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martes, 20 de noviembre de 2012

Mando y control



Gestionar no es trabajar por mil, sino hacer que mil trabajen

Preocupa, más que sorprende, ver a altas autoridades del país situarse personalmente al frente de cuando evento ocurre. La Vicepresidente se fue tres días a “vivir” a San Marcos para coordinar la reconstrucción, obviando al gobernador, al director de CONRED y a otros funcionarios que deberían ser quienes hicieran la tarea. Negativo mensaje sobre la capacidad del sistema porque pareciera que son incapaces, no se fían de su gestión o son peones de maniobra sin importancia. Si ocurriera otra crisis, ¿se necesitaría otro binomio presidencial o habría alguien disponible que concurriera al lugar? porque en vista de cómo actúan desconocen una estructura jerárquica con facultad de gestión y capacidad de ejecución y con niveles de delegación y responsabilidad ¿Qué solvencia tienen los miembros del gabinete si no los dejan funcionar sin capataz? Gestionar, dice un viejo adagio, no es trabajar por mil, sino hacer que mil trabajen y eso requiere planificar, coordinar, dirigir y delegar, que en teoría organizacional no es sinónimo de hacerlo uno mismo, más bien lo contrario.
El ubiquismo -práctica habitual- obliga a enmascarar una crisis con otra, relegando la primera al olvido sin ser definitivamente resuelta. Barillas (agresiones, secuestro y linchamientos) fue opacada por Totonicapán (manifestaciones y muertes); esta última desplazada por los secuestros de San Marcos y ahora el terremoto hace que todo lo anterior no exista. Un problema invisibiliza al siguiente haciendo verdad aquello de que un clavo saca a otro y lo táctico toma el lugar de lo estratégico y se convierte en enmascarado protagonista, trascurriendo los años sin contar con un prontuario mínimo de lecciones aprendidas que eviten -o reduzcan- el impacto de nuevos sucesos. Se trata más de tramitar el momento que de planificar y aprender de lo acaecido. El gobierno sigue en permanente campaña -con más de un candidato-  en vez de hacer ejercicio de la gestión política eficiente, organizada y con visión estadista. De esa suerte de hipótesis, la ubicuidad del mandatario es necesaria, pero representa un elevado costo de oportunidad porque mientras se centra en hechos puntuales obviando la estructura jerarquía de mando y control, deja en el tintero otros temas paralelos que podría estar enfrentado. En resumen, la focalización -producto de la perenne presencia- impide avanzar más rápidamente. Si una multinacional tuviera que contar con la figura de su CEO coordinando problemas locales y domésticos, dejaría de existir como empresa, sin embargo, en política todo se aguanta, aunque los negativos efectos sean los mismos. Alguien me preguntó qué le diría al Presidente al respecto y mi respuesta fue esta que intento plasmar aquí. Hay que sentarse a coordinar la solución de los problemas no a querer remediarlos personalmente. Desde aquella temprana vez en que fue al aeropuerto a recibir a un medallista olímpico creo que, por culpa de una rosca ineficiente y mal consejera, perdió el lugar que le correspondía y se tornó ejecutor táctico. Rousseau, en el Contrato Social, ejemplifica: Arquímedes, sentado tranquilamente en la playa […], me representa un monarca hábil, gobernando desde su gabinete sus vastos Estados…
La estrategia debería ser norte de conducta y eso requiere la configuración de una pirámide efectiva de personas con responsabilidades y rendición de cuenta. Jugar al ajedrez pasa por utilizar todas las fichas y emplear los peones para alcanzar el triunfo en el juego. No se trata de poner en jaque al rey o sacrificar a la reina más allá del fin último, que no es precisamente electoral ni mediático.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero que tipo tan sangron se ha vuelto el Truji...ajajaja marketing? sure you will get a lesson and lecture on marketing... LOL you my friend are sooo pretentious and you will be treated like the shit you deserve. jejejej

YO