Cada vez estoy más convencido de que realmente no quieren cambiar nada, sino utilizar las ventajas que esas normas generan cuando se lidera o está en el poder.
La aprobación sorpresiva y de urgencia nacional de la “Ley de fortalecimiento financiero y continuidad de proyectos de los CODEDES” ha provocado crispación en la mayoría de las organizaciones y analistas, y desconcierto en el gobierno. Hay que recordar que fueron dos diputados de SEMILLA quienes propusieron una ley de agilización del gasto público de la que el Congreso toma literalmente un artículo y lo incluye en su propuesta aprobada. De igual manera, el proyecto de presupuesto 2026 -elaborado por el ministerio de finanzas-, incorpora la prolongación del gasto para los CODEDES. Entonces, ¿Qué fue lo que pasó que provocó tanto ruido si unos y otros incluían esa prolongación en el gasto?
El gobierno pensaba que podría convencer -o negociar- con esa idea de más dinero por más tiempo a los consejos departamentales, donde carecen de diputados y no tiene poder local. Podía ser relativamente sencillo ganar una baza -y ciertos votos- si se presentaban como los adalides del gasto descentralizado, y estirado ya por dos años. Y los diputados, más “cabrones que bonitos”, entendieron que podrían perder aliados locales y que seguramente no sacarían tajada de esa negociación, ya que no veía de ellos, así que decidieron presentar una moción de urgencia nacional -aunque mueren niños y nunca hay apremio- y aprobar con nocturnidad y alevosía, pero con más de 105 votos, tal propuesta.
Inmediatamente se produjo un rechazo social porque lo único que consolida es el robo a destajo que se ha hecho de dichos fondos por años, beneficiando a los mañosos de siempre. Claro que también hay que decir que el gobierno pretendía “lo mismo”, de ahí las escasa protestas del oficialismo, porque se tendrían que contradecir y renegar de sus propios diputados.
El presidente está en un dilema. Si veta la propuesta, además de echar un pulso al Congreso -del que saldrá tocado-, deberán suprimir el artículo que copiaron de aquella ley de gasto exprés y sin controles y otro del presupuesto 2026; si no lo hace estará condenado a ser señalado de apoyar la corrupción legislativa. Cualquiera que sea la decisión, es seguro que se incrementará la fricción con los legisladores, y en los asuntos que se avecinan: presupuesto, elección mesa directiva y elecciones 2026, es muy probable que SEMILLA tenga alguna incidencia o votarán con esos partidos que han venido señalando de corruptos desde el inicio ¡Las cosas no pintan bien!, sobre todo habiendo una ruptura interna en el oficialismo que margina al diputado Samuel Pérez y a otros afines a aquel, algo reconocido explícitamente por el propio presidente en una de sus comparecencias mañaneras.
Como siempre, se esperan resultados diferentes con las misma normas y regulaciones y eso es imposible. Respecto de la ley de contrataciones “todos” afirman que no sirve; los CODEDES aseguran que no funcionan, y las comisiones de postulación que están amañadas. Sin embargo, y sin cambiar absolutamente nada en los últimos años -porque la mayoría está en contra de todo cuando juega en la oposición-, buscan afanosa y equívocamente que los resultados sean diferentes y obedezcan a la bondad política de los diputados, que no deja de ser un oxímoron.
Cada vez estoy más convencido de que realmente no quieren cambiar nada, sino utilizar las ventajas que esas normas generan cuando se lidera o está en el poder. De esa cuenta, cuando son oposición, se desgañitan en críticas y voceríos para descalificar, al contrario; cuando llegan al poder pretenden hacer lo mismo que negaron unos años atrás, porque encuentran beneficios.
Falta algo: coherencia en aquello que se dice defender, y sobran intereses mezquinos de unos y otros.
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