jugara su hijo Al-Saadi ¡Joder, están por todas partes! Dicho lo anterior, mis mejores deseos a Jorge Baldizón como jugador.

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